• enero 19, 2023
  • Acordando estar en desacuerdo

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  • Introducción

    ¡Conflictos, conflictos, conflictos! Los problemas y los desacuerdos son parte del convivir. Sin embargo, podemos aprender a resolver nuestros desacuerdos de una manera pacífica. Y si hay alguna cosa irreconciliable, lo mejor es enfocarse en todas las otras cosas en las que sí se está de acuerdo. De eso queremos conversar el día de hoy: de cómo aprender a resolver nuestros conflictos de forma inteligente. Y acordar estar en desacuerdo es una de ellas.

    Pero antes, queremos poner a tu disposición nuestro folleto titulado Cómo resolver los conflictos. Lo puedes descargar de forma gratuita en la sección RECURSOS de esta página web. Allí encontrarás más información en cuanto a este tema y muchos más. También estamos disponibles para conversar contigo por chat.

    El conflicto como un signo de salud relacional

    Aunque pueda parecer extraño, los conflictos y las discusiones sobre cosas cotidianas pueden ser signo de una relación sana. Cuando nos importa lo que piensan los demás y lo que están haciendo, seguramente van a haber conflictos.

    Cuando nos arriesgamos a dar nuestra opinión y compartir nuestras ideas, sueños o planes, también nos arriesgamos a que no estén de acuerdo con nosotros, nos lo digan y ofrezcan otras ideas o planes que crea sean mejores.

    Aun cuando no nos gusten los conflictos, ellos pueden ser una señal de que a la otra persona le importamos. El tratar de evitar los conflictos puede parecer algo seguro, pero también puede ser bastante solitario. Además, es imposible de lograrlo.

    Resolviendo conflictos

    Seamos inteligentes, entonces, y si valoramos a la persona con quien tenemos una diferencia de opinión y nuestra relación con ella, vale la pena probar estas acciones para mejorar nuestras habilidades de gestión y resolución de conflictos:

    1. Comencemos por ver a aquellos con los que estamos en conflicto como personas decentes y razonables que quieren llegar a una solución justa. Debemos tratarlos con respeto, tal como esperamos que nos traten respetuosamente también.

    2. Así como debemos separar a la persona de su comportamiento, debemos separar a la persona del conflicto que estamos teniendo. Podemos comenzar aclarando exactamente lo que implica el conflicto o el problema. Tratemos de descubrir lo que la persona quiere (es decir, sus intereses) y lo que necesita (es decir, su posición) y de pedir toda la información que necesitemos para entender, sin ofrecer soluciones.

    3. Debemos reconocer que probablemente haya muchas soluciones posibles que satisfagan ambos intereses. Aprovechemos las cosas en las que estamos de acuerdo y los objetivos e intereses compartidos. Podemos aquí también redactar algunos planes que maximicen el resultado que ambos deseamos.

    4. Y, por último, recordemos que ambas partes en un conflicto somos responsables de los resultados. Debemos usar declaraciones que comiencen con «Yo» y evitar iniciar con «Tú».

    Acordando estar en desacuerdo

    Todos tenemos nuestras propias opiniones. Y no todas esas opiniones se basan en la lógica. Podemos formar opiniones basadas en nuestras emociones, preferencias, experiencia o todo tipo de otras cosas. Por eso, a menudo tendremos diferencias de opinión. Pero esto no significa necesariamente que una persona tenga razón y que la otra esté equivocada.

    A veces no hay una opinión clara, correcta o incorrecta. Es solo una cuestión de preferencia. En estas situaciones, es mejor estar de acuerdo con no estar de acuerdo. Discutir y pelear podría causar sentimientos heridos. Aceptar no estar de acuerdo no significa que tengamos que renunciar a nuestras opiniones. Por el contrario, simplemente reconocemos el derecho de los demás a tener una opinión diferente. ¡Simplemente estamos de acuerdo en no discutir sobre eso!

    Acordar estar en desacuerdo es estar de acuerdo en no discutir más sobre una diferencia de opinión. Significa llegar a un acuerdo con alguien con quien no estamos de acuerdo. Cuando aceptamos no estar de acuerdo, aceptamos que ninguno de los dos va a cambiar la opinión del otro. ¡Allí es cuando dejamos de discutir y avanzamos!

    Cuando aceptamos no estar de acuerdo, construimos relaciones pacíficas. Siempre ocurrirán desacuerdos. Pero no tenemos que dejar que se conviertan en un problema. En su lugar, podemos mostrar respeto a los demás permitiéndoles tener una opinión diferente a la nuestra. Acordemos estar en desacuerdo.

    Un buen principio

    Según Melody Stanford Martin, una experta en comunicaciones, el acordar estar en desacuerdo es un buen principio.

    ¿Qué tal si el objetivo de la conversación no es estar de acuerdo, sino tener una conversación? ¿Qué tal si en lugar de tratar de cambiarnos o controlarnos unos a otros, nos centráramos en vernos y entendernos?

    Según Martin, podemos aprender a enfrentar conversaciones difíciles:

    1. reusándonos a usar el control,

    2. aceptando el desacuerdo y

    3. centrándonos en la construcción de relaciones y comunidades.

    En otras palabras, debemos aceptar no estar de acuerdo antes de que comience una conversación. Puede ser increíblemente útil comenzar una conversación con: «Sí, hablaré de este tema difícil contigo. Pero, ¿qué tal si decidimos de antemano no tratar de cambiar la opinión del otro?»

    Las reglas para las conversaciones saludables son sencillas: no dominar, no avergonzar, no rechazar, no insultar, no controlar, no debatir, no forzar el acuerdo o la resolución. Simplemente. Hablar.

    La respuesta de Dios a nuestros conflictos

    Dios hace cambios que duran. Él nos ama tanto, que envió al mundo a Jesús para vivir como y con nosotros y experimentar personalmente el dolor de la injusticia y la traición. Gracias a la muerte y resurrección de Jesús, Dios nos da una nueva vida aquí y por la eternidad. Es cierto que todavía tenemos problemas, desacuerdos, conflictos y discusiones, pero también tenemos el amor y el perdón de Dios para guiarnos, consolarnos y cambiarnos.

    Conclusión

    En tiempos de guerra, y con el fin de hacer de la paz una realidad en sus países, los líderes mundiales se reúnen para hacer negociaciones de paz.

    Nosotros también podemos asumir un rol de liderazgo y ayudar a nuestra familia, compañeros y personas a nuestro alrededor a aprender a resolver sus desacuerdos de una manera más pacífica. ¡Una sola persona puede marcar la diferencia! Quizás si nosotros cambiamos la forma en que tratamos un conflicto, nuestro entorno comience también a cambiar. Cuando una persona hace un cambio, por lo general las personas que le rodean responden con sus propios cambios también.

    Para cerrar, quisiéramos dejarte con estas palabras sabias del libro de Proverbios de la Biblia:

    El que fácilmente se enoja comete locuras. (14: 17a)

    La respuesta amable calma la ira, la respuesta grosera aumenta el enojo. (15: 1)

    El que perdona el pecado, busca afecto; el que lo divulga, aleja al amigo. (17: 9)


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