• diciembre 22, 2022
  • Los regalos de la Navidad

  • Regresa

  • Introducción

    Hoy es Nochebuena, ¡qué alegría! ¡Me encanta! Esta noche comienza la época de Navidad. En esta noche muchas personas de todo el mundo están encendiendo velas, cantando y reuniéndose con sus familias. ¡Hoy es la gran noche! Durante la época de Adviento nos hemos preparado para el nacimiento de Jesús. ¡Esta noche celebramos y recordamos su llegada! Esta es la noche en que Dios se hizo hombre, nacido de la virgen María, para salvar a todo el mundo de su pecado. ¡Qué noche tan sagrada y maravillosa! Recordamos hoy que Jesús es la luz del mundo. Él venció la oscuridad del pecado y salvó a todos los que creen en Él.

    Regalos en Navidad

    ¿Sabías que muchas de las cosas que hacemos en Navidad tienen comenzaron con los romanos? Los primeros cristianos vieron algunas de estas cosas como recordatorios de la Navidad, y comenzaron a usarlas en sus propias celebraciones. Por ejemplo, cuando damos y recibimos regalos, podemos recordar el regalo más grande que nos ha sido dado: ¡Jesús! Después de todo, estamos celebrando su cumpleaños. Él es la verdadera razón de esta celebración.

    Y para muchos latinos, la Nochebuena es la fiesta más grande. En muchas familias se abren los regalos en Nochebuena y no en la mañana de la Navidad. Y hablando de regalos, ¿crees que es una buena tradición darles regalos a nuestros hijos en Navidad? Yo creo que hay una línea delgada, porque no queremos malcriarlos y que piensen que la Navidad se trata de solamente recibir regalos, pero por otra parte es hermoso recordar el regalo que Dios nos dio en Jesús en la primera Navidad.

    Los invitamos a que descarguen en forma gratuita el folleto ¿Qué es la Navidad? en la sección RECURSOS de esta página web.

    El verdadero San Nicolás

    Y, bueno, en este tiempo de Navidad, hablando de regalos y de ser agradecidos, es casi imposible no mencionar a San Nicolás. San Nicolás existió, fue un hombre verdadero. El problema es que su historia se fue cambiando con los años hasta que llegamos al Santa Claus de hoy. Pero gracias a la tradición podemos saber muchas de las buenas cualidades de San Nicolás: su valor ante la persecución, su coraje en confesar la verdadera fe, su preocupación por su pueblo y su generosidad para con los pobres. Y por supuesto, su cualidad que más llamó y mantuvo nuestra atención es la de dar regalos.

    Pero, pensemos, ¿cómo es posible que San Nicolás, un obispo audaz y valiente de la iglesia, haya sido convertido en el mito de un gordito alegre que anda por el mundo repartiendo regalos a los niños que se portan bien? Suponiendo que las tradiciones sean verdaderas, y siendo que San Nicolás daba sus regalos en forma anónima, ¿cómo se llegó al mito de Santa Claus como lo conocemos hoy?

    Quizá es porque dejamos de lado la mayoría de las buenas cualidades de San Nicolás y nos aferramos a solo una: su generosidad, demostrada en los regalos que daba. Y en cierto sentido, lo mismo pasó con los sabios de Oriente que fueron a conocer al Niño Jesús: los recordamos y celebramos más por los regalos que le presentaron a Jesús, que por la fe que estaban mostrando a través de ellos.

    Al igual que San Nicolás, los sabios de Oriente son un misterio. No tenemos idea de cuántos eran y, si bien sabemos que habían ido desde el este, no sabemos exactamente de qué país, o países, procedían. Lo único que sabemos con seguridad, porque la Biblia lo dice, es que los regalos que llevaron fueron oro, incienso y mirra, y que eso le presentaron a Jesús, como Rey de los judíos.

    Algunos cristianos no quieren saber nada de Santa Claus, porque piensan que no es más que una distracción de la verdadera razón de la Navidad. Otros piensan que es una costumbre totalmente inofensiva de la celebración de la Navidad, aun cuando no tiene nada que ver con el nacimiento de Jesús. Tristemente, a medida que el mito de San Nicolás fue creciendo, su fe en Jesús, y su servicio a la Iglesia, fueron siendo olvidados. Poco a poco, Nicolás se fue convirtiendo en alguien que simplemente da regalos, fomentando con eso el comercialismo y la codicia.

    Cómo criar hijos agradecidos

    Practicar la gratitud trae consigo muchos resultados positivos, como relaciones sociales más satisfactorias y menos angustia y enfermedad mental en los adultos. Podemos enseñar a nuestros hijos a ser más agradecidos con estos simples consejos:

    * Modelando el agradecimiento. Modelar la gratitud debe ser una parte regular de nuestra vida diaria. Los niños son más agradecidos cuando ven y escuchan gratitud. Debemos modelar la gratitud expresando regularmente aprecio por las cosas y las personas que tenemos en nuestra vida. Por ejemplo, podemos decir (para que nuestros hijos puedan escucharnos) lo agradecidos que estamos por cosas como:

    — que nuestros hijos se llevan bien
    — el buen clima
    — el maestro de nuestros hijos es especialmente paciente o amable
    — los abuelos de nuestros hijos los cuidan regularmente

    * Explicar la diferencia entre necesidades versus deseos. Podemos ayudar a nuestros hijos a ver la diferencia entre lo que necesitan para sobrevivir y prosperar y lo que es agradable tener, pero no necesario.

    * La repetición es muy importante. Cuando animamos repetidamente a nuestros hijos a decir «gracias» o «por favor», estamos reforzando una mentalidad de agradecimiento. Con el tiempo los niños comienzan a entender realmente lo que significan sus palabras.

    * Podemos encontrar materiales educativos en cuanto a la gratitud o simplemente hablar de las experiencias de aquellos que son menos afortunados.

    * Podemos ayudar a otras familias, donándoles comida, juguetes o ropa, o también tiempo y servicio, especialmente durante las vacaciones.

    La clave es ayudar a que nuestros hijos tengan una perspectiva sobre el panorama general del mundo que les rodea para que entiendan por qué pueden y deben estar agradecidos. No es que sean intencionalmente ingratos; es que no tienen nada más con qué comparar su experiencia de vida.

    Conclusión

    En esta Nochebuena, lo importante es no perder de vista lo más importante: la fe. Hoy recordamos con fe el nacimiento de Jesús para salvar la humanidad. Lo podemos celebrar con regalos o no, pero siempre reconociendo que Dios nos dio el mejor regalo cuando nos dio a Jesús. Recordamos hoy que Jesús es la luz del mundo.

    Hoy le damos gracias a Dios por enviar a su Hijo a nuestro mundo en esa primera Navidad y por todos aquellos que, como San Nicolás, dedicaron sus vidas a compartir las buenas nuevas del Salvador Jesús.

    Hoy también le pedimos que nos guíe para que comprendamos mejor la verdad de este día sagrado de la Navidad. Y que nos ayude a seguir sus pasos.

    Y a ustedes, nuestros queridos oyentes les decimos:

    ¡Feliz Navidad!


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