• abril 30, 2020
  • El perdón

  • Regresa

  • Detalle de lo tratado

    • Introducción
    • El perdón desde el punto de vista psicológico
    • La capacidad de perdonar
    • El proceso de pedir perdón
    • ¿Cómo ayuda el perdón al ofendido?

    Introducción

    A menudo escuchamos decir frases como:

    • «el perdón es un bálsamo»;
    • «perdona si quieres que te perdonen»;
    • «el perdón sana el alma»;
    • «perdona con el corazón»;
    • «el perdón alegra el alma»;
    • «si no perdonas es porque no amas»;
    • «el perdón es la puerta hacia la reconciliación».

    Todas estas declaraciones son sabiduría humana mezclada con conocimiento bíblico. Pero realmente no sabemos lo que es el perdón hasta que lo experimentamos de una manera real.

    En la antigüedad, el perdón era solamente un asunto religioso. Pero ahora la psicología ha investigado la influencia positiva del perdón y la influencia negativa de NO pedir perdón y de NO perdonar en nuestra salud.

    El perdón se puede abordar desde diferentes puntos de vista. Los estudios reflejan que el perdón puede evitar que ocurran problemas cardiovasculares, ayuda a salir de cuadros depresivos y a superar el duelo por la pérdida de seres queridos. En una encuesta europea se encontró que las mujeres perdonan más que los hombres.

    El perdón desde el punto de vista psicológico

    Psicológicamente, el perdón se define no como un acto único, sino como un proceso continuo que la persona desarrolla interiormente, y que beneficia más a quien perdona que a quien es perdonado. Tanto el pedir perdón como el perdonar son procesos terapéuticos importantes.

    El psicólogo Robert Enright dice que «el perdón es la modificación de los pensamientos, sentimientos y conductas negativas en relación con el ofensor».

    El proceso de perdonar no solamente incluye terminar las conductas dirigidas contra el ofensor, sino también la realización de conductas positivas por el interés propio. Por otra parte, perdonar no es un síntoma de debilidad, porque no se trata de dar permiso al otro para que vuelva a hacer daño, sino que se perdona cuidando que no nos hagan daño de nuevo.

    La capacidad de perdonar

    Ser capaz de perdonar es un regalo para uno mismo. No solamente beneficia a la persona perdonada sino también a la que perdona. «Al no perdonar, la persona está encadenada a quien le hizo daño. Mientras no la perdone, no podrá sustraerse del poder que el ofensor y la ofensa tienen sobre él».

    El perdonar demuestra una mayor inteligencia emocional, mayor madurez y disposición a vivir una vida mejor. La persona que pide perdón es la que se siente responsable de haber causado algún daño a alguien. Quien pide perdón lo hace por muchas razones, pero por lo general lo hace para sentirse mejor consigo mismo o para sentirse perdonado por algo que se le había convertido en una carga insoportable.

    El proceso del perdón no implica abandonar la búsqueda de justicia ni dejar de defender tus derechos, solamente se trata de que no conviertas la búsqueda de justicia en el centro de tus acciones, para que ello no dificulte tu avance en otras áreas de tu vida.

    El perdón tiene un efecto positivo y liberador de la persona que perdona porque al hacerlo, desarrolla sentimientos de amor hacia su persona y se siente mejor consigo mismo. Deja el pasado atrás con todos sus eventos y vive una vida mejor.

    El proceso de pedir perdón

    Se inicia analizando lo que ha pasado, las circunstancias, motivos y emociones que causaron el daño y los efectos que hemos causado. Para pedir perdón tiene que haber arrepentimiento sincero por el daño causado, que no debe quedar solamente en palabras sino en la creación de un plan concreto que garantice que aquello no vuelva a ocurrir y que se restituya el mal causado.

    Desde el punto de vista terapéutico, el perdón se debe pedir dando los siguientes pasos:

    • Reconocer que lo que se hizo causo daño u ofendió a otro.
    • Sentir de verdad el dolor del otro.
    • Analizar la conducta propia.
    • Establecer un plan de acción para que no vuelva a ocurrir.
    • Pedir perdón explícitamente al otro.
    • De ser posible, restituir el daño causado.

    ¿Cómo ayuda el perdón al ofendido?

    El perdonar es una manifestación de nuestros valores morales y trae como consecuencia sanidad y liberación del enojo, rencor y odio. Cuando nos hacen daño, la reacción inmediata y lógica es ir contra quien lo hizo, pero esta reacción tiene sus problemas. A corto plazo, tratas de impedir que el daño continúe; pero si la acción sigue por mucho tiempo, la herida permanecerá abierta y tu vida perderá alegría y fuerza.

    Al perdonar no necesariamente se olvida ni la persona se reconcilia con el agresor, pero puede vivir sin la pesada carga del resentimiento y deseos negativos contra la persona que no podía perdonar. Muchas veces las personas piden perdón y no son perdonadas por que el individuo al que se le pidió perdón no estaba listo, pues las heridas no habían cicatrizado. A las personas que no admiten sus errores o tienen autoestima baja les cuesta mucho pedir perdón.


Contáctenos