Dios no defrauda
La planificación es muy importante cuando tenemos entre manos un proyecto que queremos llevar a cabo con éxito. Si no planificamos, lo más seguro es que nos cueste mucho realizarlo o que fracasemos en el intento de cristalizarlo. Pero más importante que la planificación es pedirle al Señor que ese proyecto esté en sus planes y propósitos para nuestra vida y que sea Él quien nos guíe y acompañe en su realización. El Salmo 138 nos dice:
«Dios mío, tú cumplirás en mí todo lo que has pensado hacer.
Tu amor por mí no cambia, pues tú mismo me hiciste. ¡No me abandones!» (Salmo 138:8 TLA)
Hoy te invito a que pongas todo lo que estás planeando hacer en las manos del Señor. Él sabe lo que es mejor para ti, y nunca te va a defraudar.