Hoy vamos a hablar de algo que nos define y da identidad: nuestras raíces, nuestra herencia hispana. Son esas tradiciones, sabores y costumbres que llevamos en el corazón, sin importar cuántos años llevemos lejos de nuestro lugar de origen o cuán mezclada sea nuestra familia.
Y es que nuestras raíces culturales son un tesoro que nos define y fortalece, y que podemos mantenerlas vivas de manera significativa mientras abrazamos nuevas experiencias. Porque nuestras tradiciones no solo son recuerdos del pasado, sino herramientas vivas para conectar con nuestras familias, nuestra comunidad e inclusive nuestra fe.
¿Por qué es importante hablar de nuestra herencia hispana? El filósofo mexicano José Vasconcelos dijo: «Por mi raza hablará el espíritu.» Esta frase, parte del lema de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), refleja la idea de que nuestras raíces culturales son un medio a través del cual se manifiestan nuestros valores, creatividad y esencia. Es un recordatorio de que nuestra identidad cultural no solo está en nuestras tradiciones, sino en cómo estas son un canal para expresar quiénes somos y lo que creemos.
Reconectar con nuestras raíces nos ayuda a recordar quiénes somos, a valorar de dónde venimos y a transmitir algo significativo a las próximas generaciones. Sin embargo, a veces esto puede ser difícil. Después de tantos años lejos, o en familias donde las culturas se mezclan, es natural que algunas tradiciones se diluyan. Y ese no es el fin del mundo.
El propósito de esta conversación es buscar formas genuinas y significativas de mantener viva nuestra esencia cultural, disfrutando el proceso y abrazando también lo nuevo. Es como una guía sencilla para transmitir tu identidad y valores a las nuevas generaciones, mientras aprendes a integrarte y a enriquecer tu vida con las influencias del lugar donde vives.
Comencemos haciendo un poco de historia. El Mes de la Herencia Hispana es una celebración que se lleva a cabo del 15 de septiembre al 15 de octubre. Durante estos 30 días se rinde homenaje a la historia, cultura y contribuciones de las comunidades hispanas y latinas aquí en Estados Unidos.
Este mes tiene un significado especial porque coincide con las fechas de independencia de varios países de América Latina, como México, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Nicaragua, El Salvador y Chile. Comenzó en 1968 como una semana, pero en 1988, el presidente Reagan decidió ampliarla a un mes completo.
Y no se trata solo de recordar el pasado. Hoy en día, los latinos representan más del 18% de la población de Estados Unidos, ¡eso es más de 60 millones de personas! Nuestra comunidad sigue impulsando la economía, transformando la cultura y marcando la diferencia en campos como el arte, la ciencia, el activismo y los deportes.
Jugadores latinos como Messi o figuras como Ellen Ochoa, la primera astronauta latina, han dejado una huella imborrable.
Y el Mes de la Herencia Hispana también es una oportunidad para aprender. Este mes nos invita a celebrar nuestras historias, inspirar a las nuevas generaciones y mostrar al mundo el impacto que tenemos. ¡Hay muchas formas de ser parte de esta celebración!
Vamos a compartir ahora algunas ideas sobre cómo podemos honrar nuestras raíces sin complicarnos.
1. Rescata los detalles cotidianos de tu cultura. A veces pensamos que las tradiciones son grandes eventos, pero muchas están en lo cotidiano. Por ejemplo:
a. Si creciste en Panamá, dedica un día para preparar un almuerzo especial, como un arroz con guandú, gallina guisada o torrejas de maíz nuevo.
b. Si eres de México, convierte la tortilla de maíz en protagonista, enseñándole a tus hijos cómo hacerlas y cómo calentarlas directamente en el fuego.
c. De Centroamérica, los frijoles negros no pueden faltar o trae pequeños gestos, como tomar café con pan dulce por la tarde, y haz de esto un ritual familiar.
d. Si eres de Argentina, comparte un buen asado con tus amigos.
2. Crea experiencias multisensoriales. Involucra todos los sentidos en la conexión con tus raíces:
a. Decora tu hogar con textiles o colores típicos. Coloca manteles tejidos a mano o arte hecho en tu país de origen.
b. Llena la casa de música. Pon marimba guatemalteca, tamborito panameño, cumbia colombiana o mariachi mexicano para que tus hijos asocien esos sonidos con momentos felices en casa.
c. Introduce olores y sabores de la cocina tradicional. Desde el sofrito panameño hasta un mole mexicano, esos aromas cuentan historias que las palabras no logran explicar.
3. Cuenta historias desde el corazón. Tus experiencias son el mejor regalo para la próxima generación. No necesitas un gran evento para compartirlas:
a. Habla de cómo eran tus días en el campo o en la ciudad donde creciste. Describe el mercado, la plaza, las comidas o los juegos.
b. Usa fotos antiguas o souvenirs para contar anécdotas. Por ejemplo, cómo era subirse a un “diablo rojo” en Panamá o las tradiciones del Día del Niño en México o los regalos del Día de Reyes en Uruguay.
c. Si no tienes muchas historias propias, investiga leyendas o cuentos populares de tu país y adapta una versión divertida para los más pequeños.
4. Invita a otros a ser parte de tus tradiciones. Las familias mixtas tienen el privilegio de mezclar culturas. En lugar de mantener las tradiciones separadas, invítalas a encontrarse:
a. Si en tu familia celebran Acción de Gracias, incorpora un platillo típico de tu país, como pupusas salvadoreñas, tamales guatemaltecos o tortillas panameñas.
b. Organiza un intercambio cultural en casa. Por ejemplo, enseña a tus hijos y a tu pareja a jugar lotería mexicana mientras explicas qué representan las imágenes.
c. Celebra una fiesta patria como el 3 de noviembre (Panamá) o el 15 de septiembre (México y Centroamérica) e invita a tus amigos a participar. Una bandera, música alegre y un platillo especial pueden hacer la diferencia.
5. Viajes y exploraciones virtuales. Si puedes, viajar a tu país de origen es una de las experiencias más enriquecedoras que puedes ofrecer a tus hijos. Pero si no es posible, la tecnología puede ayudarte:
a. Usa Google Maps para explorar lugares emblemáticos como el Canal de Panamá, Chichén Itzá, el Lago de Atitlán o el Glaciar Perito Moreno.
b. Busca videos o documentales que muestren la biodiversidad de Centroamérica, las tradiciones de Semana Santa en Guatemala o el carnaval de Río de Janeiro.
A veces, en el esfuerzo por mantener nuestras raíces vivas, podemos sentir que hay una barrera entre nuestra cultura y la del lugar donde vivimos. Pero lo cierto es que no tenemos que elegir entre una y otra. Podemos ser ambas cosas: honrar nuestras raíces y abrazar lo nuevo.
1. Evita el juicio generacional:
Es común escuchar frases como: “Los jóvenes ya no valoran las tradiciones” o “Los niños ya ni hablan español.” Pero cada generación vive su cultura de manera diferente. En lugar de juzgar, pregúntales qué significa para ellos ser latinos. Escucha sus experiencias y busca formas de conectar desde su realidad.
2. Sé flexible y abierto:
Permite que las tradiciones evolucionen. Por ejemplo, tal vez no puedas celebrar las fiestas patrias como lo hacías en tu país, pero puedes adaptarlas a lo que tienes aquí. Mezclar lo latino con lo local no resta valor; al contrario, enriquece la experiencia.
3. Educa a través del ejemplo:
Habla con orgullo de tus raíces, pero también muestra interés por la cultura que te rodea. Aprende sobre las festividades locales y participa en ellas. Este balance enseña a tus hijos que valorar tus tradiciones no significa rechazar las de otros.
En 1 Corintios 9:22-23, el apóstol Pablo dice: «Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles. A todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme partícipe de él».
Estas palabras nos enseñan que podemos adaptarnos a las culturas que nos rodean, no para perder nuestras raíces, sino para compartir el amor de Dios con quienes tienen diferentes tradiciones y costumbres.
Para nosotros, los latinos en Estados Unidos, esto significa que nuestras tradiciones y costumbres pueden ser un puente que conecta nuestra fe con la comunidad donde vivimos. Valorar nuestras raíces y compartirlas con los demás no solo honra nuestra historia, sino que también nos permite ser testigos del amor de Jesús en medio de una sociedad diversa. Nuestras tradiciones no son barreras, sino herramientas para mostrar la riqueza de la gracia de Dios y el amor que trasciende cualquier diferencia cultural.
Nuestras raíces son como un tesoro: no se trata de conservarlo intacto en una vitrina, sino de usarlo, compartirlo y adaptarlo a nuestra vida. No tienes que hacerlo todo perfecto ni aferrarte al pasado. Lo importante es crear algo significativo que conecte generaciones, que combine lo viejo con lo nuevo, y que celebre quiénes somos.
Así que la próxima vez que escuches tamboritos, huelas un arroz recién hecho o el humo de un asado, o veas una bandera ondeando, recuerda que nuestras raíces no solo son recuerdos: son la base de lo que construimos cada día.
Y no queremos que te pierdas ninguna de las sorpresas especiales que tenemos preparadas en Sentido Latino para este mes tan especial. Síguenos en nuestras plataformas:
• Facebook e Instagram: Encuentra contenido exclusivo, historias y promociones relacionadas con el Mes de la Herencia Hispana. ¡Dale «Me gusta» y únete a nuestra comunidad!
• Sitio web oficial: Visita sentidolatino.com para explorar artículos, recursos y detalles sobre nuestras actividades durante este mes.
No te quedes fuera de esta celebración única. Conéctate con nosotros y comparte tu herencia con orgullo.
¡Te esperamos!