Cuando somos incapaces de resolver algo por nosotros mismos, buscamos la ayuda de un experto o profesional, según sea la necesidad que tengamos.
Dios, quien nos creó, conoce muy bien nuestras capacidades. Pero aun así, y más allá de todo lo que sepamos o podamos aprender, el salmista nos dice:
Encomienda al Señor tu camino;
confía en él, y él actuará. Salmo 37:5 NVI
La invitación está hecha. ¿Qué te parece si hoy reconoces que Dios sabe más que tú en todas las áreas de la vida y que le puedes pedir ayuda, con la certeza de que Él siempre responde de acuerdo con su voluntad?
Tesoros en el cielo
En esta vida podemos acumular muchos y muy grandes tesoros como bienes, riquezas, títulos de honor, poder e influencia. Pero todos ellos son pasajeros: cuando nos llegue la muerte, ellos morirán con nosotros. Es por ello que Jesús nos aconseja:
"No almacenes tesoros aquí en la tierra, donde las polillas se los comen y el óxido los destruye,
y donde los ladrones entran y roban. Almacena tus tesoros en el cielo, donde las
polillas y el óxido no pueden destruir, y los ladrones no entran a robar." Mateo 6:20 NTV
Contrario a lo que el mundo enseña, Jesús nos dice que los verdaderos tesoros son los que acumulamos en el cielo, los tesoros espirituales eternos que jamás perderemos si perseveramos hasta el fin. ¿Qué te parece si este año te propones aprender y aplicar más a tu vida la Palabra de Dios, o enseñar más a tus hijos, hermanos o amigos, la voluntad de Dios para sus vidas?
Confía tus planes a Dios
La Palabra de Dios nos enseña que está bien que hagamos planes y que nos propongamos metas y objetivos. Pero también nos dice que pongamos todo en manos de Dios, pues sólo de Él viene la respuesta correcta y sólo Él puede hacer prosperar nuestros planes. La Biblia nos dice:
"Podemos hacer nuestros propios planes, pero la respuesta correcta viene del Señor.
Pon todo lo que hagas en manos del Señor, y tus planes tendrán éxito." Proverbios 16:1,3 NTV
Así es que hoy te invito a que, en oración, le presentes a Dios los planes, metas y objetivos que te hayas propuesto para este año, y le pidas que dirija tus acciones de tal manera que todo lo que hagas y digas esté de acuerdo con Su voluntad.
Pide y recibirás
¿Qué cosas te gustaría lograr este año? ¿Qué desearías que te ocurriera, tanto a nivel personal y familiar, como a nivel laboral? Sean cuales fueran las metas que te quieras proponer para este año, recuerda que no estás solo. Jesucristo lo dijo muy claramente:
"Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, encuentra;
y al que llama, se le abre." Lucas 11:10
Dicho de otra manera: si no recibes, es porque no pides; si no encuentras, es porque no buscas; y si no se te abre la puerta, es porque no llamas. No esperes más. Éste es el momento de pedir, de buscar y de llamar. Pídele a Dios en oración que te muestre Su voluntad para tu vida. Jesucristo está esperando.
Dios sólo quiere nuestro bien
Dios nos conoce bien. Después de todo, él fue quien nos creó y lo hizo con un propósito que está llevando a cabo en nuestra vida. Si bien no podemos ver el futuro, sí podemos confiar en que Dios es el Señor soberano de nuestro futuro y confiar en él. Dios nos alienta con las siguientes palabras:
"Sólo yo sé los planes que tengo para ustedes. Son planes para su bien,
y no para su mal, para que tengan un futuro lleno de esperanza" (Jeremías 29:11).
Ni tú ni yo sabemos lo que este nuevo año nos va a traer, pero Dios sí lo sabe. Él conoce nuestro futuro antes de que se convierta en nuestro presente. Es más, Él va a estar en nuestro futuro, así como está en nuestro presente. Y si Él está con nosotros, todo va a estar bien.
Sólo Dios conoce el futuro
En el siglo diecinueve alguien dijo: "El teléfono tiene demasiadas deficiencias como para que se considere seriamente un medio de comunicación". A todos nos atrae tratar de adivinar el futuro, pero por lo general nuestras predicciones no son más que malas adivinanzas.
La Biblia, en cambio, habla sobre nosotros y sobre el futuro, y nunca se equivoca. Ella nos enseña a mirar al futuro con confianza: "¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!", dice en Filipenses 4:13, y también nos enseña a no malgastar energías tratando de adivinar el futuro, como lo dice en Eclesiastés 8:6-7:
un gran problema, y es que éste no sabe lo que va a pasar, ni cuándo pasará,
ni hay tampoco nadie que se lo diga."
¿Qué te parece si entregas tu futuro a su Creador?