¿Te has dado cuenta que tu pareja piensa, habla, actúa y hasta suena de manera diferente a como tú lo haces? ¿O prefieres no ver la realidad e imaginarte a un personaje de los cuentos de hadas? Nuestra pareja es diferente a nosotros, por lo que no debemos revestirla de fantasía o reinventarla, sino aceptarla y amarla. La Biblia nos dice:
Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros,
porque el amor viene de Dios,
y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce.
El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.
1 Juan 4:7-8
¿Qué te parece si hoy te dedicas a amar a tu pareja así como es, de la misma forma que Dios nos ama a ti y a mí?
Cuida tu corazón
Hay parejas que viven a la defensiva y luchan por el control de la relación. Quienes así viven, no se dan cuenta que los juegos de poder no solo no funcionan, sino que además matan el amor. En su carta, el apóstol Santiago dice: ¿De dónde surgen las guerras y los conflictos entre ustedes? ¿No es precisamente de las pasiones que luchan dentro de ustedes mismos?" (4.1)
Es por ello que es necesario que examinemos nuestro corazón y que reconozcamos nuestros sentimientos y diferencias. Solo así podremos controlar nuestras emociones y cuidar las palabras que decimos, para no tener que lamentarnos. La Biblia nos dice:
"Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida". Proverbios 4:23
Buscar la restauración
Dios creó a la primera pareja con el propósito de sacar al hombre de su estado de soledad, de ayudarle a desarrollar su carácter y habilidad social y de crear un núcleo perfecto para la multiplicación de la raza humana. Lamentablemente, con la entrada del pecado al mundo, el propósito de Dios ha sido violentado de muchas maneras. Aun así, la Palabra de Dios nos exhorta diciéndonos:
Hermanos, alégrense, busquen su restauración,
hagan caso de mi exhortación, sean de un mismo sentir, vivan en paz.
Y el Dios de amor y de paz estará con ustedes".
2ª Corintios 13:11
Hoy te invito a que tomes un tiempo para reflexionar en las cosas que pueden estar lastimando tu relación, y le pidas a Dios que te ayude a sanar las heridas y enmendar tu camino.
La máscara de la depresión
¿Es contagiosa la depresión? Sí y no. La depresión en sí no se puede contagiar, pero el contagio emocional es más que real. En el Evangelio de Mateo, Jesús nos extiende la siguiente invitación:
"Vengan a mí todos ustedes... que yo los haré descansar.
Lleven mi yugo... y hallarán descanso para su alma;
porque mi yugo es fácil, y mi carga es liviana".
Mateo 11:28-30
Ya sea que estés sufriendo de depresión o que sufras por alguien cercano, pídele a Jesús en oración que te ayude. Él va a proveer los medios necesarios para sanarte, pues él ha prometido estar contigo.
La depresión
Muchas personas piensan que la depresión es un síntoma de debilidad emocional. Sin embargo, sabemos que la depresión es una enfermedad causada generalmente por desbalances químicos en el cerebro. El rey David habló sobre ello en uno de sus salmos, diciendo:
"¿Hasta cuándo, Señor? ¿Hasta cuándo me ocultarás tu rostro?
¿Te olvidarás de mí para siempre?
¿Hasta cuándo debo estar angustiado, y andar triste todo el día?"
Salmo 13:1-2
La depresión es una condición que puede afectar a cualquiera, ¡pero tiene solución! Si conoces a alguien que está sufriendo de depresión, anímale a que busque ayuda profesional. De esa forma Dios cuida a su creación por medio de su creación.
La necesidad de Dios
Sin Dios el hombre está vacío, su vida no tiene sentido ni rumbo. Quizás pienses que ese no es tu caso, que tú no necesitas a Dios, que ya tienes todo lo que necesitas. Créeme que llegará tu momento de reconocer que hay un Dios y que él es galardonador de los que le buscan con toda sinceridad. Pues la única manera de estar completos es permitiendo que Dios llene nuestro vacío espiritual.
"Pues en Cristo habita toda la plenitud de Dios en un cuerpo humano.
De modo que ustedes también están completos mediante la unión con Cristo... "
Colosenses 2:9-10
Quizás sea tiempo de pedirle al Señor que llene tu vida, para después poder compartirla con quienes te rodean.