Los problemas y las situaciones difíciles en nuestra vida nos llevan a desconfiar que el Señor está con nosotros. No sé como hayas despertado esta mañana, pero si ha sido con una preocupación por un problema que tengas o con temor por lo que pueda pasar en este día, ¡no te desanimes! Puedes confiar que el Señor siempre estará contigo. Isaías 41 (10) te dice:
No tengas miedo, que yo estoy contigo; no te desanimes, que yo soy tu Dios. Yo soy quien te da fuerzas, y siempre te ayudaré; siempre te sostendré con mi justiciera mano derecha.
Ánimo, amigo, que vas a salir adelante. Enfrenta cada día con una actitud positiva, creyendo que el Señor Jesús estará contigo todos los días hasta el fin. Él cumple sus promesas.
Tener paciencia
Dios quiere que seamos más pacientes. La paciencia es uno de los nueve frutos del Espíritu mencionados en el capítulo cinco de Gálatas. Pero es un fruto de crecimiento muy lento que prospera mejor en el suelo de los problemas y las pruebas. En la carta de Santiago 1:2-4, leemos:
Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando estén pasando por diversas pruebas.
Bien saben que, cuando su fe es puesta a prueba, produce paciencia.
Pero procuren que la paciencia complete su obra,
para que sean perfectos y cabales,
sin que les falta nada.
Sabiendo que Dios siempre está obrando en tu vida, te invito a que le pidas que te enseñe y ayude a tener paciencia y a confiar en que se haga Su voluntad en todo momento de tu vida.
Los límites de Dios
Todos necesitamos conocer los límites de lo que es seguro y aceptable. Funcionamos mejor como padres y nuestros hijos prosperan cuando tienen en claro sus límites y comprenden las consecuencias de no seguirlos. De la misma forma, como Padre amoroso que es, Dios establece para nosotros las reglas para el éxito en la vida y recompensa a quienes las honran. En el libro de Josué 1:8, Dios nos dice:
Procura que nunca se aparte de tus labios este libro de la ley.
Medita en él de día y de noche, para que actúes de acuerdo con todo lo que está escrito en él.
Así harás que prospere tu camino, y todo te saldrá bien.
Te invito a que le des gracias a Dios por cuidar de tu bienestar, guiándote a través de Su palabra sobre lo que debes y no debes hacer.
Los sentimientos y la fe
Por lo general, nuestros sentimientos no están en sintonía con lo que es mejor para nosotros, sino que prefieren salirse con la suya. Por ello es que gastamos dinero que no tenemos, comemos cosas que no debemos, nos acostamos tarde aun cuando sabemos que debemos levantarnos temprano al otro día. Es que nuestros sentimientos son inconstantes: cambian como el viento. Sin embargo, como creyentes, tenemos algo mejor en que confiar: en la Palabra de Dios. Jeremías 17:9 nos dice:
El corazón es engañoso y perverso, más que todas las cosas.
¿Quién puede decir que lo conoce?
Dios nos conoce totalmente y está dispuesto a darnos un corazón nuevo a través de su palabra. Te invito a que le pidas a Dios que te ayude a confiar cada día más en Él y menos en tus sentimientos.
Sepan que Yo soy Dios
"Sepan que Yo soy Dios", nos dice Dios en el Salmo 46. ¡Esto significa que debemos reconocer que nosotros no somos Dios! Cuando no obedecemos, no consultamos o no reconocemos los tiempos de Dios, lo quitamos del trono de nuestra vida y nos ponemos en su lugar. Y sabemos lo bien que eso funciona, ¿verdad? Mucho se habla sobre tener metas y visión, algo que es apoyado por lo que nos dice la Biblia en Proverbios 29: 18a:
Cuando no hay visión, el pueblo se desvía...
Pero nunca cumplirás tu visión sin la ayuda de Aquel que te la dio. No hay tiempo perdido esperando cuando esperas en el Señor. Pídele hoy a tu Padre celestial que te ayude a estar quieto para ver, escuchar y seguir Su dirección.
Estén quietos
"Estén quietos, y sepan que Yo soy Dios", nos dice Dios en el Salmo 46. Es que la actividad extra que nos produce la ansiedad, no permite que Dios se manifieste en nuestra vida con todo su poder. Pero este "estar quietos" no significa quedarnos pasivos y sin hacer nada. Por el contrario, significa hacer lo que Dios quiere que hagamos, pero sin ir corriendo delante de Él. Significa someterse a Él, esperando y siguiendo su guía. ¿Para qué? Para asegurarnos de tener la paz que nos acompaña cuando andamos por sus caminos. Colosenses 3:15 nos dice:
Que en el corazón de ustedes gobierne la paz de Cristo...
Entonces, amigo, te exhorto a que le pidas siempre a Dios que te revele su voluntad y luego "quédate quieto", reconoce que Él está a cargo y sabe lo que está haciendo. Él te va a guiar por sus caminos.