• septiembre 18, 2025
  • Tácticas para manejar el TDAH

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  • Introducción

    Hoy vamos a hablar acerca de algunas tácticas para la vida cotidiana cuando vives con TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) o con alguien que lo tiene. Y para ello usaremos un libro que me abrió los ojos sobre este tema: «ADHD is Awesome» de Penn y Kim Holderness que lamentablemente se encuentra disponible solo en inglés. Penn, el esposo, sufre de TDAH, por lo que Kim, su esposa, ha tenido que aprender a vivir con el TDAH. En este libro, ellos comparten sus experiencias y dan consejos prácticos que hacen que este tema sea más fácil de comprender.

    Hoy en día sabemos que el TDAH no es un defecto de carácter ni una falla personal. Tampoco es resultado de mala crianza, consumo de azúcar o videojuegos, ni es una moda o una excusa para evitar responsabilidades. Las personas con TDAH no eligen sus comportamientos, ya que estos son el resultado de diferencias neuroquímicas en el cerebro.

    El TDAH es un trastorno neurológico crónico, pero manejable, que afecta la atención, la impulsividad y la hiperactividad. Las personas con TDAH enfrentan desafíos como completar tareas, escuchar atentamente o gestionar el tiempo. Pero también tienen la capacidad de enfocarse intensamente en temas que les apasionan, algo que puede convertirse en una fortaleza única.

    Hoy vamos a explorar cómo transformar el caos mental en un sistema lleno de tácticas prácticas, creatividad y, por qué no, un poco de diversión. ¡Así que agarren lápiz y papel porque esto es información que vale oro!

    1. Primero: escribe todo lo que puedas. Penn (el autor del libro con TDAH) nos cuenta que, aunque pueda ser tentador confiar en tu memoria, escribir las tareas, recordatorios y notas importantes es una estrategia que salva el día.

    Al principio, este hábito puede sentirse como un recordatorio de nuestras limitaciones, pero en realidad es una herramienta de empoderamiento. En realidad es simple: deja notas en la puerta para recordar las cosas que tienes que hacer, pon recordatorios escritos en tu mochila, o incluso haz listas en tu teléfono. Lo importante no es la sofisticación del método, sino el hecho de que tomes esa carga mental y la coloques en un lugar físico. Como dice Penn: “Si puedo escribirlo, debo escribirlo”.

    2. Segundo: implementa estrategias que te ayuden a encontrar fácilmente tus cosas. El TDAH tiene la habilidad especial de convertir el hogar en una especie de «búsqueda del tesoro diaria». Algunos métodos de ayuda son:

    1. Crear una pequeña canción o verso con los objetos que siempre necesitas antes de salir, como lentes, billetera, llaves y teléfono, y repetirla cada vez que sales.
    2. Usar pantalones cargo con muchos bolsillos, donde poner los objetos pequeños.
    3. Cuando no encuentres algo, sigue el rastro hasta donde normalmente comes.
    4. Invertir en llaveros llamativos o gafas de sol económicas, para minimizar el impacto de los extravíos inevitables.

    3. Tercero: prepara tu lugar de trabajo para que te ayude a mantenerte enfocado. Algunas tácticas para lograrlo son:

    • Crear un espacio libre de distracciones donde puedas trabajar sin interrupciones.
    • Reducir el desorden visible para evitar la sobrecarga sensorial.
    • Poner tus dispositivos fuera de alcance, ya que incluso la presencia de un simple teléfono en la habitación puede ser una distracción constante.
    • Para los días más difíciles, pequeñas adaptaciones como usar auriculares para bloquear el ruido externo o ajustar la iluminación y temperatura de la habitación pueden marcar la diferencia.

    4. Cuarto: ayúdate a concentrarte. Uno de los mayores retos con el TDAH es mantenerse enfocado en tareas específicas, pero las siguientes tácticas pueden ayudarte:

    1. Usar ruido de fondo como música suave o sonidos blancos, para mantener un flujo constante de estímulos moderados, ya que el silencio total puede ser tan perjudicial como el exceso de ruido.
    2. Implementar descansos cortos, programando pausas entre tareas largas para permitir que tu mente se relaje y recargue.
    3. Convertir las tareas en un juego, usando por ejemplo un temporizador para desafiarte a completar una tarea antes de que el tiempo se acabe.

    5. Quinto: recompénsate por tus logros
    El sistema de recompensas funciona especialmente bien para el cerebro con TDAH, y no necesitas hacerlo con un premio grande; algo tan simple como una golosina, un descanso adicional o escuchar tu canción favorita después de completar una tarea, puede ayudar a reforzar el comportamiento positivo.

    6. Sexto: incorpora el concepto de la «carrera de dos minutos»
    Cualquier tarea que pueda hacerse en menos de dos minutos, la haces inmediatamente. Por ejemplo: juntar la ropa sucia, sacar la basura, abrir el correo, etc. Este método reduce la acumulación de pequeñas cosas pendientes que pueden abrumarte más tarde.

    7. Séptimo: pide ayuda y comunica tus necesidades
    Uno de los mensajes más importantes del autor del libro es que no tienes que hacerlo todo solo. Habla con tus amigos, familia y compañeros de trabajo para pedir apoyo o simplemente para informarles cuando necesites un tiempo de concentración. Una simple frase como «me voy a concentrar», puede minimizar interrupciones y ayudarte a mantenerte en el camino.

    8. Octavo: transforma la frustración en gracia
    Vivir con TDAH puede ser frustrante tanto para ti como para quienes te rodean. Sin embargo, un cambio en el lenguaje puede hacer una gran diferencia. En lugar de reprenderte o criticarte a ti mismo por olvidar algo, reconoce que estás trabajando en ello. De la misma manera, si alguien cercano a ti está lidiando con los síntomas del TDAH, ayúdale proponiéndole tácticas y soluciones prácticas y positivas. Veamos algunos ejemplos:

    En lugar de decir: «¿Cómo es que dejaste tu ropa a un paso del cesto? ¿No podías haberla puesto dentro del cesto?», puedes decir: «Noté que tu ropa está junto al cesto. Por favor ponla adentro».

    En lugar de decir: «El jardín es un desastre. Hay hierba por todas partes y está altísima. ¿Vas a hacer algo al respecto?», puedes decir: «El césped está bastante alto. Es hora de cortarlo».

    La Palabra de Dios nos anima a adoptar una actitud de paciencia y amor hacia los demás, entendiendo que cada persona lleva consigo luchas internas que por lo general no vemos. En Efesios 4:2-3, leemos: “Sean siempre humildes y amables; tengan paciencia y sopórtense unos a otros con amor. Esfuércense por mantener la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz”.

    Las personas con TDAH no eligen olvidar, distraerse o posponer cosas; es parte de cómo sus cerebros funcionan. Nuestra compasión, entonces, no solo se convierte en un acto de amor, sino en un reflejo del amor de Jesús, quien nos soporta y nos ama así como somos.

    Jesús mostró compasión por los marginados y quienes eran vistos como “problemáticos” en su tiempo. Él los escuchó, los entendió y les ofreció gracia. De la misma manera, cuando te sientas frustrado por las distracciones o los olvidos de alguien con TDAH, recuerda que tienes la oportunidad de mostrar ese mismo amor y gracia, ayudándoles con soluciones prácticas y recordándoles que no están solos.

    Y si vives con TDAH, sé paciente contigo mismo también. Jesús vino a darnos descanso, esperanza y una vida plena.

    Conclusión

    El TDAH no es un defecto de carácter ni una falla personal. El TDAH es un trastorno neurológico crónico, pero manejable, y con fortalezas únicas. Puede ser un regalo increíble cuando aprendes a manejarlo y aprovecharlo. Desde organizar tu espacio y escribir recordatorios hasta usar trucos creativos como canciones o herramientas prácticas, cada paso te acerca a una vida más ordenada y satisfactoria.

    Recuerda que estos cambios no suceden de la noche a la mañana, pero con paciencia y perseverancia, puedes construir un sistema que te funcione para que florezcas en todo lo que haces.


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