• agosto 22, 2019
  • La influencia del líder

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    El liderazgo en la familia

    1. Liderazgo con tu pareja
    2. Liderazgo con tus hijos
    3. Liderazgo con tus padres
    4. Liderazgo con tus hermanos

    La influencia y el liderazgo

    EL LIDERAZGO EN LA FAMILIA
    Ser el líder de tu familia es, posiblemente, una de las áreas del liderazgo más difíciles de desarrollar, ya que tu esposa o esposo, hijos, padres y hermanos son las personas que te conocen como realmente eres. Sin embargo, si afinas tus sentidos de justicia, amor, congruencia y tolerancia, puedes convertirte en una inspiración para cada uno de ellos.

    Hay muchas personas que profesionalmente son grandes líderes, pero en su vida personal y en la relación con su familia resalta su incapacidad de dirección e inspiración. Alguien dijo:

    «Para ver si una persona es un verdadero líder, mira a su familia;
    ellos son el mejor testimonio de si lo que dice es cierto».

    El liderazgo en el hogar amerita de valores que hagan que en ti haya relación entre lo que dices para tu familia y lo que dices hacia afuera. La presencia de un líder amoroso, respetuoso y justo, puede hacer la diferencia entre un hogar en armonía y en orden, y un hogar desarticulado.

    Cada miembro de la familia tiene roles y comportamientos diferentes, lo que significa que no podemos tratar a todos por igual. Por ejemplo, no es lo mismo desarrollar el liderazgo con el cónyuge que con los hijos.

    Veamos lo que significa este rol para cada miembro de tu familia.

    1. Liderazgo con tu pareja. Ser de inspiración a tu pareja es un verdadero reto y un arte en sí mismo, ya que tu pareja conoce tus fortalezas y tus debilidades. En la pareja no se ejerce la autoridad como con los hijos, y amerita mucha congruencia entre lo que dices y lo que haces. Por lo general, el mejor termómetro para saber cómo estamos llevando adelante nuestro liderazgo, es justamente nuestro cónyuge, que es quien conoce nuestros sueños, pasiones y valores, así como también nuestros temores y debilidades. Asume tu rol de liderazgo con humildad, respeto y sumisión, de tal manera que tu cónyuge pueda ver reflejado en ti el amor supremo de nuestro Señor Jesús.
    2. Liderazgo con tus hijos. Muchos de los problemas de la vida moderna se deben a una falta de liderazgo de los padres, especialmente el masculino. Los hijos pasan por etapas. Mientras aún son niños, tus hijos son imitadores de su entorno. Aún no han definido su identidad y están en una etapa de exploración. Por lo tanto, ese período es crucial para su futuro ya que su carácter será determinado por tu influencia, o por tu ausencia. A medida que van creciendo las necesidades van cambiando, pero tu influencia y liderazgo siguen siendo imprescindibles. Una comunicación abierta y fluida, una presencia constante y una disciplina coherente basada en amor, les ayudará a crecer y desarrollarse como adultos autónomos y productivos.
    3. Liderazgo con tus padres. La mejor forma de desarrollar un liderazgo con tus padres es honrándolos, aun cuando la relación de ellos contigo no haya sido perfecta. Si tomas los principios que te enseñaron, sean muchos o pocos, y los llevas como estandarte en tu vida, ganarás su respeto y receptividad que te servirán para ayudarles especialmente en su vejez.
    4. Liderazgo con tus hermanos. Tus hermanos te escucharán en la medida en que te consideren justo y sabio. Si sabes ser equitativo ante cualquier circunstancia, tus hermanos verán en ti una persona justa y con sabiduría en la cual pueden confiar en los momentos en que necesiten apoyo.

    LA INFLUENCIA Y EL LIDERAZGO
    Hablar de liderazgo es hablar de influencia, aun cuando muchas personas ven la influencia como un medio, cuando en realidad es un fin. El verdadero objetivo del líder es ser una buena influencia en la vida de quienes le rodean.

    El problema es que es común el uso (¿abuso?) de esa influencia para lograr ciertos objetivos, lo que hace que, en vez de liderazgo, se termine convirtiendo en manipulación.

    Sin embargo, a través de la influencia es que se mide si un liderazgo es verdaderamente efectivo o no.

    El verdadero liderazgo se fundamenta en el servicio. Un líder se gana el respeto de sus seguidores en la medida en que está al servicio de ellos.

    Cuando una persona ve en otra un espíritu de servicio, una buena actitud constante, un deseo de ayudar y metas claras por las cuales está trabajando, inevitablemente se va a sentir atraída.

    Es en ese mismo espíritu de servicio que el líder busca de transferir parte de sus propias características a la otra persona.

    ¿Has notado que los seguidores imitan los gestos y hasta la forma de hablar del líder?

    Esto se debe a que en la relación líder-seguidor se han podido transferir muchas características del líder, incluyendo su forma de hablar y de expresarse.

    La influencia del líder es más efectiva cuando ocurre persona a persona. En la medida que el líder pasa más tiempo con la otra persona, esta persona está más expuesta a él y, por lo tanto, esa influencia es mucho más efectiva.

    La influencia también es más efectiva en la medida en que el líder desarrolla ciertos hábitos en su vida, como por ejemplo:

    1. Servir. Muchos creen que liderar significa mandar, cuando en realidad significa servir. Esto quiere decir que el líder está a disposición de su gente para apoyarlos, guiarlos y orientarlos cuando ellos lo necesiten.
    2. Dirigir. La mayoría de las personas tienen una gran dificultad para establecer metas y objetivos y luego hacer un plan para llegar lograrlos. Un buen líder tiene la capacidad de identificar sus propios objetivos y trabajar por ellos, y también de ayudar a sus seguidores a que identifiquen los suyos y hagan un plan para lograrlos.
    3. Comunicar. Un elemento clave en el liderazgo es la comunicación. Comunicar no significa decirles todo a tus seguidores, sino saber qué y cómo decírselo. La forma y el momento en que se transmite información determinan la reacción.

      Liderar significa servir, y el servicio implica tiempo, dedicación y trabajo. Si deseas ser líder, comienza por evaluar tu capacidad y deseo de servir a otros.


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