Una de las tantas cosas de las cuales como hispanos podemos sentir orgullo, es que estamos siempre prontos para enfrentar desafíos y no renunciar a nuestros sueños, a pesar de los obstáculos que se nos presenten. Es claro que a veces sentimos como que los desafíos son tantos, que las fuerzas se nos terminan y ya no podemos seguir más.
En momentos así, te invitamos a que recuerdes las siguientes palabras de Jesús:
y hallarán descanso para su alma; porque mi yugo es fácil, y mi carga es liviana.
Mateo 11:29-30
Ciudadanos de dos mundos
Aparte del idioma, los hispanos tenemos muchas cosas que nos caracterizan: nos gusta hablar y reírnos fuerte, somos fanáticos del fútbol, nos gusta bailar, nuestra vida gira alrededor de nuestra familia, respetamos a nuestros mayores, etc. Pero a veces, al no estar viviendo en nuestros países de origen, nos resulta difícil expresar nuestra cultura y sentirnos "en casa".
Cuando esto nos suceda, ell apóstol Pablo en su carta a los filipenses, nos dice:
de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo."
Filipenses 3:20
Comenzando en un país nuevo
Comenzar una nueva vida en un país extraño, muchas veces sin dominar el idioma y sin el apoyo de familiares y amigos, puede resultar agotador. Las tareas comunes como encontrar vivienda, trabajo, escuela para los niños y atención médica, de pronto se vuelven abrumadoras.
Sin embargo, no estamos solos. Escuchemos lo que Dios nos promete en su Palabra:
"Mientras vivas nadie podrá hacerte frente, porque yo estaré contigo...
No te dejaré, ni te desampararé." Josué 1:5
Es nuestra oración que esta promesa te acompañe cada día de tu vida.