¿No puedes evitar criticar la conducta, decisiones o carácter de los demás? El orgullo o la arrogancia por tus conocimientos, tu experiencia o los éxitos que has logrado, te puede hacer creer que solamente tú sabes cómo hacer las cosas, que no hay otra manera posible o mejor, sino solo la tuya. Sin embargo, en Mateo 7:1 la Palabra de Dios nos dice:
No juzguen, para no ser juzgados. Porque con el juicio que juzgan, serán juzgados, y con la medida que miden serán medidos.
Hoy te animo a que, en vez de criticar, trates de descubrir las virtudes y cualidades de aquellos a quienes criticas. Quizás tengan cualidades que tú no posees. Recuerda que bienaventurados son los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Excelencia
La excelencia es hacer lo que sea necesario para alcanzar un objetivo establecido de la mejor manera posible. La otra cara de la moneda, que muchas veces usamos, es la mediocridad. A veces hacemos cosas en forma mediocre solo para salir del paso, no dando lo mejor de nosotros mismos como corresponde. Pero Dios no se conforma con mediocridad. Él espera de nosotros excelencia. Así nos lo dice su Palabra en Colosenses 3:23-24, donde leemos:
Y todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no como para la gente, porque ya saben que el Señor les dará la herencia como recompensa, pues ustedes sirven a Cristo el Señor.
Te animo a que, a partir de hoy, tu vida sea una de excelencia por la gracia de Dios.
Ansiedad Vs. confianza
La ansiedad es una dolencia muy común en el día de hoy, especialmente entre los niños y jóvenes, quienes no cuentan aún con las herramientas necesarias para enfrentarla y superarla. Hoy queremos recordarte lo que Jesús nos dice en Mateo 6:
No se preocupen por su vida...busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas... no se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. ¡Ya bastante tiene cada día con su propio mal!
Cuando la ansiedad te agobie, descansa en estas palabras de Jesús. Él nunca te va a fallar. Ten presente también las palabras del apóstol Pedro, quien dijo: "Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes".
La rebeldía
Somos rebeldes por naturaleza. La insubordinación de Adán y Eva nos alcanza hasta nuestros días. ¡Qué difícil nos resulta someternos a las autoridades establecidas, a los padres, esposos, maestros, policías, gobernantes y... hasta a Dios! Sin embargo, la Palabra de Dios nos dice en Romanos 13:1-2:
Todos debemos someternos a las autoridades, pues no hay autoridad que no venga de Dios. Las autoridades que hay han sido establecidas por Dios. Por lo tanto, aquel que se opone a la autoridad, en realidad se opone a lo establecido por Dios, y los que se oponen acarrean condenación sobre ellos mismos.
Hoy te invito a que apliques estas palabras a tu vida. ¿Sabías que TODA autoridad viene de Dios? ¿De qué manera cambia esto tus actitudes hacia quienes tienen autoridad sobre ti?
El cuidado de Dios
Muchas veces, cuando pasamos por situaciones dolorosas o nos suceden cosas difíciles o trágicas, nos preguntamos si realmente le importamos a Dios. En respuesta a esto, en Lucas 12:6-7 Jesús nos dice:
¿Acaso no se venden cinco pajarillos por un par de monedas?
Sin embargo, Dios no se olvida de ninguno de ellos. Lo mismo pasa con ustedes...
Así que no teman, pues ustedes valen más que muchos pajarillos.
La próxima vez que dudes del amor y la presencia de Dios en tu vida, recuerda que Dios te creó, envió a su único Hijo a morir por ti y prometió estar contigo en todos y cada momento de tu vida. Acércate a él en oración y pídele que te llene de su amor. Él lo hará.
No a la venganza
¿Alguna vez has tenido ganas de vengarte de alguien? ¿Formas parte de ese grupo de personas que dicen "la venganza es dulce", o "te pagaré con la misma moneda", o "el que me la hace, me la paga"? Si es así, quiero decirte algo: la venganza nunca te va a dejar un sabor dulce. Al contrario, cuando todo haya pasado, te encontrarás con un sabor amargo.
Cuando sientas que quieres vengarte de alguien, recuerda lo que dice la Palabra de Dios en Romanos 12:19:
No busquemos vengarnos, amados míos. Mejor dejemos que actúe la ira de Dios, porque está escrito:
'Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor'.
Te invito a que, al igual que el apóstol Pablo, confíes y descanses en la justicia divina.