• agosto 16, 2018
  • ¿Por qué es tan difícil cambiar?

  • Regresa

  • Detalle de lo tratado

    1. Los pasos que implica un cambio
    2. ¿Cuáles son las cosas que más tratamos de cambiar?
    3. ¿Por qué es tan difícil cambiar?
    4. Las excusas que ponemos para no cambiar
    5. Pasos para lograr un cambio
    6. Riesgos y recompensas de los cambios

    1. Los pasos que implica un cambio

    • El primer paso es tomar conciencia de que debemos cambiar algo (darnos cuenta, aceptar).
    • El segundo paso es tener la voluntad para producir ese cambio (estar dispuestos).
    • El tercer paso es decidir cómo lo vamos a poner en práctica (hacer un plan).
    • El cuarto paso es ser perseverantes hasta que lo logramos (poner ese plan en práctica).

    2. ¿Cuáles son las cosas que más tratamos de cambiar?

    • Los hábitos que afectan nuestra salud:
      a. fumar
      b. beber
      c. comer en exceso
      d. llevar una vida sedentaria.

    • Gastar demasiado dinero.
    • Ser impulsivos o intolerantes.

    ¿QUÉ ES LO QUE MÁS TE CUESTA CAMBIAR?

    3. ¿Por qué es tan difícil cambiar?

    Muchas personas ven los cambios como algo tan difícil, que se convencen a sí mismos de que son incapaces de lograrlos. Y cuando el diálogo interno es negativo, seguramente no lo van a lograr.

    Veamos algunas razones por las cuales nos resulta difícil cambiar:

    • Por temor a no lograrlo.
    • Porque es más fácil seguir viviendo en la rutina conocida, que lanzarnos a lo desconocido.
    • Porque no sabemos cómo hacerlo, o creemos que se trata sólo de tener fuerza de voluntad.
    • Porque todo cambio requiere esfuerzo.
    • Porque lo hacemos por la razón equivocada: no porque queremos, sino porque debemos. Ej.: Cuando alguien nos presiona para que lo hagamos; cuando creemos que obtendremos un beneficio, aunque no sea de nuestro agrado.

    ¿QUÉ EXCUSAS PONES PARA NO CAMBIAR?

    4. Las excusas que ponemos para no cambiar

    • «Comienzo el lunes» – ¡Cuántas dietas han comenzado un lunes, como si el lunes fuera un día mágico! «Comienzo el año que viene» – decimos en diciembre, con toda la intención de empezar el nuevo año yendo al gimnasio.
      En realidad, lo que estamos haciendo es posponer para más adelante algo que nos va a dar resultados a largo plazo, mientras seguimos haciendo algo (comer o quedarnos a mirar una película) que nos da una recompensa inmediata.

    • «Yo no necesito cambiar. Pero ¿cómo hago para que él (o ella) cambie?»
      Yo no puedo cambiar la forma de ser o las actitudes de otra persona. Pero sí puedo cambiar mi respuesta ante las actitudes de esa otra persona. Cuando yo cambio, ya no necesito que los demás cambien, aunque por lo general lo hacen.

    • «Ya es demasiado tarde para cambiar. Siempre fui y seguiré siendo así.»
      Quien vive con esta actitud se está creando una realidad que quizás no tiene por qué ser así. El ser humano está en constante evolución y crecimiento. No somos seres estáticos. Nunca es demasiado tarde para intentar cambiar, para comenzar de nuevo, para mejorar nuestro carácter, para restaurar una relación, para arrepentirnos y pedir perdón.

    • «Todavía tengo tiempo para cambiar.»
      Es cierto que algunos cambios pueden esperar, pero a la mayoría de nosotros ni siquiera las crisis nos motivan a cambiar. Ej.: ¿Has puesto en el automóvil el equipo de emergencia que te prometiste poner luego de la tormenta de nieve que te dejó atascado por 6 horas? ¿Te haces chequeos médicos regulares luego del susto que te llevaste cuando creíste que estabas teniendo un ataque al corazón?

    5. Pasos para lograr un cambio:

    • Estar seguro de querer ese cambio. Si la mente y el corazón no están de acuerdo, la voluntad no va a llegar muy lejos.
    • Tener un plan. De la misma manera en que hacemos un plan cuando preparamos una fiesta o planeamos un viaje, también es necesario que hagamos un plan que detalle los pasos que vamos a tomar, cómo y cuándo los vamos a dar y a dónde queremos llegar.
    • Tener constancia. No siempre logramos lo que queremos tan pronto como nos lo proponemos. A veces debemos hacer un alto en el camino, dar marcha atrás o incluso cambiar de rumbo para poder llegar a la meta propuesta.
    • Tener paciencia. Esto es especialmente importante cuando estamos tratando de cambiar un hábito. Si es algo que llevamos haciendo durante años, o toda la vida, no podemos esperar cambiarlo en un abrir y cerrar de ojos.
    • Tener a alguien ante quien ser responsable. Van a haber momentos en que nos será muy tentador volver a la conducta o hábito que queremos cambiar. Es entonces cuando el saber que hay alguien a quien tendremos que rendirle cuentas de nuestro progreso nos ayudará a seguir en el camino que nos conduce a la meta que queremos alcanzar.

    6. Riesgos y recompensas de los cambios

    • Todo cambio implica correr un riesgo, ya que las cosas no siempre salen tal cual las planeamos. Ej.: el peso que nos habíamos propuesto perder en 8 meses quizás nos lleve un año o más; dejar de fumar no resultó tan fácil como pensábamos; incorporar ejercicio en la vida diaria es más complicado de lo que habíamos imaginado, etc.
    • Todo cambio implica sufrir una pérdida. Si queremos incorporar un hábito nuevo, debemos abandonar uno viejo que seguramente nos proporcionaba ciertos beneficios. Y por más que sepamos que el resultado va a ser mejor para nosotros, nos cuesta aceptar la «pérdida» de algo conocido (aunque no fuera bueno, o no nos hiciera bien).
    • La satisfacción de haber logrado lo que nos habíamos propuesto, de haber alcanzado la meta.
    • Los beneficios que el cambio produce en nosotros. Nunca cambiamos algo para estar peor de lo que estamos, sino para estar mejor ya sea física, mental o emocionalmente.
    • Cuando nosotros estamos mejor, nuestro entorno también está mejor.

    ¿CUÁL HA SIDO EL CAMBIO MÁS GRANDE EN TU VIDA?
    ¿Y EL MÁS DIFÍCIL?


Contáctenos