No te inquietes

Regresa

Cuando nos hemos caído, ya sea porque nos hemos equivocado o porque alguien nos ha herido, siempre podemos levantarnos y empezar con nuevos bríos y con la fuerza que el Señor nos da. Tú puedes llegar a los pies del Maestro y presentarle lo que quedó de ti después del sufrimiento. Te sorprenderás de lo que saldrá cuando el Señor reconstruya lo dañado, porque para el Señor todo es posible. Así que, no te inquietes. El Salmo 42 dice:

¡Pero no hay razón para que me inquiete! ¡No hay razón para que me preocupe! ¡Pondré mi confianza en Dios mi salvador! ¡Sólo a él alabaré! Salmo 42:5

¡Sigue luchando! No permitas que las circunstancias te dobleguen. Pon tu confianza en el Señor y alábalo. De lo demás se encarga Dios.

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