La vida está llena de idas y venidas. No siempre logramos lo que queremos tan pronto como nos lo proponemos. A veces debemos hacer un alto en el camino, dar marcha atrás, o incluso cambiar de rumbo para poder llegar a la meta propuesta. Dios, quien en su infinita sabiduría ya lo sabía, nos alienta diciéndonos:
el autor y consumador de la fe, quien por el gozo que le esperaba sufrió la cruz y menospreció el oprobio,
y se sentó a la derecha del trono de Dios" (Hebreos 12:1-2).
Hoy te invito a que fijes tu mirada en Jesús, el único que puede guiar tus pasos por el camino correcto.
¿Soy dueño de mi cuerpo?
Algunas de las cosas que más frecuentemente tratamos de cambiar, pero en las que más fracasamos, tienen que ver con los hábitos que afectan nuestra salud: fumar, beber, comer o beber en exceso, llevar una vida sedentaria. Total, nos decimos, mi cuerpo es mi cuerpo y puedo hacer con él lo que yo quiera. Sin embargo, Dios no piensa lo mismo. Escuchemos lo que nos dice la Biblia:
que recibieron de parte de Dios, y que ustedes no son dueños de sí mismos? ...
Por lo tanto, den gloria a Dios en su cuerpo y en su espíritu, los cuales son de Dios"
(1 Corintios 6:19-20).
¿De qué manera puedes comenzar hoy a darle gloria a Dios con tu cuerpo y espíritu?
¿Por qué es tan difícil cambiar?
Si eres como la mayoría de las personas, probablemente te resulte difícil hacer cambios. ¿Por qué? Porque para cambiar hay que hacer un esfuerzo y hay que estar dispuesto a renunciar a cosas que de alguna manera u otra nos causan satisfacción.
Hoy queremos alentarte a que le pidas ayuda al único que te conoce mejor que tú mismo, Aquél quien te creó y dio su vida para darte una vida nueva y hacer posibles los cambios. Escucha lo que nos dice Dios en su Palabra, a través del apóstol Pablo:
ha llegado ya lo nuevo!" 2 Corintios 5:17.
Y en Isaías 43:18 nos dice: "Ya no se acuerden de las cosas pasadas; no hagan memoria de las cosas antiguas". Dios te da una vida nueva en la cual los cambios, con su ayuda, son posibles.
Nosotros, nuestros niños y Dios
Los padres tenemos el privilegio de enseñarles a nuestros hijos el amor de Dios y el amor al prójimo. Por lo tanto, tus actitudes y acciones tendrán una gran influencia en sus vidas.
Jesucristo nos ha dicho: "El que ama a Dios, ame también a su hermano." 1 Juan 4:21
Piensa por un momento: ¿estás mostrándoles a tus hijos que amas a Dios y a tus prójimos? ¿Qué imagen de Dios se están formando a través de tu vida? ¿La de un Dios lejano y distante que juzga y castiga, o la de uno que perdona, acompaña y atiende las necesidades de la familia?
Los valores que enseñamos
¿Te has detenido a pensar con qué principios y valores están creciendo tus hijos? Porque si algo es cierto, es que tanto la televisión como los amigos y la escuela, los están formando... pero no necesariamente con los principios y valores que tú tienes.
La propuesta que te hacemos hoy es que seas intencional en la crianza de tus hijos. En otras palabras, que compartas con ellos, tanto con palabras como con el ejemplo, los valores que les ayudarán a crecer en forma saludable y a ser adultos contribuyentes a la sociedad. Como aconseja el conocido proverbio bíblico:
Proverbios 22:6
Cuando nos falta sabiduría
A los padres se nos ha encomendado una tarea importantísima: criar y educar a nuestros hijos de tal manera que se conviertan en adultos sanos, útiles y productivos. Si bien a veces nos sentimos apabullados con semejante tarea, no debemos olvidar que también se nos ha dado la capacidad y los recursos para hacerlo.
Hoy te alentamos a que te mantengas firme en la crianza de tus hijos, sabiendo que hay Alguien que siempre está dispuesto a darte ayuda como leemos en la Biblia:
abundantemente, y sin reproche le será dada."
Santiago 1:5