Sabemos que ningún extremo es bueno. No es lo mismo tomar un descanso que vivir en pereza. La Biblia dice que "... quien no quiera trabajar tampoco tiene derecho a comer... trabajen para ganarse la vida..." 2 Tesalonicenses 3:10-12 TLA.
Por su parte, Jesús nos alienta con las siguientes palabras:
Ustedes viven siempre angustiados y preocupados.
Vengan a mí, y yo los haré descansar...
Mateo 11:28 TLA
Hoy te invito a que te acerques a Dios en oración y deposites ante su trono todas las cosas que te angustian o preocupan, confiando en que él se hará cargo de ellas.
Descansa en Él
Muchas personas pierden la salud por trabajar demasiado para ganar dinero, y luego pierden todo ese dinero tratando de recuperar la salud. En contraste, Jesús nos dice:
No vivan pensando en qué van a comer, qué van a beber o qué ropa se van a poner.
La vida no consiste solamente en comer, ni Dios creó el cuerpo sólo para que lo vistan...
Ya no se preocupen... Lo más importante es que reconozcan a Dios como único rey,
y que hagan lo que él les pide. Dios les dará a su tiempo todo lo que necesiten.
Mateo 6:25-35 TLA
Te invito a que disfrutes la vida que Dios te ha dado: trabaja para Él y descansa en Él.
La importancia de ser padres
Los niños no nacen totalmente desarrollados, sino que poco a poco, con la incentivación y guía de sus padres y otros adultos, van creciendo mental, espiritual, social y físicamente. Con Jesús fue igual. La Biblia nos dice que "Jesús siguió creciendo en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y con los hombres" (Lucas 2:52).
La tarea que tenemos los padres es enorme y no es fácil, ¡pero es imprescindible! También es enorme el privilegio que Dios nos concede al confiar a nuestro cuidado la vida de sus preciosas criaturas. Dios exige, pero también es claro en cuanto a lo que espera de nosotros. Dice el profeta Miqueas:
"El Señor te ha dado a conocer lo que es bueno, y lo que él espera de ti, y que no es otra cosa que hacer justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios." (Miqueas 6:8)
Agradécele hoy a Dios por la oportunidad que te da de influenciar para bien la vida de sus criaturas y pídele que te ayude a crecer cada día más en justicia, misericordia y humildad.
Viviendo sin estrés
¿Cuánto estrés hay en tu vida? ¿Crees que es posible mantener la calma cuando las obligaciones nos sobrepasan... cuando el dinero no alcanza para pagar todas las cuentas... cuando el tiempo se nos escapa de las manos... cuando la salud nos falla... cuando las cosas no salen como teníamos planeado... cuando no conseguimos trabajo...?
¡Claro que sí! Es posible porque no estamos solos, sino que tenemos a Alguien muy superior a nosotros que está siempre dispuesto a venir en nuestra ayuda. De esta manera nos lo recuerda el Salmo 121:
A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda?
Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra. Salmo 121:1-2
Te invito a que hoy, y todos los días de tu vida, levantes tus ojos al Señor tu creador, con la certeza de que él siempre está dispuesto a ayudarte.
Creciendo firme
Cuando vemos una casa que sigue en pie después de más de cien años, sabemos que tiene cimientos fuertes. Jesucristo dijo:
"Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada
sobre la roca." Mateo 7:24-25
De la misma forma, si queremos influenciar a nuestros hijos y jóvenes para bien, primero debemos asegurarnos de estar firmes en nuestra auto disciplina, en los valores o principios éticos por los cuales nos regimos, en nuestra identidad y en nuestra seguridad emocional. Después de todo, lo que nos sucede en la vida proviene de lo que nos está sucediendo interiormente.
Hoy te invito a que le pidas a Dios que te guíe en tu crecimiento personal, para que puedas ser de guía para quienes Él ha puesto a tu cuidado.
La muerte que da vida
Con palabras le decimos a una persona cuánto la amamos y valoramos, y con acciones confirmamos esas palabras. Cuando sacrificamos nuestros gustos y deseos por los de otra persona, le estamos demostrando nuestro respeto y amor. T cuando nos sacrificamos por otros, les estamos damos el regalo más grande posible.
[Jesús dijo:] "No hay un amor más grande que el dar la vida por los amigos." (Juan 15:13)
Hoy recordamos y damos gracias a Dios por todos los que, a lo largo de la historia, han dado su vida en defensa de la libertad de este país.
Pero más aún, le damos gracias al Padre por amarnos tanto como para enviar a Jesús a este mundo a vivir y morir por nosotros para que, a través de la fe en él, seamos perdonados y tengamos la certeza de la vida eterna en el cielo junto a él.