• marzo 17, 2022
  • Roles, vocaciones y prioridades de la mujer

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  • INTRODUCCIÓN

    No cabe duda de que las mujeres son especiales. Dios las creó con diferentes capacidades, roles o vocaciones que hacen de este mundo un lugar maravilloso. Yo tengo 5 hijas, dos hermanas, 6 nietas y una esposa maravillosa. Cada una de ellas tienen características individuales que hacen mi vida especial.

    Hoy queremos hablar sobre algunas cosas prácticas que podemos hacer para dar lo mejor de nosotros mismos en nuestros diferentes roles y vocaciones. Y nos vamos a dirigir específicamente a las mujeres, honrando el mes de marzo como el Mes de la Mujer.

    Pero primero, conversemos acerca de algunos de los roles de las mujeres.

    ROLES Y VOCACIONES DE LA MUJER

    Las mujeres de todos los tiempos han desempeñado innumerables roles. Hoy vamos a referirnos a cinco de esos roles que cumplen las mujeres en la actualidad, los cuales ayudan a mantener en funcionamiento la vida en sociedad. Ellos son:

    1. Profesional

    Este es el rol que desempeñan las mujeres que se desenvuelven profesionalmente en un trabajo determinado, ya sea en una empresa u organización, o como dueña de su propia práctica, empresa o negocio, o como funcionaria o empleada a tiempo completo o parcial.

    2. Cónyuge

    En este rol y etapa de su vida, la mujer tiene una única obligación: ser feliz al lado de la persona que ella ha elegido para compartir su vida, con todas sus tristezas y alegrías, y luchar con él para lograr los sueños y metas que juntos se han propuesto.

    3. Madre

    En el rol de madre, al traer una vida al mundo de forma biológica o por adopción, la mujer tiene la vocación de velar por la estructura que conforma la vida emocional, física e intelectual de sus hijos. Pero esto no quiere decir que deba hacerlo sola. Así como para crear un bebé es necesaria la participación de un hombre y una mujer, así también es necesario que ese hombre, ahora convertido en padre, se haga cargo junto la madre de amar, atender, cuidar, guiar y educar a esa criatura para que pueda convertirse en un miembro que contribuye al bien de la sociedad.

    4. Administradora del hogar

    Uno de los roles que siempre se ha mantenido vigente, sin importar el transcurso de los años, es el papel de la mujer como administradora de su casa, o sea, llevando a cabo esas tareas que comúnmente conocemos como de amas de casa. Sí, las que se hacen cargo del hogar sin recibir ninguna compensación económica. En este rol o vocación, la mujer cuida de las tareas domésticas a tal grado que se convierte en administradora de todo lo pertinente al funcionamiento del hogar y la familia, un trabajo que no es nada fácil.

    5. Mujer por encima de todo

    Este rol es el más importante. Las mujeres no pueden cumplir efectivamente con sus otras vocaciones si no cumplen primero con esta y se aman y cuidan a sí mismas. Aunque la sociedad les exija belleza, buen estado físico y elegancia a las mujeres, es muy importante que ellas se sientan bien consigo mismas en todo momento. En otras palabras, tener confianza en sus capacidades y tener una autoestima saludable.

    Y es que estar bien significa amar esa imagen que se refleja en el espejo, así como también cuidar la salud física y mental, sin vivir para las apariencias.

    Ahora vamos a compartir algunos consejos sobre cómo ordenar todos estos roles que las mujeres desempeñamos, basándonos en el folleto Cómo establecer prioridades que pueden descargar de forma gratuita en la sección de recursos.

    CÓMO ESTABELECER PRIORIDADES

    Para poder dar lo mejor de sí mismas en cada uno de los roles y vocaciones que tienen las mujeres, es imprescindible aprender a establecer prioridades para llevar una vida organizada y cumplir responsablemente con cada aspecto de ella.

    Establecer prioridades no siempre es fácil. Cada uno de nosotros tenemos nuestro propio ritmo, prioridades y manera de organizarnos, cada uno estamos lidiando con diferentes situaciones y cada uno hemos sido bendecidos con diferentes dones y talentos.

    Aun así, hay algunos consejos que podemos tener en cuenta con respecto a establecer nuestras prioridades en todos los roles y vocaciones que desempeñan las mujeres.

    1. Haz una lista de las personas y cosas más importantes de tu vida y luego, con ella en mente, prioriza lo que quieres lograr. Este puede ser el aspecto más difícil de priorizar, ya que a menudo dejamos que lo urgente supere a lo importante.

    2. Espera lo inesperado. No permitas que los contratiempos arruinen tu día. Acéptalos como oportunidades para ayudar a otros o para tu crecimiento personal.

    3. Sé realista al establecer tus metas. Si pones metas muy difíciles de alcanzar, lo más probable es que te decepciones. Por ejemplo: quizás te has propuesto hacer ejercicio todos los días, pero luego de una semana te das cuenta de que no puedes mantener ese ritmo sin sacrificar otras cosas que también son importantes (familia, casa, etc.). Entones, puedes reformular tu meta y proponerte hacer ejercicio día por medio, de modo que también puedas encargarte de las otras cosas importantes en tu vida, en vez de cargarte de culpas por no hacerlas.

    4. Trata de aprender de quienes parecen tener sus prioridades en orden. Habla con ellos y observa cómo lo hacen. Pídeles que te aconsejen, pero recuerda no comparar tu vida o tus prioridades con las de ellos. Después de todo, cada uno de nosotros pasa por situaciones diferentes y enfrenta la vida también de manera diferente. Como dice la Biblia, toma lo bueno y deshecha lo malo.

    5. Dedica unos minutos al comienzo del día para organizar tus pensamientos, objetivos y tareas. La lista de tareas puede ser una excelente forma de organizarte; sólo recuerda plantearte objetivos que sean posibles de alcanzar y que coincidan con lo que es más importante.

    6. ¡No compliques las tareas diarias más de lo necesario!

    a. Establece rutinas regulares y ve acomodando las otras metas en medio.

    b. Divide las tareas más grandes en pasos más pequeños.

    c. No trates de hacer demasiado a la vez; haz una cosa a la vez para que puedas hacerlo bien.

    d. Mantén las cosas simples y aprende la forma más efectiva de manejarlas.

    7. Deshazte de todo lo que no necesitas en tu vida (y no me estoy refiriendo sólo a cosas tangibles, aunque es bueno sacar de tu vida la ropa o los zapatos que ya no usas o necesitas.) Quizás sea el momento de deshacerte de las cosas inútiles que te hacen sentir abrumada, una habitación o un armario a la vez. Y mientras lo haces, piensa en las cosas innecesarias que están ocupando espacio en tu vida: heridas viejas, malos hábitos, preocupaciones, etc. ¡Tal vez sea hora de prescindir también de eso!

    8. Recuerda que el día sólo tiene 24 horas. Y en esas 24 horas debemos incluir tiempo para la familia y amistades, el trabajo o estudio, jugar, comer y dormir. Si no puedes encontrar tiempo para todo, es porque tu vida está demasiado llena de cosas o porque no te estás organizando de la manera más eficiente.

    9. Sé consciente de tus fortalezas y tus limitaciones, y no permitas que otros controlen tus acciones y decisiones de acuerdo con «quién» o «qué» piensan que tú deberías ser.

    CONCLUSIÓN

    Si tus prioridades están fuera de control y no puedes cumplir con tus roles y vocaciones, hoy mismo puedes resolver que vas a comenzar de nuevo. Para ello, el primer paso que vas a dar es establecer tus prioridades.

    Y no te asustes si no logras todas tus metas. ¡Perdónate cuando te equivocas! Y pide perdón si le has causado un problema a otra persona porque tus prioridades se descontrolaron.

    Y finalmente, disfruta de la satisfacción que encuentras al tener tus prioridades en orden y poder llevar a cabo tus vocaciones:

    * Poder pasar más tiempo con las personas que más te importan.

    * No cargarte de culpas cuando no logras todo (muchas cosas pueden esperar hasta otro día).

    * Aprender a disfrutar el tiempo con el que Dios te ha bendecido, en vez de vivir una vida caótica.

    * Pedirle a Dios que te ayude a aprender a estar contenta, más allá de las circunstancias.

    En resumen… ¡vive en libertad los dones, roles y vocaciones que Dios te ha dado!


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