• abril 9, 2020
  • ¿Quién soy?

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    • Introducción
    • Identidad social
    • Identidad personal

    Introducción

    A quienes hemos emigrado a otro país muchas veces nos viene a la mente la pregunta: ¿quién soy? Los inmigrantes somos una mezcla de costumbres y culturas que a veces nos aturde. Cuando esto nos sucede, se nos hace más fácil buscar nuestra identidad en cosas materiales que quizá no tuvimos en nuestro país o en grupos sociales a los que quizás antes no teníamos acceso.

    Pero, ¿qué es lo que realmente nos da nuestra identidad? Si se nos priva de absolutamente todo y quedamos nosotros solos, ¿qué nos hace ser nosotros mismos?

    El psicólogo Rafael Ramírez Lagos [1] hizo un estudio de la identidad. Echando un simple vistazo a diferentes perfiles en las redes sociales podemos ver las pequeñas descripciones que hacemos de nosotros mismos. Hay quienes se definen como estudiantes, futbolistas, reporteros, mamás, hijos, etc., mientras que otros se definen como alegres, simpáticos, divertidos, curiosos, apasionados, etc.

    Estos dos tipos de definiciones son los más comunes: unas personas se definen por los grupos de los que forman parte, mientras que otras se definen por sus rasgos personales. La psicología nos dice que el concepto que tenemos de nosotros mismos está formado por dos identidades diferentes: la identidad social y la identidad personal.

    La identidad social

    La identidad social define al yo en términos de los grupos de pertenencia. Dicho de otra manera, los grupos a los que pertenecemos determinan nuestra autoestima. Recordemos que la autoestima es la valoración emocional-afectiva que tenemos de nosotros mismos. Por ello, definirse en base a grupos de alto estatus social supondrá una alta autoestima, mientras que definirse en base a grupos poco valorados socialmente supondrá una baja autoestima.

    Es fácil ver el alto impacto que tienen en nuestra autoestima y autoconcepto los grupos a los que pertenecemos. Si el grupo al que pertenecemos nos gusta, nos gustamos a nosotros mismos. Como alguien dijo: «Brillamos con el reflejo de la gloria de otros». Nos identificamos con los logros del grupo o de algunos de sus individuos, y esto se ve reflejado en el estado de ánimo y la autoestima.

    La identidad social nos define en las relaciones sociales y en los rasgos característicos de cada uno de nosotros. Tenemos tantos «yo» como relaciones en las que estamos involucrados y características personales que creemos poseer.

    Pero, ¿es eso lo que realmente nos da nuestra identidad? Si se nos priva de absolutamente todo y quedamos nosotros solos, ¿qué nos hace ser nosotros mismos?

    La identidad personal

    A Jesús le pasó eso. Una noche como hoy, hace más de dos mil años, a Jesús se le arrestó injustamente y se le privó de absolutamente todo. Una vez capturado, fue llevado donde el gobernador Poncio Pilato, quien no lo percibía como una amenaza y tampoco creía que hubiera cometido algún delito como para condenarlo. Sin embargo, ante la presión de la multitud que clamaba por crucificarlo, a Pilato no se le ocurrió mejor idea que lavarse las manos frente al pueblo y proclamarse «inocente de la sangre de este justo».

    La narrativa de la Biblia nos dice que, inmediatamente después de la decisión de Pilato, Jesús fue despojado de sus prendas, burlado y golpeado. Luego le colocaron una corona de espinas en la cabeza y le hicieron cargar con su propia cruz hasta un monte en las afueras de Jerusalén, donde fue crucificado junto a otros dos ladrones. En su cruz, los soldados pusieron un cartel que decía: «Jesús, Rey de los Judíos«.

    Abandonado por todos y despojado de todo, en esa cruz Jesús dio su vida para el perdón y la salvación de la humanidad. Aun siendo Dios, lo dio todo por nosotros.

    ¿Qué le dio su identidad? ¿Qué lo hizo ser él mismo? ¿Qué nos hace ser nosotros si no tenemos nada ni a nadie?

    El amor propio y la autoestima cambian con los años y con las situaciones que nos toca vivir.

    La autoestima se logra con dos procesos previos:

    • El auto conocimiento – (No podemos querer lo que no conocemos.)
      • Descubrir quién soy – que no es lo mismo que lo que hago. Para responder a esta pregunta, debemos determinar 2 facetas de nuestra personalidad:
        1. Una más positiva – soy generosa, sensible, honesta, dedicada, etc.
        2. Una menos positiva – soy impaciente, perfeccionista, compulsiva, etc.
    • La auto aceptación
      1. ¿Cuáles de esos rasgos o facetas me gustaría seguir manteniendo y cuáles no?
      2. Rever las definiciones personales que quizás ya no se aplican a quien somos hoy.

    Muchas veces nos resulta más fácil buscar nuestra identidad en cosas materiales o uniéndonos a ciertos grupos. Pero, en realidad, nuestros atributos, rasgos o facetas son los que definen quienes somos, independientemente de lo que poseemos, de los grupos que frecuentemos o de nuestro entorno.

    Si no estás seguro de cuáles son esos atributos que te definen, te invitamos a que nos visites en sentidolatino.com donde encontrarás una lista que quizás te sorprenda.


    [1] https://psicologiaymente.com/personalidad/identidad-personal-social


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