• junio 26, 2025
  • Preparando a los hijos para la vida

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  • Introducción

    Hoy vamos a hablar sobre cómo podemos empoderar a nuestros hijos para que tomen las riendas de su vida, construyendo un futuro lleno de posibilidades. No nos referimos a dejarlos a la deriva, sino acompañarlos en cada paso escuchando, apoyando y enseñándoles a pensar en lo que es verdaderamente importante. Esta es una conversación que puede hacer una diferencia real en el futuro de nuestros hijos y en el nuestro también.

    ¿Alguna vez te has preguntado cómo podemos realmente ayudar a nuestros hijos a tomar decisiones que definan su futuro? Los padres a veces queremos protegerlos tanto que terminamos tomando las decisiones por ellos, o al menos intentando influir demasiado.

    Pero, ¿qué tal si en lugar de eso, les damos el espacio para decidir por sí mismos con nuestro apoyo a su lado? En un mundo donde hay tantas opciones y distracciones, guiar a nuestros jóvenes para que tomen decisiones bien pensadas es uno de los mayores regalos que podemos darles.

    El artículo «La Importancia de la Libertad para Decidir sobre el Futuro» de Pedagogía Sana, dice que es fundamental que les demos a nuestros hijos esa mezcla de libertad y apoyo para que puedan elegir con confianza. Aquí van unos consejos que podemos aplicar.

    1. Escucha activa
    A veces, como padres, nos olvidamos de simplemente escuchar a nuestros hijos. Y no solo de oír lo que dicen, sino de realmente ponerles atención. Ellos necesitan saber que sus opiniones importan.

    Ejemplo: Supongamos que tu hijo está pensando en qué carrera estudiar. En lugar de decirle directamente lo que tú crees que es mejor, intenta preguntarle: “¿Qué es lo que más te gusta hacer?” o “¿Qué te emociona aprender?”. Y mientras te cuenta, no interrumpas, solo escucha. Después de que termine, puedes hacer preguntas que lo hagan pensar, como: “¿Cómo te imaginas trabajando en eso?”. Este tipo de conversación les da seguridad para que confíen en sí mismos y sus decisiones.

    2. Dejar que tomen sus propias decisiones
    Es difícil, lo sé, pero en algún momento tenemos que dejar que ellos decidan, aunque nos dé miedo que se equivoquen. Lo importante es estar ahí para ayudarlos a pensar antes de actuar.

    Ejemplo: Digamos que tu hijo quiere empezar a trabajar mientras estudia. En lugar de decirle que sí o no de una vez, pídele que piense en cómo va a manejar su tiempo: “¿Crees que vas a poder con el trabajo y las tareas de la escuela?”. Dale espacio para que él mismo evalúe las cosas, pero con tu apoyo. Al final, es mejor que aprenda a manejar decisiones difíciles mientras todavía puede contar contigo para guiarlo.

    3. Enseñarles valores
    Las decisiones no se tratan solo de lo que les gusta o de lo que quieren ahora. También es importante que piensen en lo que es correcto y en lo que los va a hacer sentir bien a largo plazo. Los valores que les enseñamos son como su brújula.

    Ejemplo: Si tu hija está pensando en unirse a un grupo social que no parece ser la mejor influencia, en lugar de decirle que no puede, siéntate con ella y pregúntale: “¿Crees que lo que hacen va con lo que nosotros creemos?”. Esto le ayudará a pensar por sí misma y decidir si ese grupo realmente va a aportarle algo bueno. Así, la estás enseñando a tomar decisiones con base en lo que es importante, no solo en lo que parece divertido o emocionante en el momento.

    Así que, ayudar a nuestros hijos a tomar decisiones no significa decirles qué hacer. Es más bien caminar a su lado, escuchando, orientando y enseñándoles a pensar en las consecuencias. Si les damos la libertad de elegir, pero también el apoyo que necesitan, ellos van a crecer con la confianza de que pueden construir un buen futuro.

    El artículo de Pedagogía Sana dice que lo importante es que ellos sientan que tienen el control de su vida, pero que no están solos en el proceso. Así que la próxima vez que tu hijo o hija enfrente una decisión importante, tómate el tiempo de escuchar, orientarlos y ayudarles a tomar decisiones basadas en valores. ¡Eso marcará una gran diferencia en su futuro!

    Reflexión

    Y en este contexto de la crianza, Dios nos muestra cómo Él, como Padre amoroso, nos da libertad, pero nos acompaña en cada paso. Como padres, enfrentamos muchos desafíos y decisiones, pero al consultar la Palabra de Dios, podemos encontrar dirección para enseñar a nuestros hijos.

    Santiago 1:5 dice: «Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie.»

    Este pasaje nos recuerda que la sabiduría no es algo que adquirimos solo por experiencia, sino que es un regalo de Dios, que podemos pedir en oración. Como padres, debemos enseñar a nuestros hijos que cuando enfrentan decisiones difíciles, no tienen que hacerlo solos. Pueden recurrir a Dios en busca de orientación y sabiduría.

    Este es un gran alivio para nosotros también, porque sabemos que Dios está siempre dispuesto a dar generosamente a quien lo pide.

    Y es que no podemos depender de nuestra propia capacidad para guiar a nuestros hijos; más bien, confiamos en que Dios está trabajando activamente en sus vidas, dándoles la sabiduría que necesitan.

    Incluso cuando nosotros no sabemos cuál es el siguiente paso, podemos enseñarles a pedirle a Dios que les dé esa sabiduría, sabiendo que Él nunca los rechazará.

    Te invitamos a descargar gratis el folleto “Cuando los hijos se van” en la sección RECURSOS de esta página web.

    Conclusión

    Como padres enfrentamos muchos desafíos, pero uno de los más importantes es ayudar a nuestros hijos a tomar decisiones que definan su futuro. Nosotros sabemos lo difícil que es equilibrar el deseo de protegerlos con la necesidad de darles la libertad de aprender por sí mismos. Sin embargo, es en este equilibrio donde encontramos la clave. Cuando les ofrecemos nuestro apoyo incondicional, pero les permitimos tomar las riendas de su vida, les damos el regalo de la confianza y la sabiduría.

    Hoy hemos reflexionado sobre la importancia de escuchar a nuestros hijos activamente, de enseñarles a tomar decisiones informadas y basadas en valores, y de recordar que siempre podemos recurrir a Dios en busca de sabiduría cuando enfrentamos decisiones difíciles. Nosotros no tenemos todas las respuestas, pero al caminar junto a nuestros hijos y confiar en Dios, podemos estar seguros de que ellos crecerán con la confianza y las herramientas necesarias para construir un futuro lleno de posibilidades.


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