"Este es el día que hizo el Señor; nos gozaremos y alegraremos en él" (Salmo 118:24 NTV). Cada mañana cuando te despiertes preséntale tus peticiones al Señor, confiando en que Él te escucha y tiene cuidado de ti. Las personas que disfrutan de la vida son aquellas que le dan cabida a la alegría y no se rinden ante la adversidad, sino que se paran firmes y, con esperanza y fe, le creen al Señor que él los escucha. La Biblia dice en el Salmo 5:
Por la mañana, Señor, escuchas mi clamor; por la mañana te presento mis ruegos, y quedo a la espera de tu respuesta (Salmo 5:3 NVI).
Te invito a que hagas tus peticiones al Señor diciéndole que se haga su voluntad en tu vida. Dios siempre escucha tu oración. Solo tienes que confiar y esperar en Él.
El Señor abre caminos
Si estás pensando emprender un nuevo proyecto, una obra social para ayudar a los necesitados o tal vez un negocio, lo primero que debes hacer es presentar el proyecto al Señor y pedirle que te confirme su voluntad. Si esto es así, no le hagas caso a las voces que te digan que es imposible, no importa de dónde o de quién vengan. Porque por imposible que parezca lo que deseas emprender, el Señor te abrirá el camino. La Biblia dice en Isaías 43:
Yo voy a hacer algo nuevo, y ya he empezado a hacerlo. Estoy abriendo un camino en el desierto y haré brotar ríos en la tierra seca (Isaías 43:19 TLA).
Cuando buscamos y seguimos la voluntad y propósito de Dios para nuestra vida, él hace brotar el árbol en la tierra que parecía desértica y nos da sus frutos.
Amor inagotable
Todos los días nos enfrentamos a retos y batallas. La actitud que tengas ante ellos va a determinar cómo te sentirás al final del día. Si las cosas salieron a tu favor, alaba a Dios pues gracias a su ayuda saliste vencedor. Pero si alguna vez crees que estás perdiendo la batalla, no te desanimes: el Señor sigue estando contigo. El Salmo 42 nos dice:
Pero cada día el Señor derrama su amor inagotable sobre mí (Salmo 42:8a NTV).
Si el desánimo toca las puertas de tu corazón, no se las abras. Recuerda que Dios está contigo y es quien te da fuerzas y te concede la vida. ¡Ánimo y sigue hacia adelante! El Señor jamás te dejará ni te abandonará, porque su amor por ti es inagotable.
Suficientes en Dios
El gran error de la humanidad es querer vivir una vida independiente de Dios. Lo hemos visto desde Adán hasta nuestros días. ¿No te ha pasado que al querer resolver tus problemas por ti mismo en realidad lo único que lograste fue empeorarlos? Queremos vivir siendo autosuficientes y valernos por nosotros mismos porque depender de alguien nos hace sentirnos débiles cuando, en verdad, nuestra fortaleza está en cuánto somos capaces de depender de Dios. El libro de Proverbios nos advierte:
... no te apoyes en tu propia prudencia. Proverbios 3:5
Pero Dios sabe más y mejor que nosotros. Él tiene todo bajo control, sabe todo lo que sucede y es soberano. Apóyate en Su prudencia y permite que sea Él quien guíe cada paso de tu vida.
De todo corazón
¿Cuánto confías en Dios? Confiar en Él a medias no sirve de nada. La confianza en Dios debe ser completa, intencional y deliberada, dejando todo en Sus manos sin ninguna duda. Pero para confiar así en alguien, debemos conocerlo muy bien. Piensa en las personas a tu alrededor. ¿Con quién tienes más confianza? Probablemente con aquellas con las que pasas más tiempo, con las que compartes más cosas, con las que más te relacionas. Lo mismo sucede con nuestra relación con Dios. Cuanto más profunda sea, cuanta más relación tengamos con Él, más podremos confiar en Él. El libro de Proverbios dice:
Confía en el Señor de todo corazón. Proverbios 3: 5a
Te animo a que pases tiempo con Dios en oración, en su Palabra y en su servicio, para confiar cada día más en Él y en lo que Él esté haciendo en tu vida.
Tenemos un abogado
Todos nos equivocamos y pecamos. Todos hacemos cosas de las cuales nos arrepentimos o por lo menos debiéramos hacerlo. Pero gracias al sacrificio, muerte y resurrección de Jesucristo, no tenemos que cargar con el peso de la culpa sobre nuestros hombros por el resto de la vida. Al confesar a Jesús como Señor de nuestra vida, somos perdonados de nuestros pecados. La Biblia nos dice en 1 Juan 2:1:
Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no pequen. Si alguno ha pecado, tenemos un abogado ante el Padre, a Jesucristo el justo. 1 Juan 2:1
Te exhorto a que te presentes delante del Señor con el corazón en la mano, le pidas perdón en el nombre de Jesús y sigas adelante viviendo la vida que Él ha preparado para ti.