Es cierto que en la vida nos encontramos con muchos sinsabores, pero aunque cueste creerlo, te puedo asegurar que son más las bendiciones que recibimos de parte del Señor que los sinsabores que encontramos. Por lo tanto, no dejes que los fracasos, las traiciones e incluso la tristeza, te inhabiliten y te impidan alabarlo por las bendiciones recibidas. Haz tuyas las palabras del salmista:
Que todo lo que soy alabe al Señor;
que nunca olvide todas las cosas buenas que hace por mí. Salmo 103:2
Llena hoy tu corazón de gratitud y alabanza a Dios por todos los beneficios que recibes de Él. Proponte intencionalmente, cada día, descubrir las bendiciones que Dios tiene para ti y verás la mano de Jesús actuando con poder en toda tu vida.
Un día maravilloso
Hoy es un día maravilloso, más allá de que haya sol o esté nublado. Eso realmente no es lo que determina que un día sea maravilloso. Lo que lo determina es tu relación con Dios. Porque cuando caminas unido a Dios, él transforma tu tristeza en alegría, tus fracasos en triunfos, tus derrotas en victoria. El Salmo (30:11) dice:
Tú cambias mis lágrimas en danza; me quitas la tristeza y me rodeas de alegría.
¿Has escuchado bien? Dios cambia hoy tus lágrimas en danza, te quita la tristeza y te rodea de alegría. ¿Cómo sucede esto? Solo tienes que seguir el consejo que Jesús le dio a Jairo cuando le dijo: "No temas, solo debes creer".
Preséntate en oración ante el Rey de Reyes y Señor de Señores, y dile: "Gracias, Señor, porque he comprendido hoy que cuando me acerco a ti, tú me transformas".
En manos del Señor
Aun con las cosas tristes o dolorosas que te hayan podido ocurrir en el pasado, aun cuando sientas que no tienes mucho valor, tú eres una persona muy valiosa. ¿Sabes por qué? Porque Dios te creó y porque envió a su propio Hijo Jesucristo a dar su vida por ti. Jesús está contigo siempre, sanando las heridas que recibes y ayudándote a seguir adelante. En Dios puedes confiar siempre. Él nunca te va a defraudar. En Proverbios (16:3), su Palabra nos dice:
Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán.
Sabiendo cuánto vales para Dios, te invito a que te acerques a Él en oración y le confíes tus sueños y proyectos, permitiendo que Él te guíe de acuerdo a sus propósitos.
Una tarea difícil
Ser padres es una de las tareas más difíciles y establecerle límites a nuestros hijos en ocasiones nos resulta muy pesado. Las señales de tránsito no se inventaron para fastidiarnos, sino para marcarnos límites que nos mantengan seguros. Lo mismo pasa en nuestras vidas: cuando tenemos límites que nos guían, nos sentimos más seguros. Nuestros hijos no son la excepción; ellos necesitan que les establezcamos límites. Si sientes que no puedes hacerlo, pídele ayuda a Dios. La Biblia dice en Santiago (1-5):
Si alguno de ustedes requiere de sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios se la da a todos en abundancia y sin hacer ningún reproche.
Te invito a que confíes en el Señor y le pidas ayuda. Él quiere lo mejor para ti y para tus hijos, y nunca te va a fallar.
Levántate
Hay veces en que nos sentimos sin fuerzas para seguir, que nos sentimos solos, tristes, abatidos o hemos perdido la esperanza de que los problemas que tenemos tengan solución. Quiero decirte algo que puede hacer que estos sentimientos cambien. Dios envió a su Hijo Jesús al mundo para librarte del poder del pecado y darte vida abundante. Él te da la fuerza que necesitas para superar la tristeza o el desánimo y para resolver tus problemas. Él te da fuerza para brillar su luz allí donde te encuentras. A través del profeta Isaías (60:1), Dios te dice:
¡Levántate, resplandece! ¡Tu luz ha llegado! ¡Ya la gloria del Señor brilla sobre ti!
Hoy te exhorto a que seas valiente y te levantes, confiando tu vida al Señor Jesús, porque con amor eterno Él te ha amado.
Con Dios vencemos
Hay días que sentimos que todo está en nuestra contra, que todo nos sale mal y que no somos capaces de conquistar el reto que tenemos frente a nosotros. Sentimos que no tenemos el conocimiento ni las habilidades necesarias para ejecutarlo con éxito y que nuestros enemigos se alegrarán de nuestro fracaso. Pero el Salmo 60 (12) nos anima, diciéndonos:
Con Dios obtendremos la victoria; ¡él pisoteará a nuestros enemigos!
El Señor tiene poder en medio de cualquier situación complicada o de derrota que tengas. En su momento, te dará la sabiduría y pisoteará a tus enemigos para que salgas vencedor en cualquier reto que se te presente en la vida. Amigo mío, no temas. Créele al Señor Jesucristo, él quiere lo mejor para ti.