• julio 9, 2020
  • La intolerancia y el racismo

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  • Detalle de lo tratado:

    Introducción

    La intolerancia

    • Descripción
    • Su impacto en las relaciones interpersonales
    • Plan de acción para dirigir nuestras emociones y actitudes

    El racismo

    • Descripción
    • Su impacto en las relaciones interpersonales
    • Plan de acción para dirigir nuestras emociones y actitudes

    Introducción
    Seguimos con el tema de las diferentes actitudes frente a las situaciones que se nos presentan en la vida. Como ya dijimos, muchas veces estas son el resultado de la influencia de las personas que nos formaron y de su filosofía de vida. Sin embargo, eso no nos libera de la responsabilidad de tomar decisiones informadas respecto al patrón de vida que llevamos.

    Debes saber que tus actitudes pueden sabotear tu vida y tu destino por el efecto y el impacto que tienen en tus relaciones personales.

    Los pensamientos, las emociones y las actitudes dirigen nuestro comportamiento. ¡De seguro, todos son controlables! Por eso es muy importante que tengas un plan de acción para poder vivir en plenitud la vida que Dios te ha dado. Tú decides la calidad de tu vida.

    La intolerancia

    Descripción
    La persona intolerante es la que se niega a aceptar que los demás tienen diferentes estilos de vida, puntos de vista y creencias. La intolerancia es una actitud que nos lleva a no soportar tener contacto con otros, empeorando así las relaciones. Pareciera ser que cada vez somos menos pacientes o tolerantes con los demás, que nos cuesta mucho ponernos en su lugar y entender que la confrontación no lleva a ninguna parte.

    Tolerar no significa solamente respetar la libertad del otro, sino también soportar sus peculiaridades sin que estas nos enfurezcan. Para poder ser tolerantes, necesitamos ser capaces de ejercitar nuestro autocontrol y paciencia.

    En algún momento todos somos o hemos sido intolerantes, ya sea porque tenemos un mal día o porque la tolerancia no forma parte de nuestros valores. Pero si con frecuencia nos enojamos por cosas inocuas que suceden en la vida diaria, quizás es hora de replantearnos el motivo de nuestra frustración.

    Su impacto
    La intolerancia es un problema para la sociedad y para nuestras almas. No queremos decir que debemos estar de acuerdo en todo y con todos, pero sí que debemos aceptar el derecho de los demás a creer lo que quieran usando su libre albedrio y a actuar de acuerdo a sus creencias, siempre y cuando sus acciones no violen la ley ni el derecho ajeno.

    Cuando nos enojamos por causa de nuestra intolerancia, quienes más sufrimos somos nosotros. Pero como nadie es una isla sino que vivimos en comunidad, nuestro sufrimiento también hace sufrir a quienes nos rodean. La intolerancia no es buena para la sociedad, como queda patente en los delitos, los disturbios y las guerras terroristas.

    Edwin Cole dijo: «En materia de gustos, mécete con el viento. En materia de principios, sé firme como una roca«.

    Plan de acción

    • El primer paso es descubrir por qué algo que alguien hace te molesta. Recuerda que cada cosa que hacemos la hacemos por algo.
    • Deja de pensar que todo el mundo está en tu contra y por eso hacen cosas para molestarte. Nadie es tan importante como para que los demás se tomen el trabajo de vivir de tal forma de molestarle todo el tiempo.
    • Para poder superar la intolerancia se requiere de mucha paciencia. No esperes que de un día para otro vas a lograr ser tolerante todo el tiempo. La tolerancia es un hábito que se cultiva día a día.
    • Se consciente de tus sentimientos negativos y pídele a Dios que te ayude a vencerlos.
    • Recuerda que es tu elección aceptar a los demás así como son.

    El racismo

    Descripción
    En realidad hay una sola raza, la raza humana. Pero cada etnia tiene sus propias características distintivas, como el color de la piel, el tipo de cabello. El racista decide qué raza es superior o inferior a la otra. ¿Quiénes somos para decidir esto?

    El racismo es la discriminación de personas según su raza. La persona racista tiene prejuicios hacia los miembros de otra raza y cree que las personas deben tener ciertos derechos en función de su raza.

    Podemos decir que el racismo tiene las siguientes cuatro características esenciales:

    • Actitud prejuiciosa – Al grupo racial odiado se lo considera malo por definición, sin dar razones concretas y comprobables. Se asume que hay razas «superiores» e «inferiores».
    • Conducta agresiva – Se utiliza la violencia verbal, psicológica o física contra el grupo racial discriminado, e incluso a veces se llega al acoso y maltrato.
    • Fijación por la raza – La raza considerada «inferior» lo es por sus rasgos físicos relacionados con el color de su piel. Para un supremacista blanco, un negro es un ser inferior sin importar si es cristiano, musulmán, judío, republicano o demócrata.
    • Discurso del odio – Los mensajes del racismo están cargados de un marcado desprecio por las razas discriminadas, a las que se enseña a odiar, menospreciar y, en lo posible, eliminar.

    Su impacto
    ¡Si tienes un problema con esto, lo tienes con el creador de las etnias! Quizá has tenido problemas con alguien de una etnia diferente a la tuya. ¿Vas a culpar a todos los miembros de esa etnia por las acciones de una persona o de un grupo pequeño? Algunas personas han sido programadas desde la niñez sobre cómo relacionarse con otras minorías. Otras simplemente no saben cómo actuar por temor a ser rechazadas.

    Con solo mirar la historia podemos ver los efectos perniciosos del racismo:

    1. Genocidios – La «limpieza racial» perpetrada en matanzas, como las ocurridas en el Holocausto y el Genocidio de Ruanda.
    2. Apartheid – En Sudáfrica a los negros se les negaron sus libertades plenas. En los Estados Unidos hubo un régimen muy similar en el que ni siquiera podía haber matrimonios interraciales.
      Esclavitud – Práctica muy habitual durante la época de la colonización europea y que perduró hasta bien entrado el siglo XIX.
      División y desigualdad social – El ejemplo más conocido lo encontramos en el sistema de castas impuesto por la Corona española en sus dominios americanos, en el que las castas superiores tenían mejores condiciones socioeconómicas que las castas inferiores.

    Plan de acción

    • Debes empezar a comportarte de una manera diferente hacia aquellos que desprecias por su etnia.
    • Proponte ser el primero en romper el hielo en un encuentro con alguien desconocido.
    • Sonríe genuinamente y pídele a Dios que su Palabra fluya en ti.
    • Recuerda que tú no eres ni mejor ni peor que nadie.
    • Todos tenemos las mismas preocupaciones, los mismos deseos y las mismas necesidades básicas.
    • Invita a alguien de otra raza a realizar juntos una actividad social o cultural.

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