• enero 9, 2020
  • La máscara de la depresión

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  • Detalle de lo tratado

    1. Mitos sobre la depresión (resumen del programa anterior)
    2. La máscara de la depresión
    3. Cómo ayudar a quienes sufren de depresión

    Introducción
    Acabamos de celebrar el Día de reyes o la Epifanía. La palabra «Epifanía» viene de la palabra griega que significa «manifestación» o «ser hecho conocido.» En otras palabras, Jesús fue «hecho conocido» para todo el mundo simplemente por haber nacido. Durante esta época, recordamos la visita de los reyes magos, quienes le entregaron a Jesús lo mejor de ellos como regalo y adoración. Tradicionalmente, esta visita es celebrada el 6 de enero.

    Quizá no tengamos oro, incienso o mirra, pero en esta semana de la Epifanía podemos ofrecer y entregar lo mejor de nosotros, ayudando intencionalmente a alguna persona que sufra de depresión.

    En el programa pasado comentamos que la depresión es un diagnóstico médico que afecta las emociones, relaciones, vocaciones y hasta el espíritu de la persona. Sin embargo, muchas personas que sufren de depresión han dominado el arte de ponerse una máscara y esconder su condición, en vez de pedir ayuda. Tú y yo podemos jugar un papel imprescindible en la vida de ellos al dar lo mejor de nosotros para ayudarlos.

    1. Mitos sobre la depresión (resumen del programa anterior)

      La depresión NO les ocurre a los débiles emocionalmente ni es un «drama» para llamar la atención. No significa que nos falta la fe ni que es un castigo de Dios. La depresión NO se «te pasa» si haces un esfuerzo.

      La depresión es un trastorno biológico que cualquier persona puede presentar. Lo peligroso de creer estos mitos es que sin el tratamiento adecuado, las condiciones de salud mental pueden empeorar.

    2. La máscara de la depression

      Sin embargo, muchas personas que sufren de depresión han dominado el arte de ponerse una máscara y esconder su condición, en vez de pedir ayuda. Tú y yo podemos jugar un papel imprescindible en la vida de ellos.

      La máscara de la depresión es la que nos ponemos cuando nos preguntan «cómo estamos» y respondemos con un «súper bien», cuando en realidad estamos muriendo por dentro. Y es que los mitos y la crueldad de la sociedad hacen que las personas que sufren de depresión sientan vergüenza.

      La persona deprimida se convence a sí misma que si solo se esfuerza un poco más logrará estar bien, y por eso se pone una máscara cada día y pretende estar bien.

      La depresión puede ser un atentado contra la vida misma pues, a falta de ayuda, la condición depresiva va empeorando al punto que algunas personas prefieren literalmente morir antes de pedir ayuda. Comienzan a odiarse a sí mismas por sentirse así.

      Queremos recordarles que la depresión tiene cura. Consulte con su doctor de cabecera. Un profesional de la salud mental puede recomendarle medicamentos, psicoterapia, terapias de estimulación cerebral, fototerapia, ejercicio, educación y estrategias de autocontrol o enfoques mentales/corporales/espirituales; por ejemplo, meditación, fe y oración.

    3. Cómo ayudar a quienes sufren de depression

      Además de necesitar intervención profesional, las personas con depresión necesitan un sistema de apoyo para recuperarse. Usted y yo podemos ser ese apoyo.

      La Dra. Beverly Yahnke nos sugiere:

      • Copiarles una oración o un mensaje alentador.
      • Hacerles saber que estamos orando por ellos.
      • Recordarles que Dios les dará todo lo que necesiten.
      • Recordarles que Dios no prometió sanarnos instantáneamente después de orar, pero que sí prometió sostenernos, consolarnos y sanarnos de acuerdo con su voluntad.
      • Darles tiempo para ellos mismos, o darles un poco de espacio. Es bueno que tengan un tiempo solos, alejados de los demás y de las responsabilidades del hogar, o alejados de sus tareas como padres.
      • Enfocarnos totalmente en la persona y estar dispuestos a escuchar todos los detalles sin perder la paciencia.
      • Animarles a no tomar decisiones ni hacer cambios drásticos en la vida hasta que puedan pensar concienzudamente todas las implicaciones de los mismos, y hasta que tengan la energía física y emocional para obrar al respecto.
      • Alentarlos a que busquen ayuda profesional.

      Contrario a lo que oímos en los mitos acerca sobre la depresión, esta es un diagnóstico médico que afecta las emociones, relaciones, vocaciones y hasta el espíritu de la persona. Sin embargo, muchas personas que sufren de depresión han dominado el arte de ponerse una máscara y esconder su condición en vez de pedir ayuda.

      La Dra. Beverly Yahnke nos enseña que el contagio emocional es real. Cuando un miembro de la pareja se deprime, se estima que un cuarenta por ciento de las veces, el cónyuge «sano» contrae algunos síntomas de depresión. El cónyuge sano extraña la presencia emocional y la energía física que el cónyuge deprimido tenía antes, y desea de todo corazón que las cosas vuelvan a ser «normales».

      Entonces, cuando el depresivo se niega a tratarse, multiplica los sentimientos de desesperanza e impotencia que el cónyuge sano y los miembros de la familia deben cargar. El cónyuge sano hasta puede llegar a ver la falta de interés por buscar ayuda como una evidencia de que al cónyuge deprimido ya no le importan su pareja y su matrimonio.

      La buena noticia es que nuestro Creador está aquí para ayudarnos. Él cuida a su creación con su creación.

      • Comunícate con la línea de ayuda de NAMI (Alianza Nacional para la Enfermedad Mental), llamando al 1-800-950-NAMI (6264), o escribiendo a info@nami.org.
      • El sistema de Lifeline ofrece servicios gratuitos en español 24/7. Vale destacar que no es necesario hablar inglés para pedir ayuda. Cuando se llama al número 1-888-628-9454, la llamada se dirige al centro de ayuda más cercano disponible. Cuando el centro contesta la llamada, se estará hablando con una persona que escuchará, hará preguntas y hará todo lo que esté a su alcance para prestar ayuda.

    En esta época de Epifanía, seamos la respuesta a la oración de una persona que sufre de depresión.

    PARA REFLEXIONAR

    • ¿Puedes distinguir algunas máscaras a tu alrededor? Si es así, ¿qué puedes hacer para que esas personas no tengan más necesidad de ponérselas?

    ¿QUÉ NOS DICE LA BIBLIA?

    • «Jesús nació en Belén de Judea cuando Herodes el Grande era rey de ese país. En esa época, unos sabios de un país del oriente llegaron a Jerusalén y preguntaron: «¿Dónde está el niño que nació para ser el rey de los judíos? Vimos su estrella en el oriente y hemos venido a adorarlo…Después de escuchar al rey, los sabios salieron hacia Belén. Delante de ellos iba la misma estrella que habían visto en su país. Finalmente, la estrella se detuvo sobre la casa donde estaba el niño… Cuando entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y se arrodillaron para adorarlo. Abrieron los cofres que llevaban y le regalaron al niño oro, incienso y mirra.» Mateo 2
    • «Yo puse mi esperanza en el Señor, y él inclinó su oído y escuchó mi clamor; me sacó del hoyo de la desesperación, me rescató del cieno pantanoso, y plantó mis pies sobre una roca; ¡me hizo caminar con paso firme! Puso en mis labios un nuevo canto, un canto de alabanza a nuestro Dios. Muchos vieron esto y temieron, y pusieron su esperanza en el Señor.» Salmo 40

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