• octubre 15, 2020
  • Amar con palabras de afirmación

  • Regresa

  • DETALLE DE LO TRATADO
    Palabras de elogio
    Palabras de afecto
    Palabras en la presencia de otros

    INTRODUCCIÓN
    Todos poseemos un tanque de amor. Cuando ese tanque está lleno, cuando en verdad nos sentimos amados por las personas que nos importan, el mundo parece brillar y podemos discutir nuestras diferencias de una manera positiva. Pero cuando nuestro tanque de amor está vacío y nos sentimos rechazados en lugar de amados, nos resulta demasiado difícil hablar sobre nuestras diferencias sin terminar en discusiones y calumnias.

    Hoy, más que nunca, nuestros adolescentes necesitan el amor de sus padres. De nosotros depende el descubrir y aprender a satisfacer la necesidad que nuestros hijos tienen de sentirse amados. Cuando lo hacemos, les damos una seguridad que les permite confiar en nosotros y en nuestra guía para todas las esferas de la vida.

    En medio de la inseguridad propia de los cambios de la adolescencia, las palabras de afirmación son a menudo como una lluvia refrescante en el alma sedienta del adolescente. Para esos jóvenes cuyo lenguaje primario del amor son las palabras de afirmación, nada es más importante, desde el punto de vista emocional, que escucharlas de sus padres.

    En esta temporada de Sentido Latino estamos aprendiendo cómo satisfacer la necesidad de amor de nuestros hijos adolescentes, estableciendo de esa forma el fundamento para influir para bien en ellos en todas esferas de sus vidas. Para ello, nos estamos basando en el libro del Dr. Gary Chapman titulado «Los 5 lenguajes del amor de los jóvenes».

    Hoy estaremos hablando acerca de cómo amar a nuestros hijos adolescentes usando palabras de afirmación. La forma de expresar amor a nuestros hijos con palabras de afirmación es a través de:

    • Palabras de elogio
    • Palabras de afecto
    • Palabras en la presencia de otros

    PALABRAS DE ELOGIO
    El elogio tiene que ver con el reconocimiento y celebración de los logros de tu adolescente. Todos los jóvenes hacen algo bien. Por lo tanto, busca sus acciones nobles y recompénsalas con elogios verbales.

    Hay dos factores que son muy importantes al darles palabras de elogio a los jóvenes:

    • Ante todo, hazlo con sinceridad. Los jóvenes buscan adultos con integridad y autenticidad. Es probable que, cuando tus hijos tenían tres años, el simple hecho de halagarlos haya sido suficiente; pero esto no resultará a los trece o catorce. Decirle a una joven: «Hiciste un buen trabajo limpiando tu habitación», cuando en realidad no lo hizo, es darle una bofetada a su inteligencia.
    • Esto nos lleva al segundo factor importante en el elogio a los jóvenes: elogia cosas específicas. Por ejemplo:
      • «Hiciste un buen trabajo quitando la mancha de café de la alfombra».
      • «Gracias por colocar la ropa sucia en el cesto».
      • «Gracias por juntar las hojas del patio».

    Estas son las clases de elogios específicos de los que estamos hablando.

    • También existe un tercer aspecto en el elogio: cuando no puedes elogiar los resultados, elogia los esfuerzos. Por ejemplo: tu hijo de trece años cortó el césped, pero no está tan bien como hubieras querido; en realidad, está bastante mal hecho. Sin embargo, invirtió dos horas de su vida en hacerlo. En vez de señalarle lo mal cortado que está el césped, enfócate en el esfuerzo que hizo y más adelante le enseñas cómo hacerlo bien.

Los jóvenes necesitan escuchar palabras de elogio de sus padres. Siempre hay acciones dignas de celebrar. Pero algunos padres se enfocan tanto en los errores de sus adolescentes, que no logran ver sus acciones positivas. Sin importar lo que esté pasando en la vida de tu adolescente que te produzca dolor, frustración o enojo, fíjate en sus actitudes y acciones dignas, y elógialo.

PALABRAS DE AFECTO
Mientras que el elogio se centra en el comportamiento positivo de un adolescente, el afecto se centra en su persona. La declaración más común de afecto verbal es cuando le decimos: «Te amo». Estas dos palabras siempre son apropiadas, aunque quizás exista una corta etapa en la que al adolescente no le va gustar que se las digas delante de sus compañeros. Pero cuando se expresan en privado, estas dos palabras siempre son apropiadas.

Es más, los jóvenes que NO escuchan a menudo las palabras «Te amo» de los padres, experimentarán un profundo dolor emocional en su adultez. Si te cuesta decir «Te amo», quiero alentarte a que rompas con las cadenas de la tradición, que mires a tu hijo o hija adolescente a los ojos, coloques tus manos sobre sus hombros y le digas: «Lo que estoy tratando de decirte es muy importante para mí. Quiero que me escuches con atención. Te quiero mucho», y luego abrázale.

Aquí tienes algunos ejemplos más:

  • «Te quiero mucho».
  • «Me siento orgulloso de ti».
  • «Eres mi rayito de sol».
  • «Si tuviera que elegir a un joven en el mundo, te elegiría a ti».
  • «Eres maravilloso».
  • «Cada mañana pienso: «Qué privilegio ser tu padre/madre»».
  • «Ayer estaba sentado en mi escritorio pensando: «En realidad, extraño a mi hija»».
  • «Me encanta cuando estás cerca».

El afecto verbal también se puede enfocar en varios atributos del cuerpo del adolescente:

  • «Tu cabello luce hoy como la luz del sol»
  • «Eres muy fuerte».
    O en su personalidad:

  • «Soy muy feliz de que tengas esa personalidad»,
  • «Eres muy seguro. Me gusta la forma en que piensas antes de hablar».
  • «Tu chispeante personalidad hace feliz a muchas personas».
    Tales declaraciones de afecto hablan a lo más hondo del espíritu de los jóvenes, dándoles el sentido de ser valiosos, admirados y amados.

PALABRAS EN LA PRESENCIA DE OTROS
Trata de apoyar a tu adolescente delante de toda la familia. Dile palabras de elogio, aprecio y afecto ante sus hermanos. (No es recomendable hacerlo en presencia de sus compañeros.) A menudo, las palabras de afirmación tienen más fuerza cuando se dan delante de otros. Por ejemplo, cuando están cenando en familia, en fiestas, en la iglesia o grupos sociales.

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CONCLUSIÓN
Muchos padres creen que cuando sus hijos se convierten en adolescentes, pueden continuar educándolos y expresándoles su amor de la misma manera que lo hicieron cuando iban al preescolar y a la escuela primaria. Pero el adolescente ya no es un niño. Está en su transición hacia la adultez. Nuestro trato hacia ellos debe armonizar con los cambios fisiológicos, emocionales, intelectuales, espirituales y sociales que tienen lugar dentro suyo.

Hoy, más que nunca, nuestros adolescentes necesitan más que nunca la seguridad del amor de sus padres hacia ellos. Aprender la manera de satisfacer con eficiencia la necesidad de amor de nuestros hijos adolescentes coloca el fundamento para influir en ellos con mayor eficacia en todas las esferas de sus vidas.


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