• diciembre 14, 2023
  • ¿Cómo enfrentamos los conflictos?

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  • En el programa anterior hablamos sobre la naturaleza y las causas de los conflictos. Hoy queremos hablar sobre el impacto que los conflictos causan en nuestra vida. Y siguiendo algunos consejos del libro del Dr. Samuel Inbaraja «Conviértete en un Pacificador Impactante», veremos también cómo podemos convertirnos en pacificadores que impactan la vida de otros.

    Ya hemos dicho que un pacificador es alguien que sabe cómo resolver conflictos para que el cambio sea duradero. Y la verdad es que todos podemos ser pacificadores. ¡Sí, tú también! Tenemos el poder de transformar los conflictos en oportunidades, sembrando semillas de entendimiento y compasión en nuestras familias y en nuestros lugares de trabajo o estudio.

    Es que el conflicto es como una piñata: una vez que se rompe, salen volando emociones y problemas por todos lados. ¡Y vaya que puede ser un lío! El conflicto trae consigo un huracán de sentimientos, tensión en las relaciones y estrés mental. Pero, ¿sabes qué? La clave está en entender cómo nos afecta y cómo podemos lidiar con las consecuencias.

    Empecemos, entonces, por las emociones. Los conflictos despiertan toda una montaña rusa de sentimientos: desde el enojo y la frustración hasta la decepción y el miedo. ¿Recuerdas esa sensación de tener el corazón a mil por hora, las manos sudorosas y un caos de emociones dentro de ti? Eso es el conflicto en acción. Y aunque es normal sentirse así, esas emociones intensas pueden dificultar aún más la resolución de problemas.

    Un consejo para enfrentar el impacto de los conflictos en nuestras emociones es recordar que cada uno de nosotros somos el capitán de nuestro barco emocional. Aunque los conflictos puedan desencadenar una tormenta de emociones, tenemos el poder de dirigirnos hacia aguas más tranquilas. Entonces, cuando sientas que estás en medio de una tormenta emocional, tómate un momento para respirar, reconoce tus emociones y date permiso para sentirlas. Luego, busca maneras saludables de canalizar esas emociones, ya sea a través de un diálogo constructivo, escribiendo, saliendo a caminar o correr, o expresándolas a través del arte.

    Pero el impacto del conflicto no se limita solo a nuestras emociones. También nos afecta psicológicamente. Los conflictos prolongados o no resueltos pueden generarnos estrés, ansiedad, depresión o hacernos sentir impotentes. Imagínate vivir en un constante estado de alerta, siempre esperando la próxima discusión o pelea. ¡Es agotador!

    Un consejo para enfrentar el impacto psicológico de los conflictos es priorizar tu bienestar emocional y mental. Reconoce que los conflictos pueden generar estrés, ansiedad o sentimientos de impotencia, y que es importante cuidar de ti mismo en medio de esas dificultades. Busca formas de manejar el estrés, como practicar técnicas de relajación, hacer ejercicio regularmente o dedicar tiempo a actividades que te brinden alegría y calma. Prioriza tu autocuidado.

    Pero aquí no termina la historia. El conflicto también tiene consecuencias sociales. A nivel personal puede tensar las relaciones, creando resentimiento y distancia entre amigos, familiares o compañeros de trabajo. ¿Recuerdas esos momentos incómodos de silencio en la mesa después de una discusión acalorada? Eso es solo un pequeño vistazo del impacto social del conflicto. A gran escala, puede dividir comunidades, generando hostilidad y divisiones que podrían perdurar por generaciones.

    Un consejo para enfrentar el impacto social de los conflictos es fomentar la empatía y la comprensión, reconociendo que los conflictos pueden tensar las relaciones y generar resentimiento o distancia. Para contrarrestar esto, es importante esforzarse por comprender las perspectivas de los demás y cultivar la empatía hacia sus experiencias y sentimientos. Practica escuchar activamente, sin interrumpir, y trata de ver más allá de las diferencias superficiales. Además, busca formas de promover la comunicación abierta y respetuosa, fomentando un espacio donde todas las voces sean escuchadas y valoradas. Al construir puentes de comprensión y buscar soluciones colaborativas, puedes ayudar a sanar las divisiones sociales causadas por el conflicto y promover la reconciliación y la unidad.

    En esta serie de programas estamos aprendiendo a manejar los conflictos de una manera que los resuelva en lugar de empeorarlos, descubriendo cómo construir puentes en lugar de muros y sanar en lugar de dañar. ¡Es posible navegar por la tormenta del conflicto sin perdernos en ella!

    ¿Qué pasa cuando el mismísimo Dios tiene que lidiar con el conflicto? La Biblia, ese libro sagrado lleno de enseñanzas, también nos habla del impacto del conflicto. Desde Adán y Eva metiendo la pata en el paraíso hasta los apóstoles discutiendo quién se sentaría al lado de Jesús en la última cena, ¡parece que el conflicto es un invitado recurrente en la historia de la humanidad!

    No en vano hay muchos proverbios bíblicos que nos brindan sabiduría para enfrentar estas situaciones, como por ejemplo: «Mejor es el paciente que el guerrero» (Proverbios 16:32), «el que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos» (Proverbios 17:9). Entonces, ¡nada de rencores, mejor es sembrar amor y reconciliación!

    En resumen, diciembre llega con todas sus expectativas, pero también llegan las fiestas, las rumbas y el alboroto familiar. Y ya sabemos cómo es cuando hay mucha gente reunida: ¡siempre hay lío! Tanto ajetreo y compromisos produce estrés, y eso nos predispone a fácilmente tener un conflicto incluso con nuestros seres más queridos. Así como una piñata, el conflicto rompe y desata emociones y problemas por todas partes. Es un verdadero caos de sentimientos, tensión y estrés. La clave está en entender cómo nos afecta y qué hacer para enfrentar las consecuencias.

    Cuando te veas en una situación así, pon en práctica alguno de los consejos de los que hemos hablado hoy. Quizás no logres solucionar las cosas como tú quisieras, pero eso es parte del aprendizaje de manejar los conflictos de manera constructiva. Recuerda que todos tenemos la capacidad de ser pacificadores. De a poco vamos descubriendo cómo construir puentes en lugar de muros y cómo sanar en lugar de dañar. ¡Es posible navegar la tormenta del conflicto sin perder el rumbo!

    Y para terminar, te invitamos a que vayas a la sección RECURSOS
    en este sitio web y descargues en forma gratuita el folleto titulado
    «El sabor de la Navidad»


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