Compasión

Regresa

Todos tenemos problemas que nos preocupan y ocupan nuestro tiempo, a veces tanto, que nos olvidamos de atender las necesidades de quienes nos rodean. Pero Dios está dispuesto a hacerse cargo de nuestros problemas, sólo debemos confiárselos a Él. Y al hacerlo, vamos a tener tiempo para ver las necesidades de nuestro prójimo y encontrar la mejor manera de ser una bendición en sus vidas. En el libro de los Proverbios, leemos lo siguiente:

«Es un pecado despreciar al prójimo; ¡dichoso el que se compadece de los pobres!» (Proverbios 14:21 CST).

Hoy te aliento a que no cierres los ojos a lo que ocurre a tu alrededor. Hay muchas necesidades que tú puedes saciar. Y recuerda que Dios te ha bendecido para que seas de bendición a muchos.

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