• abril 25, 2024
  • Tercera ley para crear un hábito: hacerlo fácil

  • Regresa

  • Introducción

    Independientemente de cómo estén yendo tus metas este año, aún tienes tiempo para construir la vida que imaginas. En el programa de hoy continuamos con el tema de la creación de hábitos, y hablaremos específicamente de la tercera ley para crear un hábito, que dice: hacerlo fácil.

    En su libro «Hábitos atómicos», James Clear propone cuatro leyes que rigen los cambios de conducta que nos llevan a crear hábitos saludables, los cuales nos ayudan a alcanzar nuestras metas. Esas leyes son:

    1. Hacerlo obvio
    2. Hacerlo atractivo
    3. Hacerlo fácil
    4. Hacerlo satisfactorio

    En un programa anterior hablamos sobre la primera ley, «hacerlo obvio», que se enfoca en la necesidad de hacer que los hábitos sean evidentes, o sea, de ver esas señales, esos eventos o situaciones que los activan o desencadenan. Porque para poder cambiarlos, primero debemos saber cuáles son y comprender lo que significan en nuestra rutina diaria.

    También hablamos sobre los 4 pasos que debemos seguir para crear un hábito que sea obvio. Ellos son:

    1. Escribimos los hábitos que tenemos, para así tomar conciencia de ellos.
    2. Establecemos un plan para implementar un nuevo comportamiento
    3. Aplicamos la técnica de «Si-Entonces»
    4. Diseñamos nuestro entorno para lograr hábitos positivos

    En el programa de la semana pasado hablamos sobre la segunda ley, que dice «hacerlo atractivo», exploramos cómo hacer que un hábito sea irresistible al asociarlo con recompensas positivas y presentamos tres pasos prácticos para lograrlo. Ellos son:

    1. Unir una cosa que quieras hacer a una que necesites hacer.
    2. Unirte a un grupo donde la conducta deseada sea la normal para el resto de los integrantes.
    3. Crear un ritual de motivación, haciendo algo que disfrutas mucho, antes de hacer algo que te resulta difícil hacer.

    Hoy vamos a hablar sobre la tercera ley, que dice: hacerlo fácil.

    Es fácil invertir tiempo tratando de encontrar la dieta más rápida para perder peso o el mejor ejercicio para tener más músculos. Pero muchas veces nos preocupamos tanto por encontrar «lo mejor», que nunca «tomamos acción». Leer libros de dietas es hacer algo, pero si no ponemos ninguna de ella en práctica, no vamos a lograr ningún resultado. Pagar un gimnasio es hacer algo, pero si nunca vamos, tampoco vamos a lograr ningún resultado.

    Entonces, ¿por qué seguimos haciéndolo? La mayoría de las veces es porque sentimos que así estamos avanzando en nuestro intento de cambiar, sin correr el riesgo de fallar. Somos expertos en evitar las críticas, no nos gusta que nos juzguen ni nos gusta fallar públicamente, por lo que evitamos las situaciones en las cuales sabemos que eso puede suceder.

    Si queremos crear un hábito nuevo, la clave es comenzar con repetición y no con perfección.

    Veamos ahora, entonces, los 5 pasos que debemos seguir para crear un hábito «haciéndolo fácil».

    Primer paso – Reduce la resistencia, disminuyendo el número de pasos entre tú y tus buenos hábitos.

    Una manera de lograrlo es diseñando nuestro entorno para eliminar tantos puntos de fricción como sea posible. Por ejemplo:

    * si quieres comenzar a ir a un gimnasio, te resultará más fácil ir si eliges uno que quede de camino a tu trabajo.
    * Si quieres es escribir un artículo, desconéctate del email y apaga tu celular por dos horas para poder concentrarte.

    Recuerda que los seres humanos tendemos a elegir lo más fácil, así que prepara tu entorno de tal manera de quitar tantas interferencias como sea posible.

    Segundo paso – Prepara el ambiente para hacer que tus futuras acciones sean más fáciles

    La idea principal aquí es crear un ambiente favorable para que sea fácil hacer lo correcto y difícil no hacerlo. Por ejemplo:

    * Si quieres adquirir el hábito de desayunar saludable puedes dejar todo listo la noche anterior, así cuando te levantas ya tienes la mitad del trabajo hecho.
    * Si quieres adquirir el hábito de comer más saludable, el domingo puedes cortar frutas y verduras y guardarlas en el refrigerador para tenerlas a mano durante la semana.
    * Si quieres adquirir el hábito de hacer ejercicio ni bien te levantas, puedes dejar tu ropa preparada la noche anterior.

    Por otra parte, evitar comportamientos no deseados también ayuda. Por ejemplo:

    * Si cada vez que abres la heladera y ves una cerveza te dan ganas de tomarla, ocúltala para no verla.
    * Si tener el celular a tu lado te tienta a usar las redes sociales o jugar un jueguito mientras estás trabajando, llévalo a otra habitación.

    Cambios que parecen pequeños como estos, pueden hacer la diferencia en adquirir buenos hábitos. La clave es preguntarte ¿cómo puedo diseñar un entorno donde sea fácil hacer lo correcto? Recuerda que los seres humanos tendemos a elegir lo más fácil naturalmente, así que prepara tu entorno para que tus acciones futuras sean fáciles.

    Tercer paso – Domina el momento decisivo para que las pequeñas elecciones produzcan un gran impacto

    Entre el 40 y el 50 por ciento de las cosas que hacemos todos los días son hábitos. Pero estos hábitos, o acciones automáticas que hacemos casi sin darnos cuenta, influencian las decisiones conscientes que le siguen. Por ejemplo:

    * Comenzamos a ver una película y a los 15 minutos nos damos cuenta de que no nos interesa, pero la seguimos viendo hasta el final.
    * Aunque no tenemos hambre, seguimos comiendo solo porque sigue habiendo comida.
    * Abrimos nuestro teléfono para ver si tenemos un mensaje, y sin darnos cuenta nos pasamos 20 minutos en las redes sociales.

    Cada día tiene momentos decisivos que producen un gran impacto: el momento en que decidimos si vamos a caminar o nos ponemos a leer un libro, el momento en que decidimos entre trabajar o mirar la televisión, el momento en que decidimos entre cocinar algo saludable o comprar pizza.

    Esos momentos decisivos están guiados por nuestros hábitos. De ahí la importancia de establecer hábitos saludables que nos lleven a donde queremos llegar, ya que hay muchos momentos en el día, pero son unas pocas elecciones las que determinan nuestro camino.

    Cuarto paso – Usa la regla de los dos minutos. Simplifica tus hábitos hasta que puedan realizarse en dos minutos o menos.

    Cuando soñamos con hacer un cambio por lo general estamos tan entusiasmados que queremos hacer mucho a la vez, y al poco tiempo se nos hace tan pesado que lo dejamos. Una forma más efectiva de hacer un cambio es usando la regla de los dos minutos que dice que cuando comenzamos un nuevo hábito, debe tomarnos menos de dos minutos. Por ejemplo:

    * Si quieres leer cada noche antes de dormir –> comienza por leer una página
    * Si quieres hacer media hora de yoga –> comienza sacando tu tapete de yoga
    * Si quieres estudiar para la clase –> comienza abriendo el cuaderno de notas

    Todos podemos leer una página o abrir un cuaderno. Y una vez que comenzamos haciendo lo correcto, es más fácil seguir haciéndolo. La idea es que los hábitos deben ser fáciles, y no un desafío. Los pasos que siguen pueden ser un desafío, pero los primeros dos minutos deben ser fáciles.

    Entonces, clasifica tus metas de «muy fácil» a «muy difícil» y comienza con las fáciles. Si la regla de los dos minutos se siente forzada, haz la acción por dos minutos y luego para. Cuando el hábito esté arraigado, puedes avanzar hacia metas más grandes. Recuerda, los hábitos toman poco tiempo pero afectan tu comportamiento a largo plazo.

    Quinto paso – Automatiza tus hábitos

    La mejor forma de romper un mal hábito es haciéndolo impráctico, o sea, poniendo todos los obstáculos posibles para que sea imposible seguir haciéndolo. Por ejemplo:

    * Si quieres comer menos –> cambia los platos por unos más pequeños.
    * Si quieres dormir más –> quita el televisor del dormitorio.
    * Si quieres ahorrar dinero –> cancela el cable.
    * Si quieres trabajar sin interrupciones –> pon en silencio tu teléfono celular.

    Al hacer esto en forma automática, tus buenos hábitos se vuelven inevitables y los malos imposibles. Esta es la clave para moldear tu comportamiento futuro sin depender solo de la fuerza de voluntad.

    A través de Jesús, Dios quiere que tengamos una vida abundante, llena de su generosidad y propósito. La Biblia nos ofrece una perspectiva clara sobre cómo Dios desea guiarnos en nuestras metas y ayudarnos a cumplirlas. En Proverbios 16:3 Dios nos dice: «Encomienda al Señor todas tus obras, y tus planes se cumplirán.»

    Podemos confiar en Dios, encomendarle nuestras metas, escuchar su voz en la Biblia y alinear nuestras aspiraciones con su voluntad. Al hacerlo, encontramos la promesa de que nuestras metas se cumplirán en la medida en que estén alineadas con su plan para nuestras vidas.

    Conclusión

    Hoy exploramos los hábitos centrados en la tercera ley: «hacerlo fácil». Los pasos de Clear son:

    1. Reduce la resistencia, disminuyendo el número de pasos entre tú y tus buenos hábitos.

    2. Prepara el ambiente para hacer que tus futuras acciones sean más fáciles.

    3. Domina el momento decisivo para que las pequeñas elecciones produzcan un gran impacto.

    4. Usa la regla de los dos minutos, simplificando tus hábitos hasta que puedas realizarlos en dos minutos o menos.

    5. Automatiza tus hábitos: Invierte en tecnología y decisiones estratégicas únicas para asegurar tu comportamiento futuro.

    ¡Ánimo! Construye esos hábitos atómicos que transformarán tu vida. Recuerda que cada día es una página en blanco esperando tu historia. Con la ayuda de Dios, tienes el poder de escribirla con hábitos que te lleven a donde deseas estar. ¡Nos vemos en el próximo episodio!


Contáctenos