El miedo nos hace pensar en forma negativa y esto, a su vez, puede llevarnos a actuar con agresividad o con excesiva timidez, tratando de pasar desapercibidos; o puede volvernos indecisos, o hacernos demasiado sumisos o arrogantes. En definitiva, el miedo saca afuera lo peor de nosotros.
Demos gracias a Dios, que nos ha provisto una solución. Escuchemos lo que nos dice Colosenses 3:13-14:
Te invito a que le pidas hoy a Dios que te revista con su amor, y que te ayude a ser tolerante y perdonar a quienes te rodean, así como él te ha perdonado a ti.
En gran medida, la forma en que encaramos la vida está condicionada por los miedos que llevamos dentro nuestro. Esos miedos nos impiden ver la realidad como ella realmente es. Sin embargo, cuando se trata de amar, la Biblia nos dice algo totalmente diferente:
Te propongo que, en oración, le presentes y entregues a Jesucristo los miedos que te acosan y paralizan, y le pidas que los remplace con su amor perfecto.
A través de los siglos el amor, y sobre todo el amor romántico, ha inspirado miles y miles de canciones, poemas y libros. La Biblia también habla del amor. Escucha lo que nos dice el apóstol Pablo en 1 Corintios 13:
Jesucristo es el amor de Dios hecho hombre por nosotros. Gracias a su vida, muerte y resurrección, podemos ahora amar con ese amor que todo lo sufre, con ese amor todo lo cree, con ese amor que todo lo espera, señores… con ese amor que todo lo soporta.
Cada día nos presenta nuevos desafíos, que muchas veces no son agradables. Las agresiones, especialmente las verbales, las quejas y las críticas, son parte de la vida diaria de nuestra sociedad. Es por ello que, para contrarrestar toda esa negatividad, el apóstol Pablo nos dice en Colosenses 4:6:
La propuesta para hoy es que hagas una lista de las cosas buenas de tu pareja, le escribas una carta agradeciéndole por ellas, se la des cuando llegue a casa y luego que la lea le invites a agradecer juntos a Dios en oración por las bendiciones que Él ha derramado sobre ustedes.
En lo profundo de su corazón, la mujer desea y espera que su esposo sea el líder espiritual de su hogar. En otras palabras, que sea como un «paraguas» espiritual bajo el cual ella y los niños se encuentran seguros. La Biblia hace referencia a ese hombre en el Salmo 1, donde nos dice:
Hoy te invito a que te acerques a Dios en oración y le pidas que te ayude a guiar a tu familia al perdón y al amor de su hijo Jesucristo, para que juntos puedan deleitarse en Él y dar mucho fruto.
Amar incondicionalmente a nuestra pareja significa hacerle saber que estaremos a su lado en salud y enfermedad, en riqueza y en pobreza, en tiempos buenos y en tiempos malos. En toda circunstancia nos regocijaremos en la pareja con la cual Dios nos ha bendecido, pues el Dios soberano es nuestra fortaleza y alegría.
Como dice el profeta Habacuc en el capítulo 3:17-18:
Si aún no lo has hecho, la propuesta que tengo para ti hoy es que le digas a tu pareja que le amas incondicionalmente.
El rey Salomón sabía que el camino al corazón de la mujer era a través de las palabras. Es por ello que, cuando las palabras de su amada le muestran que ella no se cree más que una flor común y corriente entre muchas otras, él le hace ver que para él ella es especial.
Así lo muestra el diálogo relatado en el libro de Cantares 2:1-2:
Al principio de los tiempos, cuando creó los cielos y la tierra y todo lo que hay en ellos, Dios vio que algo no estaba bien e hizo algo para remediarlo. Mira lo que nos dice la Biblia en el libro del Génesis 2:18-22:
El plan eterno de Dios estaba en marcha. La primera pareja del mundo había sido creada… a imagen y semejanza de su Creador. Imagen que todavía hoy tú y yo llevamos y transmitimos. De ti depende la imagen que tus descendientes, y quienes te rodean, van a tener de tu Dios.
Si queremos tener la paz de Dios en nuestro corazón, debemos recordarnos constantemente que todas las cosas están bajo su control. Así como Dios nos ha guiado y ayudado en el pasado, también lo hará en el presente y el futuro a través de la guía y el consuelo de su Espíritu Santo.
El apóstol Pablo nos alienta con las siguientes palabras en Colosenses 3:15:
La invitación de hoy para ti es a que dejes de depender de tus propios esfuerzos y a que confíes tu vida a Aquél que dio su vida por ti.
¿Es posible tener paz ante tanta violencia, ante tanto odio, desastres naturales y enfermedades? ¿Es posible vivir en paz cuando la honestidad, cuando la lealtad y el amor duradero ya casi no existen?
La Palabra de Dios en el Salmo 34:14:
La paz es posible porque Dios así lo ha prometido. Las soluciones de paz que ofrece el mundo cambian según las circunstancias. Pero la paz que Dios da es eterna. Al hacernos hijos suyos a través del sacrificio de su hijo Jesucristo, Dios nos quita toda culpa y nos da paz verdadera. Vive, vive pues, en la paz que solamente Dios puede dar.