• agosto 21, 2025
  • Cambiando la narrativa del TDAH

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  • Introducción

    Hoy vamos a tratar el tema del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, o TDAH (ADHD en inglés), y vamos a ver cómo podemos cambiar la narrativa para que tenga un enfoque positivo.

    Este tema afecta a millones de personas, incluyendo a nuestra comunidad latina aquí en Estados Unidos. El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, o TDAH no es una falla personal ni una excusa. Es una realidad del cerebro que puede hacer que la vida sea más complicada, pero también algo que se puede manejar y entender para vivir de manera más plena.

    Sin embargo, a menudo la narrativa que escuchamos sobre el TDAH se enfoca únicamente en los desafíos, por lo que es hora de replantear esta visión y explorar el otro lado de la moneda: sus fortalezas y oportunidades. Cambiar nuestra perspectiva puede transformar cómo vivimos y afrontamos esta condición.

    ¿Cómo sería nuestra comunidad si en lugar de juzgar, empezáramos a apoyar y entender a quienes enfrentan estos retos? ¿Qué cambios podrías hacer en tu vida o en la de alguien cercano con un poco de empatía y las herramientas adecuadas?

    Vamos a usar como referencia un libro que me ayudó mucho: «ADHD is Awesome«, de Penn y Kim Holderness, que lamentablemente se encuentra disponible solo en inglés. Penn, el esposo, sufre de TDAH, por lo que Kim, su esposa, ha tenido que aprender a vivir con el TDAH. En este libro, ellos comparten sus experiencias y dan consejos prácticos que hacen que este tema sea más fácil de comprender.

    Las personas con TDAH poseen cualidades únicas, como por ejemplo:

    • Una gran creatividad que les permite resolver problemas de maneras innovadoras, encontrando soluciones que otros podrían pasar por alto.
    • La capacidad de concentración absoluta que hace que, cuando algo realmente les apasiona, pueden enfocarse de forma intensa y lograr resultados extraordinarios.
    • Una visión audaz, con capacidad para soñar en grande y ver posibilidades que muchas veces los demás no ven.
    • Una intuición muy desarrollada, que les permite conectar ideas de forma rápida y captar detalles que otros podrían perder.
    • Por último, una determinación admirable que hace que, aunque enfrenten dificultades, sigan adelante con una fuerza interna que no se puede enseñar ni replicar.

    Estas fortalezas son como superpoderes que, bien enfocados, pueden marcar una gran diferencia en sus vidas y en las de quienes los rodean.

    Por otro lado, si bien el TDAH presenta desafíos, la buena noticia es que todos ellos se pueden manejar con las estrategias adecuadas. Por ejemplo:

    • La falta de atención puede mejorarse dividiendo tareas en pasos pequeños y usando recordatorios visuales.
    • La impulsividad se puede controlar practicando pausas conscientes antes de actuar y reflexionando sobre las decisiones.
    • Además, la hiperactividad, aunque a veces agotadora, se puede canalizar a través del ejercicio físico, actividades dinámicas o técnicas de relajación.

    Lo importante aquí es aceptar que los desafíos son posibles de superar. Con el enfoque adecuado, estas dificultades pueden transformarse en oportunidades de crecimiento personal.

    Rompiendo los mitos sobre el TDAH

    Es común escuchar ideas erróneas sobre el TDAH que alimentan el estigma y la desinformación. Por ejemplo:

    • Muchas personas piensan que un diagnóstico de TDAH significa que hay algo “malo” contigo. Esto no es cierto. Un diagnóstico simplemente describe cómo funciona tu cerebro, sin juicios ni críticas.
    • Otra idea equivocada es pensar que estás solo enfrentando estas luchas. Sin embargo, entre el 15% y el 20% de las personas tienen algún tipo de neurodivergencia, lo que significa que hay una gran comunidad que te puede entender y apoyar.
    • También hay quienes creen que los comportamientos del TDAH son elecciones. Esto no podría estar más lejos de la realidad. Estos comportamientos no producto de decisiones conscientes, sino que son síntomas de una condición neurológica. Criticar a alguien por su TDAH es tan injusto como culpar a alguien por estornudar debido a alergias.
    • Por último, aunque el TDAH no tiene cura, es una de las condiciones psiquiátricas más tratables. Con las herramientas y estrategias correctas, es posible manejar sus síntomas y vivir una vida plena. Y, sobre todo, tener TDAH no debería ser motivo de vergüenza. No es algo que elegiste, y no define quién eres como persona.

    Cambiar cómo pensamos y hablamos sobre el TDAH puede marcar una gran diferencia. Una forma de hacerlo es mejorando nuestro diálogo interno. En lugar de criticarnos cuando algo sale mal, podemos ser más compasivos con nosotros mismos. Por ejemplo:

    • Cuando cometas un error, pregúntate: “¿Realmente fue tan grave?” Replantear la situación con amabilidad puede ayudarte a romper el ciclo de negatividad.
    • Otra clave es aceptar nuestras diferencias. Esto no significa rendirse, sino reconocer que el TDAH es parte de ti y trabajar con tus fortalezas y limitaciones para prosperar.
    • Evitar compararte con otros también es esencial. Cada persona tiene habilidades únicas, y tus diferencias aportan algo especial al mundo.
    • Por último, aprende a poner las cosas en perspectiva: la mayoría de los errores no son tragedias. Pregúntate si te reirás de la situación más adelante. Probablemente sí, así que permítete relajarte y seguir adelante.

    Para abrazar completamente tu identidad con TDAH, necesitas cambiar la forma en que percibes los rasgos que vienen con él. Puedes verlo como una bendición o como una carga. Si tienes la opción, ¿por qué no elegir verlo como una bendición? Aquí tienes cómo replantear algunos rasgos comunes del TDAH:

    1. Hiperactivo → Energético: El movimiento constante puede ser positivo. Mantenerte en movimiento beneficia tu salud física y mental, y te convierte en una persona llena de energía y carisma que atrae a los demás.

    2. Fácil de aburrir → Sediento de lo nuevo: La necesidad de estímulos constantes te impulsa a buscar experiencias nuevas y emocionantes, lo que fomenta el aprendizaje y el crecimiento personal.

    3. Inadaptado → No conformista: Marchar al ritmo de tu propio tambor te convierte en un innovador y alguien único que aporta variedad al mundo.

    4. Problemático → Divertido: Tu espontaneidad y ganas de disfrutar la vida hacen que seas el alma de las fiestas y el motor de momentos memorables.

    5. Impulsivo → Creativo: La impulsividad puede dar lugar a ideas innovadoras y soluciones inesperadas. La creatividad florece cuando no hay inhibiciones.

    6. Arriesgado → Valiente: La disposición a enfrentar riesgos te convierte en un pionero que impulsa el cambio y la innovación en la sociedad.

    7. Intenso → Sensible: Expresar tus emociones de manera auténtica es saludable y te permite conectar profundamente con los demás.

    8. Desobediente → Pensador independiente: Cuestionar las normas y la autoridad te convierte en alguien que desafía lo establecido para buscar justicia y cambio.

    9. Impredecible → Flexible: Tu capacidad para adaptarte rápidamente a lo inesperado transforma los contratiempos en aventuras.

    10. Distraído → Curioso: Tu mente inquieta busca constantemente nuevas ideas y conocimientos, lo que alimenta tu capacidad para descubrir y aprender.

    11. Descuidado → Enfocado en lo esencial: Aunque puedes pasar por alto detalles pequeños, tu habilidad para concentrarte en el panorama general y avanzar con pasión te hace altamente productivo.

    Replantear la forma en que ves los desafíos del TDAH puede ayudarte a reconocer las increíbles habilidades que vienen con ellos. No se trata de ignorar las dificultades, sino de equilibrarlas con el aprecio por tus fortalezas únicas. Tu TDAH no es solo un desafío; es una fuente de cualidades extraordinarias que te hacen destacar y aportar al mundo de una manera única.

    Escucha lo que nos dice la Palabra de Dios. En Efesios 2:10, leemos:

    «Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás».

    Este texto nos recuerda algo muy importante: somos obra de Dios, diseñados con amor y propósito. Cuando enfrentamos desafíos como el TDAH, es fácil centrarnos en nuestras dificultades y olvidar esta verdad fundamental de que fuimos creados por un Dios que no comete errores.

    Dios nos formó de manera única, con fortalezas y talentos que reflejan su creatividad. Si tienes TDAH, puede que a veces sientas que tus diferencias son un obstáculo, pero la Palabra de Dios nos dice lo contrario. Esas mismas características que te hacen sentir fuera de lugar son, en realidad, herramientas para cumplir con las buenas obras que Dios preparó para ti.

    Tal vez tu creatividad, tu energía o tu capacidad para ver el mundo de manera diferente son exactamente lo que otros necesitan. Dios no solo te creó como eres, sino que ya tiene un plan para usar tus fortalezas para su gloria y para el beneficio de quienes te rodean.

    Conclusión

    Hoy hemos reflexionado sobre cómo cambiar la narrativa del TDAH puede transformar la forma en que vivimos y enfrentamos los desafíos. Recuerda que el TDAH no te define ni te limita; es una parte de ti que puede ser manejada y transformada en una fortaleza. Como creación de Dios, eres único, valioso y diseñado con propósito. A través de estrategias prácticas, empatía y una fe firme, puedes superar los desafíos y aprovechar tus diferencias para vivir plenamente y cumplir con el plan que Dios tiene para tu vida.

    Desde Sentido Latino te alentamos a que utilices tu TDAH como un puente hacia un propósito mayor. Camina con confianza, porque el mismo Dios que te creó es el que camina a tu lado. Tú puedes tener un impacto que nadie más puede tener, y el mundo necesita tus dones, tal y como eres.

    Así que levanta la cabeza, sigue adelante y permite que Dios use cada parte de ti para su gloria.


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