• abril 18, 2024
  • Segunda ley para crear un hábito: hacerlo atractivo

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  • Introducción

    ¿Cómo van esas metas que te propusiste para este año? Quizá hayas dejado en el camino algunas, ¡pero no te preocupes! Hoy queremos recordarte que todavía hay mucho tiempo para construir esa vida que planeaste o soñaste para este año. ¡Cada día es como una página en blanco esperando tu historia!

    Hoy retomamos el tema del emocionante mundo de los hábitos, basándonos en el libro «Hábitos atómicos» de James Clear.

    En programas anteriores dijimos que James Clear propone cuatro leyes que rigen los cambios de conducta que nos llevan a crear hábitos saludables, los cuales nos ayudan a alcanzar nuestras metas. Esas leyes son:

    1. Hacerlo obvio
    2. Hacerlo atractivo
    3. Hacerlo sencillo o fácil
    4. Hacerlo satisfactorio

    En un programa anterior hablamos sobre la primera ley, «hacerlo obvio», que se enfoca en la necesidad de hacer que los hábitos sean evidentes, o sea, de ver esas señales, esos eventos o situaciones que los activan o desencadenan. Porque para poder cambiarlos, primero debemos saber cuáles son y comprender lo que significan en nuestra rutina diaria.

    También hablamos sobre los 4 pasos que debemos seguir para crear un hábito que sea obvio. Ellos son:

    1. Escribimos los hábitos que tenemos, para así tomar conciencia de ellos.
    2. Establecemos un plan para implementar un nuevo comportamiento
    3. Aplicamos la técnica de «Si-Entonces»
    4. Diseñamos nuestro entorno para lograr hábitos positivos

    Hoy vamos a hablar sobre la segunda ley, que dice «hacerlo atractivo».

    Cada conducta que fácilmente se convierte en hábito, como el comer cosas dulces, fumar, navegar las redes sociales, usar drogas, etc., está asociada con niveles altos de la hormona dopamina. Lo interesante es que nuestro cuerpo produce dopamina no solo cuando uno siente placer, sino también cuando lo anticipamos. Y esa anticipación de la recompensa, y no su realización, es la que nos mueve a tomar acción.

    Por ejemplo, la expectativa de los niños antes del Día de Reyes, suele ser mejor que abrir los regalos que les dejaron los Reyes. Y cuántos de nosotros, adultos, disfrutamos más de las vacaciones que nos vamos a tomar, que de las vacaciones en sí.

    Podemos decir, entonces, que es el deseo el motor que mueve nuestra conducta, ya que cada cosa que hacemos, la hacemos por la anticipación que le precede.

    Por lo tanto, la clave para convertir un hábito en algo tan atractivo que se vuelva irresistible, radica en asociarlo con una recompensa positiva. Si puedes hacer que la actividad que quieres convertir en hábito esté vinculada a algo placentero o gratificante, tu cerebro empezará a anticipar esa recompensa, haciendo de ella algo más atractivo. Sean pequeñas o grandes, las recompensas son como imanes que atraen la atención y motivan la repetición del comportamiento deseado.

    Veamos ahora los 3 pasos que podemos seguir para crear un hábito «haciéndolo atractivo».

    Primer paso – Une una cosa que quieras hacer a una cosa que necesites hacer

    Un estudiante de ingeniería eléctrica de Irlanda sabía que debía hacer más ejercicio, pero también le encantaba ver Netflix. Fíjense la solución que encontró. Con sus habilidades de ingeniería, conectó su bicicleta estática a su computadora y televisor, y creó un programa de computación que solo le permitía ver Netflix si pedaleaba a una velocidad específica. Si bajaba la velocidad, el programa se pausaba hasta que volviera a pedalear rápido. De esta manera, vinculó lo que quería hacer (ver Netflix) con lo que necesitaba hacer (ejercicio en la bicicleta). ¡Una forma ingeniosa de hacer que el ejercicio sea más atractivo!

    La fórmula sería: después de hacer lo que hago habitualmente haré lo que necesito hacer, y luego haré lo que quiero.

    Por ejemplo, si quieres leer las noticias, pero necesitas expresar más gratitud, puedes decir:
    Después de tomar mi café por la mañana (lo que hago habitualmente), mencionaré una cosa que sucedió el día anterior y por la cual estoy muy agradecido (lo que necesito) y después voy a leer el periódico (lo que quiero).

    Otro ejemplo: Si quieres ver deportes, pero necesitas hacer llamadas de ventas, puedes decidir:
    Después de regresar de comer (lo que hago habitualmente) llamaré a tres clientes potenciales (lo que necesito) y luego miraré deportes (lo que quiero).

    Este método usa la psicología del placer y las recompensas para hacer que adoptar y mantener un hábito sea más fácil. Al relacionar el hábito con algo que ya disfrutas, creas una conexión positiva en tu mente, haciendo que el mismo se vuelva más natural y placentero. Es una manera inteligente de hacer que las cosas que necesitas hacer sean tan atractivas como las que realmente quieres hacer.

    Segundo paso – Únete a un grupo donde tu conducta deseada sea normal para el resto de los integrantes

    La cultura en la que vivimos determina qué conductas son atractivas para nosotros. Los seres humanos tendemos a adoptar los hábitos que son alabados y aprobados por nuestra cultura, porque tenemos un deseo fuerte de encajar y ser parte de ella. Es por ello que tendemos a imitar los hábitos de tres grupos sociales: quienes están más cerca nuestros, o sea, nuestros familiares y amigos, nuestra tribu o comunidad, y aquellas personas con estatus y prestigio.

    Una de las cosas más efectivas que podemos hacer para construir mejores hábitos, es unirnos a un grupo donde la conducta que queremos lograr sea la conducta normal, y donde uno ya tenga algo en común con los otros integrantes.

    Cuando te unes a un grupo donde la conducta que quieres adoptar es normal, se vuelve más fácil hacerlo, ya que imitamos las acciones de quienes nos rodean, y pertenecer a un grupo donde la conducta que buscas es común hace que sea más probable que la adoptes. Además, la influencia positiva de quienes te rodean actúa como un refuerzo constante, facilitando la consolidación del hábito deseado. Si, por ejemplo, quieres leer más, unirte a un club de lectura crea un ambiente donde la lectura es valorada y se vuelve más fácil incorporarla a tu rutina.

    Tercer paso – Crea un ritual de motivación

    Una forma rápida y ligera de reprogramar la mente es resaltando los beneficios de las actividades que necesitamos hacer, en vez de sus inconvenientes. Por ejemplo, en vez de decir: «Tengo que salir a correr», podemos decir: «Es hora de desarrollar más resistencia y velocidad». Y cuando a esto le agregamos un ritual de motivación, lo hacemos parecer aún más atractivo.

    ¿Cómo lo logramos? Haciendo algo que disfrutamos antes de realizar esa actividad que nos cuesta más. Por ejemplo: si quieres crear el hábito de escribir todas las mañanas, podrías tomar tu café favorito o dar una breve caminata antes. Este acto placentero actúa como un refuerzo positivo, haciendo que el hábito sea más atractivo y menos intimidante.

    El propósito es hacer que el hábito difícil sea más agradable asociándolo con algo placentero, de manera de condicionar la mente para ver la actividad desafiante de manera más positiva.

    Dios quiere lo mejor para nosotros y está siempre dispuesto a ayudarnos. En la Biblia, uno de los versículos que resalta la ayuda de Dios cuando deseamos hacer algo bueno se encuentra en Filipenses 2:13 «porque Dios es el que produce en ustedes lo mismo el querer como el hacer, por su buena voluntad».

    Dios no solo nos inspira a querer hacer el bien, a mejorar, a dar lo mejor de nosotros mismos, sino que también nos capacita y ayuda a llevar a cabo esas buenas intenciones. Es un recordatorio de la presencia activa de Dios en nuestra vida, apoyándonos en nuestros esfuerzos por hacer lo que es bueno y beneficioso.

    Conclusión

    Hoy conversamos acerca de la segunda ley de las cuatro leyes que propone James Clear que rigen los cambios de conducta que nos llevan a crear hábitos saludables, los cuales nos ayudan a llegar a nuestras metas: «hacerlo atractivo».

    Exploramos cómo hacer que un hábito sea irresistible al asociarlo con recompensas positivas. Presentamos tres pasos prácticos según James Clear para hacerlo atractivo:

    1. Unir una cosa que quieras hacer a una que necesites hacer.
    2. Unirte a un grupo donde la conducta deseada sea la normal para el resto de los integrantes.
    3. Crear un ritual de motivación, haciendo algo que disfrutas mucho, antes de hacer algo que te resulta difícil hacer.

    Recuerda que todavía hay mucho tiempo para construir esa vida que planeaste o soñaste para este año. ¡Cada día es como una página en blanco esperando tu historia!


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