¿Se te ha ocurrido pensar que todos llevamos una etiqueta en la espalda con la lista de las cosas buenas que hacemos por los demás? Muchos revisan nuestra etiqueta y, si nuestra lista no les gusta, se alejan y nos juzgan. Pero Dios no es así: él nos ama sin condición, sin revisar nuestra etiqueta. Delante de él no tenemos que tratar de justificar nuestro valor. En 1 Corintios 1:30-31, la Palabra de Dios nos dice:
"... ustedes están unidos a Cristo Jesús, a quien Dios ha hecho nuestra sabiduría
—es decir, nuestra justificación, santificación y redención—
para que, como está escrito: 'Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe en el Señor'".
Pídele hoy a Dios que te afirme en su amor incondicional que te perdona y justifica por medio del sacrificio de su Hijo Jesús.
Dios es fiel
¡Qué difícil es ver sufrir a un hijo! El acoso y hostigamiento escolar se ha convertido en un verdadero problema para nuestros niños y adolescentes. Sin embargo, no debemos angustiarnos ni desesperarnos. Dios nos llama a actuar en su favor y a descansar en sus promesas. En 1 Corintios 10:13b, el apóstol Pablo nos asegura que:
"... Dios es fiel y no permitirá que ustedes sean sometidos a una prueba más allá de lo que puedan resistir, sino que junto con la prueba les dará la salida, para que puedan sobrellevarla."
Hoy te invito a que le pidas a Dios que envuelva a tus hijos en su amor y los mantenga siempre bajo su cuidado, para que nada ni nadie pueda lastimarlos ni apartarlos de Él. Dios está con tus hijos y los hace fuertes en medio de los problemas. Descansa en sus promesas.
Dios tiene un plan
Dios tiene un propósito para que estés donde estás. Él quiere que disfrutes la vida. En Eclesiastés 5:19, leemos:
A todo hombre a quien Dios ha dado riquezas y bienes,
lo ha capacitado también para comer de ellos, para recibir su recompensa y
regocijarse en su trabajo: esto es don de Dios.
Cuando comprendes esto, aprendes a disfrutar de tu trabajo y a cumplir con tus responsabilidades con eficiencia y profesionalismo. No hay nada más reconfortante que saber que Dios tiene un plan para tu vida.
Hoy te aliento a que, más allá de la situación en la que te encuentres, busques de honrar a Dios allí donde él te ha colocado.
Todo éxito tiene un precio
¿Alguna vez comenzaste algo y no lo terminaste? ¡Qué difícil es terminar todo lo que uno comienza! Es que lo bueno en la vida requiere esfuerzo, sacrificio y constancia. Todo éxito tiene un precio. En Mateo 24:10-13, Dios nos dice:
"... muchos tropezarán, y unos a otros se traicionarán y odiarán.
Muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos;
y tanto aumentará la maldad que el amor de muchos se enfriará.
Pero el que resista hasta el fin, será salvo".
¿Cómo resistir hasta el fin? Con la ayuda de Dios. Él es quien nos fortalece la fe a través de su Palabra y sus medios de gracia. Aunque el mundo parezca estar al revés, con su ayuda podemos seguir firmes hacia adelante y terminar con gozo este camino.
Él todo lo calma
¿Alguna vez has ido al mar? ¿Qué haces cuando ves venir una ola? ¿Te hundes en el agua o la montas con denuedo y valentía? Me gusta pensar que la vida entera es como un mar, con muchas olas de cambios, retos, alegrías y duelos. El Salmo 65:7 nos recuerda:
"Tú sosiegas el estruendo de los mares,
acallas el estrépito de sus olas
y silencias el alboroto de los pueblos".
Aun en medio de esas olas de cambios y desafíos es posible disfrutar de la vida que Dios nos ha dado. Cuando confiamos en que Dios nos acompaña en todo momento, podemos montar con confianza el estruendo de los mares de la vida y el estrépito de sus olas, sabiendo que Él está en control.
Él irá delante de ti
¿Te sientes ansioso porque no sabes en qué te estás metiendo? ¿Te embarcas en una nueva relación, un nuevo trabajo o un área desconocida donde no tienes todas las respuestas, y como no sabes exactamente lo que está involucrado, estás ansioso? ¡No lo estés! Escucha la Palabra de Dios para ti hoy, tomada de Deuteronomio 31:6:
¡Así que sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni sientas pánico...
porque el Señor tu Dios, él mismo irá delante de ti.
No te fallará ni te abandonará.
Dondequiera que te esté llevando la vida, lleva contigo estas promesas. Y cuando tu confianza comience a flaquear apóyate en ellas, sabiendo que Dios honrará su Palabra.