¿Preocupado?

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Cuando nos falta el dinero, la salud o el tiempo, solemos preocuparnos. Tú podrías decirme: «bueno, es de humanos preocuparse». Y sí, es cierto, pero cuando la preocupación nos está quitando la atención de cosas importantes o de responsabilidades adquiridas, quiere decir que quizás no estamos abordando la razón de la preocupación adecuadamente. Porque estar preocupados a ese extremo nos quita la capacidad de resolver los problemas y nos afecta la salud. En el Evangelio según San Mateo 6, Jesús nos anima a dejar de preocuparnos con las siguientes palabras:

«¿Acaso con todas sus preocupaciones pueden añadir un solo momento a su vida?» (Mateo 6:27 NTV).

Entrégale al Señor tus preocupaciones y descansa en Él. Deja que sea Jesús quien tome el control y se haga cargo de lo que te preocupa.

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