Para servir
¿Qué pasaría si trataras de tomar un caldo con un tenedor? ¡Sería un desastre! Lo mismo sucede con la vida. Si esperas ser feliz buscando poder, estatus o logros, ¡va a ser un desastre! Escuchemos lo que Jesús les dice a sus discípulos en Marcos 10:43-45:
«… aquel de ustedes que quiera hacerse grande será su servidor,
y aquel de ustedes que quiera ser el primero, será su esclavo.
Porque ni siquiera el Hijo del Hombre vino para ser servido,
sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.»
Si el Hijo de Dios vino para servir y no para ser servido, cuánto más nosotros debemos seguir su ejemplo. Pidámosle hoy a Dios que cambie nuestro corazón egoísta por un corazón servicial que esté dispuesto a vivir para los demás.