• diciembre 25, 2025
  • Navidad y año nuevo

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  • Introducción

    ¡Feliz Navidad! Hoy queremos detenernos y redescubrir la fidelidad de Dios, que sigue sorprendiéndonos con su provisión.

    Para ello, vamos a hablar sobre las historias que rodean esta fecha tan especial… pero no como tradición o adorno de la temporada, sino como mensajes vivos que todavía tienen sentido para ti y para mí, aquí y ahora. Ellas son:

    • La historia de San Nicolás (o Santa Claus), que inspiró a Papá Noel y nos muestra el gozo de dar con propósito.
    • La historia de José, el carpintero, que nos enseña que el amor silencioso también transforma el mundo.

    Y la fidelidad de Dios, que se revela en su provisión constante, aun en los detalles pequeños.

    ¿Por qué hablar de esto hoy? Porque entre las luces, los regalos y las emociones, hay algo mucho más profundo que a veces pasa desapercibido: el verdadero mensaje de la Navidad. Ese mensaje que nos recuerda que no estamos solos, que fuimos visitados desde lo alto, y que cada vida—sí, también la tuya—tiene un propósito eterno.

    Estos días pueden traernos alegría… y también nostalgia. Por eso queremos acompañarte hoy, en Navidad, para que esta celebración no sea solo bonita, sino verdaderamente significativa. Porque cuando entendemos de verdad de qué se trata la Navidad, descubrimos que nuestra vida tiene sentido.

    San Nicolás: cuando dar con amor le da sentido a tu vida

    Comencemos con un personaje muy conocido en esta época: Papá Noel. Porque más allá de las películas y los adornos, hay una historia real que inspira.

    Según el estudio bíblico en video “El verdadero San Nicolás”, de Cristo Para Todas Las Naciones, la figura de Santa Claus tiene su origen en San Nicolás de Mira, un obispo del siglo IV conocido por su generosidad. San Nicolás no volaba en trineo, pero sí tenía un corazón dispuesto a dar en silencio, sin esperar nada a cambio.

    Repartía regalos en secreto a familias que estaban en necesidad. Lo hacía porque entendía que dar con amor trae alegría, sentido y esperanza, no solo al que recibe, sino también al que da.

    Muchos de nosotros, como tú, hemos hecho cosas similares sin buscar reconocimiento. Ayudar a un familiar recién llegado, compartir con el que tiene menos, regalar nuestro tiempo a alguien que lo necesita… Son gestos que pueden parecer pequeños, pero que transforman vidas.

    José el carpintero: cuando obedecer en silencio es una forma de amar

    Ahora quiero que miremos la historia de José, el esposo de María. Su historia a menudo queda en segundo plano, pero tiene un valor tremendo.

    Según el estudio bíblico de Cristo Para Todas las Naciones “José: un carpintero de acero”, José era un hombre justo, sencillo, trabajador. Su vida cambió cuando supo que su prometida, María, estaba esperando un hijo… y que ese hijo era el Salvador del mundo.

    José pudo haberse alejado. Pero eligió quedarse. Eligió amar, obedecer y cuidar. No necesitó palabras grandiosas ni títulos importantes. Su obediencia callada y su servicio fiel, fueron fundamentales para la protección y cuidado del Hijo de Dios.

    Quizás tú también estás viviendo un llamado silencioso: criar a tus hijos con amor, trabajar para sostener a tu familia, cuidar de tus mayores, servir a tu comunidad.

    Todo eso, aunque no se publique en redes sociales ni se anuncie con trompetas, tiene un valor eterno. Y cuando abrazas ese llamado con fe y amor, tu vida—como la de José—tiene un propósito más grande del que puedes imaginar.

    Te invitamos a descargar gratis estos dos estudios bíblicos en video de Cristo Para Todas Las Naciones

    a los que hemos hecho referencia, siguiendo los enlaces que aparecen a continuación:

    El verdadero San Nicolás” y “José: un carpintero de acero”.

    La provisión de Dios que sigue presente en Navidad

    Por último, pensemos en cómo Dios ha estado presente este año en nuestras vidas. Quizás no siempre lo viste. Quizás hubo días difíciles. Pero si miramos bien, veremos que también hubo provisión.

    Es que Dios no se olvida de nosotros. Así como proveyó un pesebre para que naciera Jesús, también nos da lo que necesitamos: consuelo, fuerza, dirección… justo a tiempo.

    Piensa en esas personas que llegaron a tu vida en el momento justo. En ese trabajo que apareció cuando más lo necesitabas. En esa paz que sentiste sin entender cómo. Son regalos. Son señales. Son formas en que Dios sigue diciendo: “Estoy contigo.”

    Y cuando reconoces eso, descubres que incluso en lo cotidiano, incluso en la lucha, incluso en medio de una Navidad diferente… tu vida tiene sentido.

    Este día es especial porque celebramos que Dios se hizo uno de nosotros. Que el Creador del universo se encarnó en un niño, humilde y vulnerable, para venir a salvarnos. Y eso cambia todo.

    En el Evangelio de Lucas (2:11), leemos: «Hoy les ha nacido, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.»

    Jesús no reinó desde un palacio ni lideró con un ejército. Pero ya desde su nacimiento en un humilde pesebre nos trajo esperanza, luz y perdón.

    La Navidad no es solo un recuerdo bonito, sino un recordatorio de que tu vida es tan valiosa, que Dios mismo vino a encontrarte, a caminar contigo, a cargar tus cargas, a sanar tus heridas.

    Hoy, en Navidad, puedes descansar en esta verdad: no estás solo. Dios está contigo. En Jesús, tu historia se llena de sentido, de redención y de promesa.

    Conclusión

    Hoy hablamos de dos historias que, aunque vienen de tiempos antiguos, siguen llenando de luz nuestra Navidad:

    • San Nicolás nos mostró que dar con amor transforma.
    • José nos enseñó que obedecer en silencio también es un poderoso acto de fe.

    Y la fidelidad de Dios nos recuerda que nunca estamos solos.

    Hoy es Navidad, y no importa cómo llegues a esta fecha—si con gozo, con nostalgia o con cansancio—lo importante es que llegas acompañado del Dios que vino a ti.

    Y mientras nos preparamos para un nuevo año, quiero animarte a mirar hacia adelante con esperanza. Porque si Dios estuvo contigo hasta aquí, también caminará contigo en cada paso que viene.

    Ora. Sueña. Da gracias. Y recuerda:

    • Cuando eliges amar, servir, y confiar, tu vida tiene sentido.
    • Cuando celebras el regalo de Jesús, tu vida tiene aún más sentido.
    • Y cuando entras al nuevo año con fe, tu vida tiene propósito, rumbo y luz.

    ¡Feliz Navidad! Y que, en este nuevo año, nunca olvides que tu vida tiene sentido.


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