El fin de un año crea temor en algunas personas por no saber lo que el nuevo año habrá de depararles. Pero no tiene por qué ser así. Tenemos razones suficientes para confiar en que el Señor tiene preparadas cosas buenas para nuestra vida. Vamos a conocer a nuevas personas, vamos a tener nuevos amigos, vamos a adquirir más conocimiento, vamos a ser prosperados, en fin vamos a ver que la mano bondadosa de Dios nos va a acompañar cada día de este nuevo año. Lamentaciones 3 dice:
El gran amor del Señor nunca se acaba,
y su compasión jamás se agota.
Cada mañana se renuevan sus bondades;
¡muy grande es su fidelidad! Por tanto, digo:
«El Señor es todo lo que tengo.
¡En él esperaré!»
(Lamentaciones 3:22-24 NVI)
Comencemos el nuevo año tomados de la mano de Dios, confiando en que su provisión es constante e interminable.
Unidos en armonía
Todas las personas que conoces tienen algo bueno que ofrecer, algo que quizás no hayas visto. Es por ello que es bueno que intencionalmente decidas proponerte no ver lo malo en los demás, sino conocer mejor a tu prójimo y descubrir todo lo bueno que hay en él. Al hacerlo, verás lo maravilloso que es vivir en paz y armonía. Escucha lo que dice el Salmo 133:
¡No hay nada más bello ni más agradable que ver a
los hermanos vivir juntos y en armonía! (Salmo 133:1b TLA).
Te invito hoy a que aproveches este tiempo de reflexión y pienses en las personas con las que has tenido alguna diferencia. Incluso más: te exhorto a que no sólo pienses, sino que hagas lo que sea necesario para acercarte a ellas. ¡Es Navidad mi amigo!
Gozo en el Señor
"Este es el día que hizo el Señor; nos gozaremos y alegraremos en él" (Salmo 118:24 NTV). Cada mañana cuando te despiertes preséntale tus peticiones al Señor, confiando en que Él te escucha y tiene cuidado de ti. Las personas que disfrutan de la vida son aquellas que le dan cabida a la alegría y no se rinden ante la adversidad, sino que se paran firmes y, con esperanza y fe, le creen al Señor que él los escucha. La Biblia dice en el Salmo 5:
Por la mañana, Señor, escuchas mi clamor; por la mañana te presento mis ruegos, y quedo a la espera de tu respuesta (Salmo 5:3 NVI).
Te invito a que hagas tus peticiones al Señor diciéndole que se haga su voluntad en tu vida. Dios siempre escucha tu oración. Solo tienes que confiar y esperar en Él.
El Señor abre caminos
Si estás pensando emprender un nuevo proyecto, una obra social para ayudar a los necesitados o tal vez un negocio, lo primero que debes hacer es presentar el proyecto al Señor y pedirle que te confirme su voluntad. Si esto es así, no le hagas caso a las voces que te digan que es imposible, no importa de dónde o de quién vengan. Porque por imposible que parezca lo que deseas emprender, el Señor te abrirá el camino. La Biblia dice en Isaías 43:
Yo voy a hacer algo nuevo, y ya he empezado a hacerlo. Estoy abriendo un camino en el desierto y haré brotar ríos en la tierra seca (Isaías 43:19 TLA).
Cuando buscamos y seguimos la voluntad y propósito de Dios para nuestra vida, él hace brotar el árbol en la tierra que parecía desértica y nos da sus frutos.
Amor inagotable
Todos los días nos enfrentamos a retos y batallas. La actitud que tengas ante ellos va a determinar cómo te sentirás al final del día. Si las cosas salieron a tu favor, alaba a Dios pues gracias a su ayuda saliste vencedor. Pero si alguna vez crees que estás perdiendo la batalla, no te desanimes: el Señor sigue estando contigo. El Salmo 42 nos dice:
Pero cada día el Señor derrama su amor inagotable sobre mí (Salmo 42:8a NTV).
Si el desánimo toca las puertas de tu corazón, no se las abras. Recuerda que Dios está contigo y es quien te da fuerzas y te concede la vida. ¡Ánimo y sigue hacia adelante! El Señor jamás te dejará ni te abandonará, porque su amor por ti es inagotable.
Suficientes en Dios
El gran error de la humanidad es querer vivir una vida independiente de Dios. Lo hemos visto desde Adán hasta nuestros días. ¿No te ha pasado que al querer resolver tus problemas por ti mismo en realidad lo único que lograste fue empeorarlos? Queremos vivir siendo autosuficientes y valernos por nosotros mismos porque depender de alguien nos hace sentirnos débiles cuando, en verdad, nuestra fortaleza está en cuánto somos capaces de depender de Dios. El libro de Proverbios nos advierte:
... no te apoyes en tu propia prudencia. Proverbios 3:5
Pero Dios sabe más y mejor que nosotros. Él tiene todo bajo control, sabe todo lo que sucede y es soberano. Apóyate en Su prudencia y permite que sea Él quien guíe cada paso de tu vida.