Hay maneras y maneras de hablar. Algunos hablan mucho y dicen poco. Otros hablan poco, pero dicen mucho. En la Navidad, Dios nos habla directamente a través de su Hijo, quien refleja el carácter y la esencia del Padre. Jesucristo es el representante de Dios divino y humano a la vez; un puente de carne y hueso, de boca y corazón, tendido entre el cielo y la tierra. La Biblia nos dice:
"... en estos días finales [Dios] nos ha hablado por medio del Hijo, a quien constituyó
heredero de todo, y mediante el cual hizo el universo." Hebreos 1:1-2
Hoy te invito a que oigas, mires y recibas lo que él te dice. Unido a Jesús participarás, por gracia, de la herencia y gloria eterna junto a Dios.
Una Navidad con gracia
Como la luz en un lugar oscuro. Como la lluvia sobre la tierra seca. Como todo lo que refresca, revitaliza y renueva. Así es la gracia de Dios, la gracia que nos revela el infinito amor y buena voluntad del Creador para con nosotros. Esta noche es Nochebuena, una noche diferente: ¡porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación de todos los hombres! Así lo anunció el ángel a los pastores:
"... No teman, que les traigo una buena noticia, que será
para todo el pueblo motivo de mucha alegría. Hoy, en la ciudad de David,
les ha nacido un Salvador, que es Cristo el Señor..." Lucas 2:10-11
¿Cómo va a ser tu Navidad? ¿Vas a tener mucho, pero con sabor a nada? La gracia de Dios se ha manifestado en su Hijo, en ese niño preparado desde la eternidad, prometido en el Edén y nacido en Belén. Tu Navidad sólo será una verdadera Navidad si tienes a Jesús, su Palabra, su presencia, su iglesia. No pierdas la oportunidad. Haz que esta Navidad sea una Navidad con gracia.
Tus pecados son perdonados
Suele decirse que 'las cuentas claras conservan la amistad'. Y es que honrar las deudas es una virtud preciosa. La relación Dios-hombre, que es el vínculo vital de nuestra existencia, fue profundamente afectada por el pecado: donde debía haber armonía, confianza y comunión, pasó a haber temor, ira, vergüenza e indiferencia. Es por ello que el Señor nos dice:
"Vengan ahora, y pongamos las cosas en claro. Si sus pecados son como la grana, se pondrán
blancos como la nieve. Si son rojos como el carmesí, se pondrán blancos como la lana." Isaías 1:18
Para que nuestro pecado no sea un estorbo en nuestra relación con el Dios santo, él envió a su Hijo perfecto e inocente quien, con su sufrimiento y muerte, pagó nuestra culpa. Jesús vino a este mundo a cargar con aquello que nos destruye. Este es el momento de ir a su encuentro en arrepentimiento y de recibir su perdón.
Bendito es el que viene
"El que viene" es alguien muy importante: es el Señor de la vida, el Creador del mundo, el dueño del universo. Sin embargo, su venida no está rodeada de adornos, fiestas y luces, sino de humildad, obediencia y devoción... pues en él reside la gloria de Dios. Muchos años después, al verlo pasar las multitudes gritarían:
Navidad es reconciliación
¿Cómo te estás preparando para celebrar la Navidad? ¿Estás tan ocupado con todos los preparativos que no tienes tiempo para siquiera pensar en su verdadero significado? Recuerda que en la Navidad celebramos lo que Dios hizo para enviar a su Hijo a restaurar nuestra relación con Él y con nuestros seres queridos. La Biblia nos dice:
"... en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo,
sin tomarles en cuenta sus pecados..." (2 Corintios 5:19).
Hoy te invito a que aproveches estos días que faltan hasta la celebración de la Navidad, para hacer un alto en tu camino y agradecerle a Dios por la reconciliación que hizo posible a través de su hijo Jesucristo, y pedirle que te ayude a vivir en ese espíritu de reconciliación con quienes te rodean.
Escoge hoy a quién servir
Cuando Moisés murió, Dios le dijo a Josué que no se apartara de la ley, que meditara en ella día y noche, y que la compartiera. Poco antes de morir, Josué convocó a los líderes de las tribus de Israel y, luego de recordarles todo lo que Dios había hecho por ellos, les dijo:
Pero si no les parece bien servirle, escojan hoy a quién quieren servir...
Por mi parte, mi casa y yo serviremos al Señor. Josué 24:14-15
Hoy te invito a que hagas un inventario de todas las bendiciones que has recibido de Dios a lo largo de tu vida, y si aún no lo has hecho, escojas hoy a quién servir. Dice la Biblia en el Salmo 103:2: "Que todo lo que soy alabe al Señor; que nunca olvide todas las cosas buenas que hace por mí." (NTV)