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El árbol de los problemas
Del episodio titulado, 7 Pasos para no enloquecer en la crianza de los hijos - Parte 1Había contratado un carpintero para ayudarme a reparar mi vieja granja. Él acababa de finalizar su primer día de trabajo, que había sido muy duro: su sierra eléctrica se había estropeado, lo que le había hecho perder mucho tiempo, y ahora su viejo camión se negaba a arrancar.
Mientras lo llevaba a su casa permaneció en silencio. Una vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia. Cuando nos dirigíamos a la puerta de su casa, se detuvo brevemente frente a un precioso olivo centenario y tocó el tronco con ambas manos.
Al entrar en su casa ocurrió una sorprendente transformación: su bronceada cara sonreía plenamente. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa. La energía había cambiado por completo. Un poco más tarde me acompañó hasta el coche. Cuando pasamos cerca del olivo sentí curiosidad y le pregunté por qué lo había tocado antes de entrar a su casa.
"Ese es mi árbol de los problemas", contestó. "Sé que no puedo evitar tener problemas durante el día, como los tuve hoy por ejemplo, pero no quiero llevar esos problemas a mi casa. Así que cuando llego aquí al final del día, cuelgo mis problemas en el árbol. Luego a la mañana, cuando salgo de mi casa, los recojo otra vez. Pero lo curioso es que cada mañana ni remotamente encuentro tantos como los que recuerdo haber dejado la noche anterior."
Anónimo
¿Qué haces tú con tus problemas?
No es fácil dejar a un lado nuestros problemas para retomarlos cuando tenemos la tranquilidad y capacidad emocional necesarias para resolverlos adecuadamente. Pero es importante aprender a hacerlo.
Cuando enfrentamos nuestros problemas en el lugar y momento adecuados, podemos verlos de una manera más objetiva que nos ayuda a encontrar su solución con mayor facilidad.