• marzo 25, 2021
  • Dejando de lado el egoísmo

  • Regresa

  • Detalle de lo tratado
    Introducción
    ¿Eres cuchara o tenedor?
    Mejor que la vecina
    Conclusión

    INTRODUCCIÓN
    A mí me gusta mucho cocinar, especialmente cuando nos podemos reunir en familia con mis hijos o nietos. Pero aunque solo seamos mi esposa y yo para la cena, igual me gusta cocinar. A veces cocino tanto, que queda suficiente para otra cena. La cocina para mí es como una terapia. Entonces me he comprado diferentes utensilios y aparatos de cocina. Tengo cucharones, tenedores grandes, tenazas y hasta un horno que puede freír con aire en vez de con aceite.

    Uno de esos días en que estaba en la cocina, me puse a pensar en cómo cada utensilio de cocina tiene su uso específico. Por ejemplo, no puedo servir sopa o caldo con un tenedor o unas tenazas. Tengo que servirla con un cucharón hondo y sin agujeros. Tampoco me la puedo tomar con un tenedor, sino con una cuchara. La carne no la puedo cortar con un tenedor o una cuchara sino con un cuchillo, no puedo colar los espaguetis en un recipiente sin agujeros…

    Estuve reflexionando en eso por un momento y me di cuenta de que los seres humanos muchas veces actuamos ilógicamente: esperamos poder tomar sopa con un tenedor, esperamos ser felices buscando poder o logros, y no nos damos cuenta de que somos verdaderamente felices cuando vivimos de acuerdo a las funciones del utensilio que representamos, cuando somos quienes somos y usamos nuestros dones para servir a nuestro prójimo y a la sociedad.

    El asunto es que nuestra felicidad no consiste en el poder que tenemos, nuestra importancia, estatus, o en los logros que podamos construir para nosotros mismos, sino en nuestro servicio y sacrificio en pro de los demás. Somos verdaderamente felices cuando nos despojamos de nuestro orgullo y hambre de poder y dejamos de querer ser el centro de atención, abriendo un espacio para el prójimo que nos necesita. No vinimos a este mundo para ser servidos sino para servir. No vamos a ser felices ni a llegar a nuestro potencial si nos encerramos en nosotros mismos y no le regalamos al mundo nuestro aporte de servicio.

    ¿ERES CUCHARA O TENEDOR?
    ¿A qué me refiero? Como hablamos en programas anteriores, todos los seres humanos tenemos virtudes innatas. Algunos tenemos sabiduría, otros valor o humanidad, justicia, templanza o trascendencia. En fin, todos servimos para algo, ¡todos! El asunto está en reconocer quiénes somos, para qué servimos y, lo más importante, usar nuestra vida para servir a los demás. De otra manera seríamos un tenedor tratando de servir caldo.

    Para eso, podemos reflexionar en lo que disfrutamos hacer, lo que más nos gusta. Usualmente disfrutamos hacer aquello con lo que fuimos dotados. Si siempre te han buscado tus amigos para darles consejos, tienes sabiduría. Si luchas por tus derechos y los derechos de los demás, tienes un alto sentido de la justicia. Si no te rindes jamás y persigues lo que quieres, eres valiente, etc. Para ver las características de cada una de las categorías de las virtudes humanas puedes leer o escuchar los podcasts titulados: «¿Para qué sirvo?».

    Pero, repito, aún más importante que saber para qué sirves, si eres cuchara o tenedor, es ser quién eres para beneficio de los demás.

    MEJOR QUE LA VECINA
    El asunto es que los seres humanos nos empeñamos en ser quienes no somos. Queremos enfocarnos en nosotros mismos y nos volvemos egoístas. Ya no nos basta con ser amados, sino que queremos ser amados más que otros. No nos basta con ser especiales, sino que queremos ser más especiales que otros. No nos basta con hacer una labor importante, sino que queremos ser más importantes que otros.

    Nos gusta compararnos con otros. Tenemos la tendencia a exaltar lo que nos distingue de los demás, en vez de usarlo para su servicio. Nos gusta vernos como mejores que otros. Todo lo comparamos con la vecina o el vecino. Queremos sentarnos en tronos de honor, poder y gloria. Queremos reinar desde arriba.

    Lo más triste es que esperamos ser felices con nuestro elevado estatus, con el poder que podamos tener sobre los demás, con ser el primero o el número uno. Queremos tomar caldo con tenedor. Anda la gente por ahí buscando alcanzar sus metas a expensas de otros, sobre las espaldas de otros, pensando sólo en los beneficios propios y no en los del prójimo.

    CONCLUSIÓN
    Los seres humanos muchas veces nos volvemos egoístas y nos olvidamos del amor. Pero Jesús nos recuerda que todo comienza con el amor, su amor. ¿Y cómo nos ha mostrado Jesús su amor? Mediante su servicio.

    Hoy en día la gente cree ser feliz si siempre tienen salud, dinero y buenas amistades. La felicidad se asocia con la prosperidad material y el bienestar personal. Pero Jesús es todo lo contrario. Su función de Siervo no lo lleva a la acumulación de poder y amistades, sino que lo lleva a ser rechazado, a la cruz y al sacrificio por cada uno de nosotros.

    Y así hemos sido creados nosotros: no para acumular prosperidad o bienes personales, sino para poner nuestras capacidades y dones al servicio del prójimo.

    Jesús es total entrega al necesitado, pura bondad, pleno servicio, don de Dios para perdón de nuestros pecados. En realidad, todo comienza con el amor de Jesús. Como diría Martín Lutero, sólo cuando fijamos la mirada en Jesús como don de perdón es que podemos verlo como nuestro ejemplo de vida.

    Si eres mamá, sirve a tus hijos con amor y da lo mejor de ti. Si eres esposo, ama a tu esposa intensamente y sírvele sin egoísmo. Y haz lo mismo si eres estudiante, hijo, prima, tía, cuñado… si eres mecánico, dentista, jardinero… si eres cuchara o tenedor…

    Nuestra felicidad no consiste en el poder que tenemos, en nuestra importancia, en nuestro estatus, o en los logros que podamos construir para nosotros mismos, sino en nuestro servicio y sacrificio en pro de los demás. Somos verdaderamente felices cuando nos despojamos de nuestro orgullo y hambre de poder, y cuando dejamos de querer ser el centro de atención y abrimos un espacio para el prójimo, para el que nos necesita.


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