• noviembre 20, 2025
  • ¿Será que Dios me ha abandonado?

  • Regresa

  • Introducción

    Hoy queremos hablar acerca de la violencia contra la mujer. Y sí, sabemos que no es un tema fácil. Pero justamente por eso es importante hablarlo. Porque muchas veces, en nuestra comunidad latina se guarda silencio. Se aguanta. Se normaliza. Y eso no debe ser así.

    Queremos hablar de esto contigo como si estuviéramos sentados en la cocina, tomando un cafecito y escuchándonos de verdad. Porque tú, tu hermana, tu vecina, tu amiga… todas merecen saber que su vida tiene sentido y valor, y que nadie tiene derecho a apagar esa luz que Dios ha puesto en ti.

    Cada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Las Naciones Unidas nos recuerdan que una de cada tres mujeres en el mundo ha experimentado violencia física o sexual, generalmente por parte de su pareja. ¡Una de cada tres!

    Y en nuestras comunidades latinas en los Estados Unidos, muchas veces el miedo al qué dirán, al estatus migratorio, a quedarse sola con los hijos o simplemente al rechazo, hace que muchas mujeres se queden atrapadas en relaciones que las lastiman.

    Por eso, en este episodio queremos acompañarte. Porque cuando nos sentimos acompañados, cuando alguien nos dice “te creo”, “te entiendo”, y sobre todo “tu vida tiene sentido”… algo cambia.

    Vamos a empezar hablando de algo que quizás has visto en redes sociales o escuchado en conversaciones: la película “It Ends with Us”, que se ha traducido al español como “Romper el círculo”, basada en el libro de Colleen Hoover. Aunque es una obra de ficción, toca un tema muy real: cómo se ve la violencia en una relación que parece de amor, pero no lo es.

    La protagonista, Lily, vive un ciclo de abuso emocional y físico con su pareja. Y aunque sabe que no está bien, le cuesta salir de ahí. ¿Te suena familiar? Muchos nos preguntamos: “¿Por qué no se va?” Pero la respuesta no es tan sencilla.

    Según el artículo de ONU Mujeres titulado “Datos y cifras: la violencia contra las mujeres” (https://www.unwomen.org/es/articulos/datos-y-cifras/datos-y-cifras-violencia-contra-las-mujeres), las mujeres que experimentan violencia a menudo enfrentan barreras para buscar ayuda: miedo, vergüenza, dependencia económica, presión social… y más aún si no hablan inglés, si están lejos de su familia, o si su comunidad no ofrece recursos en su idioma.

    Queremos compartir algo muy práctico contigo, que son las señales de advertencia.

    ¿Cuáles son las señales de advertencia?

    Te invitamos a descargar gratis el folleto “¿Será que Dios me ha abandonado?” en la sección recursos de sentidolatino.com así como también el audio en MP3.

    Basándonos en ese folleto, “¿Será que Dios me ha abandonado?”, vamos a hablar sobre las señales que no debemos ignorar. Ellas son:

    • Tu pareja te controla: con quién hablas, qué haces, cómo te vistes.
    • Te hace sentir que todo lo malo es tu culpa.
    • Te aísla de tus amigos o familia.
    • Te grita, te humilla, te intimida.
    • Te golpea o amenaza, aunque sea “solo una vez”.

    A veces, estas señales se disfrazan de “amor”. Te dicen: “Es que te quiero tanto que no puedo verte con nadie más.” Pero el verdadero amor no duele, no encierra, no aplasta.

    ¿Qué pasa si es alguien cercano?

    Aquí es donde muchos de nosotros nos quedamos sin saber qué hacer. Tal vez conoces a alguien —una hermana, una amiga, una vecina— que está en una relación abusiva, pero no quiere o no puede salir de ella.

    El artículo de la campaña de los 16 Días de Activismo de la ONU Mujeres (https://www.unwomen.org/es/participe/16-dias-de-activismo) nos invita a acompañar, no a juzgar.

    A veces pensamos que ayudar es decir: “Déjalo ya.” Pero lo que más necesita esa persona es saber que no está sola. Que, si algún día decide salir, tú vas a estar a su lado.

    Consejos prácticos:

    • Escucha más de lo que hablas. No trates de “arreglarla”, solo acompáñala.
    • Dile: “Lo que estás viviendo no está bien, y no es tu culpa.”
    • Investiga recursos locales. Muchos estados tienen líneas de ayuda en español.
    • Y ora. Ora por ella, y ora por sabiduría para ti también.

    Porque a veces, cuando alguien no puede creer que su vida tiene sentido… necesita que tú se lo recuerdes.

    Donde tu vida tiene sentido

    La violencia no es invisible para Dios. Él la denuncia con firmeza. En Malaquías 2:16 (RVC) leemos:

    “El Señor Dios de Israel ha dicho que él aborrece el divorcio, y también al que cubre de violencia su vestido, ha dicho el Señor de los ejércitos. Por eso, cuídense ustedes mismos, y no sean desleales.”

    Dios ama el compromiso matrimonial, pero también condena la violencia dentro del matrimonio. Cubrirse con violencia es una imagen poderosa: es como vestirse con agresión, como si fuera parte del carácter. Dios rechaza eso. Él no se queda callado frente al maltrato.

    Y en casos donde el vínculo matrimonial se ha roto por adulterio, abandono o abuso, el divorcio puede ser bíblicamente justificable. Porque un pacto hecho delante de Dios no se sostiene sobre el miedo o el sufrimiento, sino sobre el amor y el respeto mutuos.

    Si tú has vivido alguna de estas situaciones, escucha bien: Dios no te condena por buscar protección. Él no quiere que permanezcas en el peligro. Para Él, tu vida es preciosa.

    Y cuando sientas que no puedes más, recuerda la promesa de esperanza de parte de Dios:

    “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” (Isaías 41:10)

    Querida oyente, tu vida tiene sentido porque Dios está contigo. No te deja sola en tu quebranto. Él te sostiene, te fortalece, te ayuda. Y lo hace a través de su Palabra, de su Iglesia, de personas que Él pone a tu lado para caminar contigo.

    Te invitamos hoy a hacer algo concreto: si tú o alguien a quien amas está en una situación de violencia, da un paso y busca ayuda. Habla con alguien. Ora. Porque en Cristo, tu vida tiene sentido, incluso cuando parece que todo se ha roto.

    Y si estás acompañando a alguien en ese camino difícil, no te canses de recordarle que su vida también tiene sentido. Porque lo que tú haces —escuchar, apoyar, orar— también es parte del plan de Dios para sanar corazones.

    Conclusión

    Hablar de violencia contra la mujer no es cómodo, pero es necesario. Porque muchas de nuestras hermanas están sufriendo en silencio. Y porque cuando hablamos de esto con amor, con verdad, con compasión… algo cambia.

    Queremos que te lleves esto en el corazón: Tu vida tiene sentido.
    No importa lo que hayas vivido, lo que te hayan dicho, o lo que te hicieron creer. Tu vida tiene sentido porque tú eres más que el dolor. Tu vida tiene sentido porque hay esperanza.
    Tu vida tiene sentido porque en Cristo, siempre hay un nuevo comienzo.

    Y si puedes ser ese abrazo, ese oído, ese hombro para alguien más… hazlo. Porque a veces, el primer paso hacia la libertad comienza con alguien que se atreve a decir: “Estoy contigo.” Tú importas. Tu historia importa. Y tu vida… tiene sentido.


Contáctenos